Gregor Thompson
—Te espero en mi local a las 11:00 tengo un par de chicas nuevas que se, podrían gustarte, tus verdaderos gustos, aquellos, antes de que cometieras matricidio — giro los ojos, ya Mathias está dormido, así que salgo para poder hablar mejor al teléfono. —Tengo mucho trabajo, sabes que… — Me interrumpe —Desde que te casaste te dedicaste en cuerpo y alma a la empresa y a tu familia, por una noche que te aloques no va pasar nada. —Joder — Paso la mano por mi cabello, estos días han sido tres veces más estresante, la verdad si me merezco un noche para mí —Esta bien, estaré allí en un rato. —¡¡Aleluya!! Corto comunicación y me voy alistar, aviso a la niñera antes de salir, aunque yo sé que ella siempre está atenta a Mathias. Elijo mi auto deportivo, tengo siglos sin usarlo, no está demás presumir el fruto de mi trabajo por una noche. Ya casi en media noche y hay un gentío fuera esperando poder entrar, Nathan, mi mejor amigo y dueño me espera fuera. —El gran Gregor Thompson me hace el privilegio — Le correspondo al abrazo, pasamos de un vez, la música está a todo volumen — reserve un lugar en el área VIP para nosotros, debemos ponernos al día. Lo sigo, esta área es un poco más suave, hay chicas hermosas por todos lados, ye siento como una presa al ver las miradas lascivas hacia a mi, correspondo un par. —¿Aun whisky en las rocas o un Martini? — giro los ojos con su clara burla. —Whisky en las rocas por favor. Hace señas y las camareras a medio vestir encargadas de atender se acercan de inmediato, una de ellas me guiña, hablamos de todo un poco, siempre estamos en contacto por teléfono, es la única persona en la que confío parte de mis cosas personales, nos conocemos desde niños ya que no solo éramos vecinos, si no que estudiamos juntos hasta la secundaria. Logro relajarme al tercer trago, es cuando llegan el par de chicas de las que me habló, un par de morenas preciosas. Me dedico a observar el lugar y veo un rostro conocido, en un principio no la reconozco, baila con una amiga y sonríe haciendo pasos al ritmo de la música, viste un shorts corto de cuero negro con un par de tacones rojos, sus piernas me hacen detallarle un poco más, su abdomen está a la vista y una par de Buenos pechos de tambalean cuando se mueve. Su rostro se gira lo suficiente para ver qué es la hija de mi niñera, era menor de edad, con esa carita, sin embargo el cuerpo me dice otra cosa, ayer ví su par de atributos y me dije que ahora las chicas se desarrollan un poco antes. —Si, me parece muy hermosa, y más a tus gustos por supuesto — Nathan interrumpe mis pensamientos extraños sobre la hija de Carla. —Umm no, no… la conozco, es la Hija de la señora que cuida a Mathias, es solo que pensé que era menor de edad… —¿Con ese cuerpo? —Vestia diferente cuando la Vi está tarde — me encojo de hombros. —Tiene carita de niña buena, podría engañar a cualquiera — la observa y yo lo empujó con el hombro — Ya me llenaste de dudas, si es menor de edad no puede estar aquí, en mi local soy muy estricto con eso. Se levanta y yo de inmediato lo sigo, joder, no era mi intención estropearle la noche a la chica. —Buenas noches — ella se gira a el, al escucharlo, ella lo ve de arriba hasta abajo — me permite su identificación. —¿Qué? — me ve y me reconoce, Pero vuelve a Nathan con curiosidad —¿Por qué? —Este local está prohibido para menores de edad. Ella hace un gesto de confusión — Soy mayor de edad. —Aquí la edad legal para entrar es de 21. —Si bueno, yo los tengo — Se gira a buscar su bolso en el asiento, sus amigos se acercan a preguntar, su compañera me ve de arriba abajo y me guiña un ojo, luce ebria, para mí sorpresa, su amigo hace exactamente lo mismo — Aquí está mi identificación, es legal como puede ver. —¿Tu mamá sabe que estás aquí? — pregunto mientras Nathan detalla su ID, ella me ve como si me hubiera salido otra cabeza. —Eh…. ¿Todo esto es porque mi mama cuida a Mathias? No estoy haciendo absolutamente nada malo, tengo la edad suficiente para estar aquí, así que, ilumíneme, porque estoy confundida. —Es que te ves un poco más joven, es todo — le dice mi amigo y le entrega su identificación — Discúlpame, tienes un par de tragos para ti y tus amigos— llama a la chica que nos atiende y le dice algo al oído. —Ya superó a su esposa, eh — observa hacia la mesa en dónde están las dos chicas esperando por nosotros. —Eso no es de tu… —Exacto — me interrumpe y se gira dándome la espalda mientras guarda el carnet en su bolso, mis ojos le dan un vistazo a su trasero y baja hasta sus piernas. Soy un hombre de traseros y me gusta lo que veo. Su amiga me atrapa viendo y carraspeo. —Disculpa — la toco suave en el brazo para que me vea, la música cambia y se vuelve un poco más ruidosa, así que me acerco lo suficiente — No fue mi intención hacerte pasar por un mal… De pronto se va de manera a abrupta hacia atrás, logro tomarla por la cintura antes de que caiga, ella leva su mano a su cabello y es cuando veo que de ahí hay un par de manos jalando con fuerza, ella grita y se agarra de mi. —Por está, por está niñata fue que me dejaste, maldito hijo de puta — Una Irina totalmente ebria y fuera de si aparece en mi campo de visión. Nathan y sus amigos se acercan de inmediato. —¿Qué carajos? —Suéltame! —Suéltala! — grito. —Ni creas que me vas a sustituir tan fácil, primero la dejo calva. Hala con más fuerza y yo grito al igual que todos, hasta que su amiga interviene dándole un puño en la nariz a mi ex, lo que hace que pueda liberarse, la abrazo y la cubro con mi cuerpo. Irina llora y los de seguridad llegan —¿Estás bien? — le pregunto a la chica que está en mis brazos sobándose el cuero cabelludo. —me arranco cabello — dice con sus ojos aguados. —Amiga, ¿estás bien? — el chico me la quita de los brazos, y entre el y la otra chica, revisan su cabeza. —¿Quién mierdas es esa loca? Paso la mano por mi rostro, que desastre… —Sáquenla de aquí por favor, tiene prohibida la entrada a mi local permanentemente — Los de seguridad se llevan a Irina mientras patalea y grita, su nariz va sangrando, mi amigo ve su reloj — aún no llevamos ni media botella y ya han pasado un par de locuras eh. Yo lo ignoro, me preocupa la chica, no pensé que poner mis ojos en ella un par de segundos traería tantas consecuencias. —¿Tienes enfermería aquí o algo? — pregunto — hay que revisarla. —No enfermería, Pero en mi oficina hay un botiquín de primeros auxilios. Suspiro mientras guiamos a ella y a sus amigos al lugar, me ve con reproche, no como en la tarde que me hizo ojito un par de veces.Carlota Rodríguez Mi cabeza duele, y no por lo que debería doler, imaginaba estar a esta hora sufriendo por una resaca olímpica, no por el señor jalón de mechas que me dieron, de gratis. Mi mente vuelve al momento y no lo creo, interrumpieron mi momento de diversión según que porque era menor de edad, y luego esa jodida loca apareció, lo más irónico es que no siquiera le ví la cara! Casi me deja calva. No, bueno, en realidad me arranco solo una par de cabellos, Pero el jalón si fue rudo. Aunque, aunque, viendo lo positivo del todo lo que sucedió, puede estar en los brazos del papacito de Gregor Thompson.Aprieto las sabanas y doy un gritito, que el hombre está buenísimo, que jamás me imaginé si quiera tocarlo, y anoche luego de que su ex enloqueciera me atendió y reviso para asegurarse de que estaba bien, además, me trajo en su lujoso auto a mi casa. Es una persona seria y se nota poco expresivo, Pero su vergüenza por lo sucedido se notaba a leguas, no hablamos nada en el camino
Carlota Rodríguez —¿Dónde está mi madre? — llego como torbellino a la clínica y le pregunto a Sr Thompson al verlo, bastante alterada — ¿Qué fue lo que pasó? —La están atendiendo, no hubo heridas graves…—¿¿Heridas?? — Busco a lo lados a ver si la veo, quiero llorar —¿Qué carajos fue lo que ocurrió? Suspira y pasa la mano por si rostro — La madre del niño se coló en la casa, violando la seguridad, tuvieron un altercado aparentemente ya que se quiso llevar a Mathias y tú madre se interpuso, estaba cerca de las escaleras y se cayo.—Esa maldita desquiciada — joder, que mi madre se pone también a meterse en lo que no debe, de pronto pienso en el bebé — ¿Y Mathias? ¿Cómo está Mathias? ¿Se lo llevó? —El está bien, la seguridad intervino y la lograron detener, ahora se encuentra a cargo de mi padre y su esposa, Irina está detenida.Paso las manos por mi cara — Gracias a Dios, ahora quiero ver a mi madre, por favor dime dónde está. —Esta en urgencias, la están revisando, solo fueron una
Gregor Thompson Disimulo viendo a la chica que se baja de mi camioneta, tiene unos jeans anchos con bolsillos y una blusa corta que su ombligo, su cabello es una maraña en la cima, aunque no se ve mal, toma su maleta y me ve esperando que le diga algo. Rasco mis cejas, mi padre aparece con Mathias en brazos y su esposa al lado. Observa a la joven que me acompaña, es mi hijo quien rompe lo incómodo del momento, ya que al verla alza sus bracitos hacia ella. —Buenas tardes — saluda antes de acercarse a mi hijo — Hola pequeño bebé travieso — le dice con voz dulce.Tomo a maleta para ayudarle mientras lo carga en brazos. —Hola Papá, Hola Maritza, ella será la niñera de Mathias mientras la señora Carla está de reposo.—¿Cómo conoces a Mathias? — pregunta mi padre. —Soy la hija de Carla, la persona que se encarga de el, lo he visto muchas veces antes, ¿Verdad bebé hermoso? El le muestra una sonrisa con sus encías solo con un par de dientes en ellos. —Me parece bien que se encargue del
Carlota Rodríguez Mathias es una bendición, durmió toda la noche, cuando me desperté eran las siete de la mañana, así que pude recuperar bastante sueño de mi noche de rumba. Lo primero que hago es cambiar su pañal y bajo a la cocina a prepararle un tetero.Me encanta que me sonría apenas me vea, es idéntico a su padre, por lo menos eso hizo bien su madre, no entiendo cómo alguien no puede querer a alguien tan perfecto como este ser, es tan inocente.. y más viniendo de ella. De verdad son cosas que no se pueden entender de algunos seres humanos.Yo solo me cepillo y medio acomodo mi cabello, bajo con mi pijama de gatitos, que es solo una blusa de tirantes y un shorts que me queda a medio muslo. El bebé se come todo.—Eres un bebé muy bien portado — le digo con voz cariñosa — Te voy a cambiar y ponerte muy guapo para que salgamos a tomar sol en el jardín. —Buenos días — me sobresalto ante la voz gruesa — mi cejas se alzan al ver al padre del niño, se nota que acaba de llegar y a mi
Carlota Rodríguez Amo el nuevo hogar de Mathias, es elegante, tiene una vista estupenda, y a pesar de ser un apartamento, tiene sus áreas recreativas, ayudo acomodar las cosas en su nueva habitación mientras el duerme plácidamente en su nueva cuna. Antes de salir de su antigua casa, me cambie el shorts por un vestido, es estilo veraniego, rojo con pequeñas flores blancas y combine con una sandalias planas estilo romano en marrón, no es lo más cómodo para una mudanza, Pero si lo más fresco, me rehusó a usar algo que me genere más calor de la que hay. A mí jefe no le causo mucha gracia, ya que pude escuchar claramente su gruñido insatisfecho por la ropa que elegí, hice como que la no escuche nada y seguí en lo mío. Su amigo se despidió rápido y con cara sería, no como cuando me vio en la casa, que fue todo sonrisas. Aprovecho la siesta del bebé para darme un paseo, hay algunas personas en las habitaciones organizando, me gusta, no es gigante, es grande, los espacios son cómodos.—¿
Gregor Thompson La vista se me va detrás de su trasero, no puedo evitarlo, Mathias se acerca con sus manitas en los ojos, así que lo coloco sobre mi pecho.Necesito que la señora Carla regrese pronto, además iré a visitar de nuevo dulce infierno, últimamente siento demasiada tensión, las piernas, sus pechos llenos me atraen, pero esos ojos verdes, con esa mirada pícara y desobediente me mata. “No es una buena idea, solo perdería a la mujer que cuida a mi hijo desde que nació y ella hace un trabajo excelente, aunque no puedo decir nada malo del trabajo de Carlota”Lo malo es que me atrae… Cuando aparece su sonrisa tierna al verme, me remueve por dentro… Comienza a recoger y yo me levanto para llevar a mi hijo a su habitación, lo dejo en su cuna, reviso que no haya mosquitos, y apagó la luz, escucho a Carlota en la cocina, decirle que se quite el puto vestido que trae solo hará que se coloque algo peor. Paso la mano por mi rostro. Me tienta, desde que la Vi con esos jeans caminado
Carlota Rodríguez —Esta semana no se podrá, debo viajar a México para arreglar unos asuntos de la empresa. Arrugó la cara, ya le dije a los chicos de nuestra noche gratis en Dulce infierno, pero mi jefe delicioso me acaba de romper la burbuja. —Esta bien, supongo que será para semana siguiente o cuando vuelva mi madre — me encojo de hombros. —No entiendo cuál es el afán de los jóvenes… —Ay por Dios — lo interrumpo — Usted tiene cuánto… ¿25? Me ve y hace una mueca de sonrisa, Pero lo disimula rápido — Es solo Dopamina barata. —Pff — resoplo — hace cuatro años a usted de seguro le gustaba esa dopamina barata.—No, soy de otros gustos… —¿Cómo cuáles?— recojo algunas cosas que están en el suelo mientras jugaba con Mathias, ahorita se acaba de dormir y el Sr acaba de llegar. —No lo entenderías… Me lo quedo viendo buscando algún indicio de algo, Pero pone su cara de póker, viendolo asi, vestido con traje, peinado y barba perfectamente afeitada, reloj Rolex y corbata… pienso en Rya
Gregor Thompson —¡No tiene permiso de pasar!, señora! — Escucho un alboroto fuera de mi oficina, me estoy levantando de mi silla cuando la puerta se abre estrepitosamente, chocando incluso con la pared. —¡Eres un maldito hijo de puta! — Irina entra hecha una fiera, mi secretaria está detrás con un mejilla roja y despeinada. —Señor, la señora… — Alzó la mano, no hace falta que explique lo que es evidente, le hago seña para que salga y cierre la puerta, veo a algunos empleados al pendiente desde afuera. —¿Qué carajos quieres? —¿Cómo pudiste hacerme esto? — luce desaliñada, si no la hubiera visto en plena faena e investigado a fondo, no sabría la clase de persona que realmente es — Te di todo de mi mientras tú estabas en bancarrota, te di un hijo, lo menos que puedes hacer es darme, no se! Algo que recompense mi tiempo, no dejarme el la calle, sin la custodia de mi único hijo, como si hubiera sido miserable contigo, cuando sabes que no fue así, te un apoyo moral que no te dio más na