Ella se apresuró a agarrar la mano de Luna. "¿Estás despierta? ¿Tienes sed o hambre? Haré que Luke contrate al mejor chef y cocine para ti, ¿de acuerdo?".

Al ver la aparente preocupación de su amiga por su bienestar, Luna sonrió con amargura. "Ahora que lo mencionas, tengo hambre. ¿Puedes pedir algo ligero para mí, por favor?".

Gwen asintió rápidamente, se dio la vuelta y salió de la sala.

Luna se recostó en la cama del hospital y escuchó cómo Gwen le ordenaba al guardia de la puerta que la vigilara estrechamente, y sus labios se levantaron para formar una leve sonrisa. Pero aunque ella sonriera, le seguía doliendo.

Después de haber sido torturada durante los últimos días, sus labios estaban secos y agrietados, por lo que incluso los movimientos más ligeros de sus labios le producían un dolor punzante.

Luna se lamió los labios y levantó en silencio su mano izquierda. Había un hueco en su mano izquierda donde solía estar su dedo meñique. Nunca podrá volver. La brecha permanecerí