“Si lo hospitalizan…”.

“Si lo hospitalizan, entonces deberías ir a cuidarlo, señorita Blake”. Luna sonrió con frialdad, su mirada indiferente recorrió suavemente el rostro de la otra mujer.

“La última vez que Joshua estuvo hospitalizado, dijiste que te enfermaste y te negaste a salir de tu habitación. Así que como su novia, todo lo que hiciste fue visitarlo una vez, y el resto del tiempo, yo, su exesposa, fui quien lo cuidó. Pero el hombre al que le dediqué mi tiempo y esfuerzo a cuidar condujo directamente a la Mansión Orchard en cuanto se despertó, sin ni siquiera una palabra de agradecimiento, sólo para llevarte en sus brazos al hospital para tu operación. Ahora que tu operación ha terminado, no te deberías enfermar hasta el punto que ni siquiera puedes salir de tu habitación ¿verdad?...”.

Ella desvió sus fríos ojos hacia Joshua y lo miró. “Es hora de que me devuelvas todo lo que me debes, tengo razón ¿no?”.

Joshua no pudo evitar sonreír amargamente para sí mismo. Luna dijo qu