Luna se quedó inmóvil y apretó los puños. Luego, ella se dio la vuelta y observó a Joshua y a Fiona mientras se retiraban, curvando sus labios en una sonrisa.

“Señor Lynch, la señorita Blake no goza de buena salud, así que le aconsejo que no la lleve a lugares como éste en el futuro. No querrá que su condición empeore, ¿verdad?”.

Luna tuvo que admitir que ella fue demasiado cruel y despiadada allí, pero no tuvo otra opción para impedir que Joshua llevará a Fiona a visitar la tumba de Neil.

Ella lo odiaba por querer que Neil viera este lado de él y odiaba a Fiona aún más por querer visitar la tumba de Neil.

Esta era la única manera que ella conocía para hacer que ellos se detuvieran.

En cuanto Luna dijo eso, Joshua frunció las cejas y se dio la vuelta, con su mirada acerada clavada en ella. “¡Luna!”, espetó, con una expresión tan oscura como el cielo.

Él la miraba con tanta frialdad que era como si ellos fueran extraños. “¡Hay cosas que puedes decir, pero otras que no debes! El c