Luna cogió la caja de pañuelos de Joshua y se limpió las lágrimas de la cara. "No me importa lo que piensen", sollozó suavemente.

No era la primera vez que Natasha y Joseph la malinterpretaban.

"Yo solo…”. Luna resopló e inclinó la cabeza hacia arriba para evitar que las lágrimas cayeran. "Solo extraño a mi madre".

Todo el cuerpo de Joshua se puso rígido. Él frunció el ceño y se dio la vuelta para mirarla. "¿Extrañas a tu madre?".

"Sí”. Luna asintió. “Cada vez que me enfermaba, mi madre siempre me hacía una sopa de pollo. Decía que la sopa de pollo era buena para nuestro cuerpo, así que me curaría más rápido si tomaba mucha. Cuando era niña, no me gustaba tomar sopa de pollo y ella siempre pasaba mucho tiempo convenciéndome de que la tomara. Acabo gustándome cuando crecí, pero ya no podía tomarla”. Después, ella exhaló un suspiro profundo y agregó: “Beber la sopa que la Señora Lynch me preparó hace un momento… me recordó mi pasado. No pude evitar llorar un poco. Lamento que haya te