Lily se incorporó y miró a Nathaniel con una expresión divertida. Le preguntó pacientemente: “Señor Hall, si no recuerdo mal, le ha estado diciendo a la gente que la Señorita Thayer creó los perfumes de su empresa. Entonces, ¿cómo podría haberle hecho algo a su fórmula?”.

“Además, ya que la Señorita Thayer creó el perfume, yo solo podía hacer alteraciones superficiales. ¿Cómo podría hacerle algo a su fórmula? ¿Cómo fue esto mi venganza?”.

Nathaniel esperaba que reaccionara de esta manera, así que bajó la voz: “Lily, no hay nadie cerca, así que, ¿podrías dejar de actuar? Todos sabemos qué pasó con la fórmula. Admito que te he utilizado y lo siento. Aún así, casi destruyes mi compañía. Ahora que te has ido a Renacer y te va bien allí, no te pediré mucho. Espero que podamos perdonarnos y olvidar este incidente. ¿Qué te parece?”.

Esta ya era su concesión más significativa. No presentaría cargos por lo que Lily había hecho, y ella no seguiría guardándole rencor por sus errores del