DURANTE LA NOCHE.Aquella noche, mientras Sophia, Liam y Noah cenaban en tranquilidad, mientras veían una película infantil, elección de Liam, el móvil de Sophia comenzó a sonar con insistencia.Sophia, alertada, se levantó de la silla en busca de su teléfono, que había dejado cargando en la sala de estar.—¿Qué sucede? —le preguntó Noah, quien la había seguido junto a Liam.—Es la alarma de la fundación principal.—¿Alarma?—Sí, si la alarma de las fundaciones salta por algún intruso o algo, puedo escucharlo en el móvil.Tras decir esto, tomó su abrigo, las llaves de su coche y salió a la fría noche.—Sophia, espera, mejor llama a la policía. —Noah intentó detenerla.—No puedo esperar, Noah. Esto se está yendo de las manos —respondió, deshaciéndose del agarre de Noah.—Pero Sophia… —dijo, en el momento en el que la mujer se montaba en el coche y arrancaba el motor, para salir a toda velocidad.—¡Por el amor de Dios! —exclamó Noah, llevándose las manos a la cabeza, sin saber muy bien
—¿Me quiere decir que soy sospechoso? —preguntó Noah, con los ojos abiertos de par en par.No, no era posible que el comisario le estuviera proponiendo eso.«Tal vez he oído mal», se dijo a sí mismo.Tras el silencio arrollador del comisario, quien no apartaba la vista de él ni por un solo segundo, Noah repitió:—En serio, señor, ¿usted me está diciendo que soy sospechoso del accidente de Sophia, de «mi esposa»? —preguntó.Ya llevaba demasiadas horas allí, por lo que, quizás, no había oído tan mal. Sin embargo, no podía razonar con calma, su mente viajaba constantemente hacia Sophia, de la cual no le habían querido dar información.El comisario parpadeó con lentitud y, tras mirarlo directamente a los ojos, con cierta violencia, respondió:—¿Tendría por qué?—Por favor, señor, entiendo que quiera cerrar esto ahora mismo, pero puede dejarlo como un simple accidente.—¿Acaso sugiere eso para cerrar esto cuanto antes y que no salga a la luz y usted le hizo fallar los frenos al coche de su
UN MES MÁS TARDEHabía transcurrido un mes desde el fatídico día en el que había ocurrido el accidente, tras el cual Sophia había sido intervenida de emergencia, había quedado en coma y se encontraba hospitalizada en la unidad de cuidados intensivos.Noah había pasado ese mes, sumido en el desconcierto y la angustia de no poder ver a su esposa.Llevaba treinta días tras las rejas y ese, por fin, sería el día en el que, tras haber acordado el pago de una fianza, podría pagar por su libertad.Cuando por fin pudo pagar, gracias a la ayuda de su abogado, y salió de la celda, se propuso buscar a Liam e ir al Hospital Central, donde le había dicho la paramédica que la trasladarían.En cuanto llegó a la mansión, abrazó a su hijo con fuerza.Aquel tiempo en el que estuvieron alejados, le había hecho valorar más el tiempo con su pequeño. Algo que ya valoraba de por sí, pero no tanto como en ese momento.Después de comunicarle al pequeño que irían a ver a Sophia, ambos subieron las escaleras y,
UNA SEMANA DESPUÉS. A la semana siguiente de que Sophia despertara del coma en el que se había visto sumida, durante cuatro semanas, la mujer fue dada de alta. Durante todos aquellos días, Noah y el pequeño Liam la habían visitado en todo momento, en especial, cuando fue trasladada a una habitación común, al considerar que estaba fuera de peligro. Sin embargo, por mucho que ambos habían intentado, por todos los medios, hacer que recuperara sus recuerdos, su mente seguía envuelta en una densa niebla de olvido. Aquel era el día en el que, por fin, sería dada de alta, y, tal y como se había vuelto costumbre, Noah y Liam se encontraban con ella. Por otra parte, Noah, lleno de preocupación, pero también de esperanza, estaba ansioso por llevar a Sophia de regreso a la mansión, la que había habitado hasta hacía tan solo un mes atrás. No obstante, Sophia se sentía intranquila. Por lo que había visto, Noah era muy bueno y atento con ella, mientras que Liam, quien la llamaba «mamá», era ad
Noah, quien se sentía cada minuto más ansioso por descubrir al verdadero responsable detrás de todo aquello, decidió, por fin, tomar cartas en el asunto para descubrir quién estaba detrás de todo lo que le había sucedido a Sophia.Con la ansiedad invadiendo su ser, tras el desayuno, se encaminó hacia su despacho.Al llegar a la habitación, se encerró bajo llave, sacó su móvil del interior del bolsillo de sus vaqueros.Sin perder tiempo, marcó el número de teléfono de Thomas Bennet, su abogado de confianza. Necesitaba respuestas y un camino hacia la verdad.Esperaba que el hombre le tomara el teléfono rápidamente, ya que lo conocía suficientemente bien como para saber que no era normal que lo hiciera a la primera.Sin embargo, en esa ocasión, Thomas lo sorprendió.—Hola, Thomas. Necesito tu ayuda —dijo, en cuanto se estableció la conexión, sin siquiera hablarle como las convenciones sociales indicaban.—¿Qué sucede? —preguntó el abogado, notando la urgencia—Sophia está en peligro —sen
Horas más tarde, Sophia se encontró con Lucas en el restaurante en el que habían acordado verse.Sophia se sentó frente a él y buscó en los ojos de aquel hombre alguna señal de la conexión que alguna vez compartieron.Sin embargo, lo único que encontró fue un brillo frío y calculador. Algo que no le sentó para nada bien.—Lucas —dijo, decidida a ir directamente al grano—. No recuerdo qué fue lo que pasó entre nosotros. ¿Por qué nos separamos? Necesito que me digas la verdad, por muy difícil que sea de asimilar.Lucas, consciente que el accidente había causado una pérdida de memoria en su exprometida, vio la oportunidad perfecta para manipularla y lograr que regresara a su lado. De esa manera, podría recuperar la posibilidad de quedarse con las fundaciones, de manera más fácil.El hombre esbozó una sonrisa, intentando aparentar ser un hombre arrepentido y dispuesto a hacer lo que fuera para reconquistarla.—Mi amor, nuestra relación era mágica. Éramos muy felices juntos, pero se sucedi
Aquella tarde, Noah se encontraba sentado en el sofá de cuero de respaldo alto, con la mirada perdida. Se sentía ansioso y nervioso por recibir a Daniel McKenzie, quien le había enviado un mensaje avisándole que tenía algo de información.Noah deseaba que eso que había descubierto, le ayudaran estar un paso más cerca de la verdad y de obtener las pruebas necesarias.Cuando Noah comenzaba a desesperarse, su teléfono sonó. Él rápidamente tomó la llamada y, al otro lado de la línea, escuchó la voz de Daniel McKenzie, quien le informaba que se encontraba en la vivienda.Noah le había solicitado que no llamara al timbre, para no llamar la atención de Sophia. Su pobre esposa estaba sufriendo demasiado en esos últimos días, por culpa de todo lo que estaba descubriendo; cosas que no recordaba y que no le eran para nada fáciles de procesar.Rápidamente, salió del estudio y bajó las escaleras a toda velocidad.Cuando llegó a al entrada, abrió la puerta, luego de mirar a través de la cámara que
Conforme pasaba el tiempo, Sophia se sentía cada vez más angustiada.Las redes sociales eran una ventana a un mundo que no podía recordar, por mucho que lo intentara. Un mundo que la señalaba como víctima de las acciones de Lucas.Sin embargo, aunque no pudiera recordar, su corazón era consciente de que no era un buen hombre y que lo que había creído sentir por él no era más que un fantasma, algo inexistente.La frustración de ser incapaz de reconstruir esa parte de su vida la consumía.No podía dejar de preguntarse qué habría hecho Lucas para causarle tanto dolor. Al menos, eso era lo que reconocía en las imágenes que veía de sí misma en YouTube.La incertidumbre y la incomodidad se habían convertido en una sombra que la perseguían sin descanso.No obstante, mientras tanto, no podía hacer más que aferrarse al cuidado de Liam, el adorable hijo de Noah.El pequeño de cinco años se había convertido en su fuente de alegría en medio del caos en el que se había convertido su vida, tras la