Melanie quería decir algo más pero no podía desobedecerlos. Luego de eso, la llevaron a la comisaría justo antes de la ronda final del concurso.

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La ronda final había comenzado, pero aún no se había revelado cuál sería el desafío. En su lugar, un grupo de damas, cada una con una bandeja en la mano y una sonrisa en la cara, entraron por un costado del salón.

Todos los participantes se quedaron perplejos ante la situación. Las damas fueron colocando las bandejas frente a ellos y, al mismo tiempo, levantaron las tapas. En cada bandeja había dos frascos de perfume que parecían idénticos. Lo único que los diferenciaba eran las etiquetas de los frascos.

El supervisor de la prueba habló: “Por favor, guarden silencio. En primer lugar, felicidades por haber llegado a la ronda final del concurso. Participar en esta ronda demuestra que todos ustedes son la flor y nata de la industria de la perfumería. Sin embargo, todavía tienen un largo camino por delante antes de poder convertirse en pe