Capítulo 1058
Los niños suelen heredar rasgos de sus madres, como dice el refrán. Por ejemplo, Alexander se parecía a su madre y Margaret sentía cierta aversión por él.

A lo largo de los años, Margaret hizo esfuerzos concertados para planificar más para su hijo. Con el apoyo futuro de la familia Riggs, se sintió mucho más tranquila.

Margaret tomó un sorbo de té y cerró los ojos con la intención de tomar una siesta. Sin embargo, unos pasos que se acercaban la sorprendieron, lo que la impulsó a abrir los ojos.

Una sensación de terror se apoderó de ella cuando vio entrar a Ralph, cubierto de polvo y sangre, como si lo hubieran derribado al suelo con fuerza. Entró luciendo avergonzado.

—¡Ay dios mío! —exclamó Margaret, levantándose abruptamente hasta el punto en que la sangre se le subió a la cabeza. Sus ojos se oscurecieron y estuvo a punto de desmayarse.

—¡Señorita Margarita! —Un sirviente se apresuró a apoyarla.

Ralph dio pasos rápidos y se acercó apresuradamente, intentando abrazarla y d
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