Después de terminar la llamada con Fiona, Luna le echó un vistazo a la hora. Ya eran las ocho y media de la mañana.

Ella bostezó y volvió a mirar la pantalla de su computadora. Ella no sólo no había recibido respuesta del remitente anónimo, sino que incluso el correo electrónico anónimo que ella había recibido anoche había desaparecido.

Esto fue lo que ocurrió las dos últimas veces. El correo electrónico se destruía después de un período determinado.

Luna suspiró con nostalgia. Tan pronto como ella alargó la mano para apagar su computadora portátil, Nigel llamó a la puerta desde afuera. “Mami, ¿estás despierta? Nellie y yo preparamos el desayuno. ¿Quieres un poco?’’.

Ella hizo una pausa. Nellie y Neil hicieron el desayuno. ¿Cómo podría ella no comer?

Ella respiró hondo, cerró la computadora portátil y se lavó la cara, luego bajó las escaleras con Nigel .

El desayuno que prepararon Nigel y Nellie era muy sencillo: un vaso de leche tibia y unas cuantas rebanadas de pan tostado, con