Aunque Nigel no dejaba de recordarle que mantuviera la calma, Nellie no pudo contenerse más.

Desde que ellos eran pequeños, su mami los protegía de todo el mal del mundo, pero en ese momento, ellos no podían proteger a su madre. A ella la encerraron en un manicomio e... ¡incluso soportó tanto sufrimiento!

Al pensar en las noticias que Nigel descubrió en los registros del hospital de Ciudad del Mar, Nellie no pudo evitar morderse el labio mientras la ira ardía en su pecho.

‘¡A mami le amputaron un dedo hoy!’.

Entre las dos personas frente a ella, uno se encargó de encerrarla en un manicomio, mientras que la otra acusó erróneamente a su madre de estar enferma. Esos dos todavía estaban bien; ¡todos sus dedos permanecieron intactos!

Enfrentándose a los dos niños enfurecidos, Fiona se mordió el labio con los ojos enrojecidos. "Nellie, Nigel... Eso no era lo que quería decir, yo...".

Sus ojos brillaron y ella se apresuró a servir otra taza de té para Nigel y se la entregó. "No te enfa