“¿Qué estás haciendo? ¿Por qué te estás sosteniendo la cara de esa manera en lugar de almorzar?”. Una clara voz masculina sonó de repente desde la dirección de la puerta de Luna.

Luna apartó inmediatamente las manos de su cara.

Christian estaba parado en su puerta con una bolsa de comida en la mano. Él se apoyó contra el marco de la puerta en una posición que él consideraba atractiva, mirando fijamente a Luna.

Luna frunció inmediatamente el ceño. “¿Por qué regresaste tan pronto?”.

Christian había regresado a su ciudad natal anoche, y Luna pensó que él estaría fuera al menos unos días.

“Mi familia quiere que ponga en marcha mi empresa lo antes posible”, respondió Christian mientras caminaba hacia Luna y le entregaba la comida. “Aunque Joshua accedió a invertir en mi empresa, mi familia sigue preocupada ya que aún no he recibido el dinero ni hemos firmado ningún contrato”.

Luna tomó la comida y empezó a comer. Ella se rió y respondió: “Eso es cierto”.

Ella sabía mejor que nadie lo