“En serio, estoy bien”, dijo Lily con impotencia. “¿Quieres que me levante de la cama y me dé la vuelta para que veas que estoy bien?”. Ella estaba a punto de levantar la manta y ponerse de pie cuando Alexander la apretó contra la cama.

Dijo con desaprobación: “No seas traviesa”.

Se suponía que la palabra traviesa era para una niña. Lily asintió: “No te preocupes. De verdad estoy bien, incluso si no me crees”.

“Estaba tranquilo antes de esto, pero ahora no puedo evitar preocuparme por ti”. Alexander suspiró y continuó: “¿Por qué se metieron contigo?”.

Después de pensarlo un poco, Lily dijo: “No sé quiénes eran. No fue hasta después, cuando Frank apareció, que me di cuenta de que todo esto era obra suya”.

“Ese nombre me resulta familiar”. Alexander no había conocido a Frank. Oyó a Lily mencionarlo varias veces, pero le pareció que no tenía importancia y no se lo tomó a pecho, y apenas recordaba algo del nombre cuando escuchó a Lily mencionarlo de nuevo.

“Mel y Nate lo invitaron pa