Capitulo 5: Sorpresa

Carlota Rodríguez

Mi cabeza duele, y no por lo que debería doler, imaginaba estar a esta hora sufriendo por una resaca olímpica, no por el señor jalón de mechas que me dieron, de gratis.

Mi mente vuelve al momento y no lo creo, interrumpieron mi momento de diversión según que porque era menor de edad, y luego esa jodida loca apareció, lo más irónico es que no siquiera le ví la cara! Casi me deja calva.

No, bueno, en realidad me arranco solo una par de cabellos, Pero el jalón si fue rudo.

Aunque, aunque, viendo lo positivo del todo lo que sucedió, puede estar en los brazos del papacito  de Gregor Thompson.

Aprieto las sabanas y doy un gritito, que el hombre está buenísimo, que jamás me imaginé si quiera tocarlo, y anoche luego de que su ex enloqueciera me atendió y reviso para asegurarse de que estaba bien, además, me trajo en su lujoso auto a mi casa.

Es una persona seria y se nota poco expresivo, Pero su vergüenza por lo sucedido se notaba a leguas, no hablamos nada en el camino, solo se disculpo por lo que hizo su esposa, al igual pude notar un par de vistazos que dio a mis piernas.

El dolor de cabeza no me dejó disfrutar del momento o aprovecharlo en cuestión.

—Que tengas buenas noches Carlota

Yo solo suspiré y asentí antes de entrar como cachorro regañado a casa.

Si me hubiera podido defender, le hubiera dado en la madre.

Es que…

¡Vieja loca!

Mi teléfono suena y es Dorothea, gracias a ella sigo con mi cabello casi intacto.

—Hola amiga preciosa — le contesto de inmediato.

—¿Cómo sigues después de la desgreñada que te dieron?

Resopló y me río — Aquí, con dolor de cabeza, que te digo, tremenda noche de celebración.

—Por lo menos te llevo un papacito a casa, dime qué lo invitaste a tus aposentos.

—¡Estas loca! Lo menos en lo que pude pensar fue en eso, solo quería dormir! Llame a mi madre al llegar y se sorprendió por lo temprano y lo sobria que me escuchaba, oh, eso si le pedí a su jefe, que no le dijera nada para que no se preocupara.

—le hubieras dicho que te debía una buena cogida por hacerte pasar por ese mal momento. Si me hubiera sucedido a mi, yo si me aprovecho

Una carcajada brota de mi — ¡Enloqueciste!

El timbre de la casa retumba, pienso a ver si estoy esperando algo, Pero no, me levanto con el celular pegado a la oreja y ver quien es, mientras Dorothea sigue diciendo cuánta locura se le ocurre, creo que aún sigue ebria.

Veo por la mirilla antes de abrir y me sorprendo al ver al mismísimo dueño de Dulce Infierno — te llamo luego — cuelgo

—¿Hola? — digo inmediatamente apenas abro la puerta.

Me da un vistazo de arriba abajo, tengo una pijama de Stitch de esas que cubren el cuerpo entero.

—¿De verdad ya tienes veintiún años? Que viéndote así, para es una cría de quince.

—Si soy mayor de edad, mi identificación es totalmente legal, ¿Qué hace usted aquí? — giro mis ojos, en su manos tiene una caja de pizza, y una bolsa de una farmacia, las alza para mostrarme lo que ya note.

—Vine a pedir una disculpa, ayer si no hubiera sido por mi culpa, Irina no te habría confundido con el Ligue de Gregor, aún no entiendo cómo pasamos de pedir tu identificación a curarte en mi oficina.

—Pff, que puedo decir, aún mi cabeza duele — me tienta invitarlo a pasar, Pero no le tengo la confianza para hacerlo.

—Bueno, quiero que sepas que tienes una invitación con todo pago en mi Local, por una noche y tus amigos, es lo que puedo hacer para ofrecer una disculpa sincera — alzó mis cejas. Bueno, mis amigos se pondrán felices de tener una noche gratis en Dulce infierno.

—Wao, bueno… gracias — me sonríe y veo un huequito en su mejilla, su amigo es más mi tipo, sin embargo, Nathan no esta mal, es algo rubio para mí gusto, pero bueno… solo ofrece una disculpa, creo…

—Espero vernos pronto — me entrega todo y se va. Me quedo en la puerta viéndolo hasta que se sube a una enorme camioneta de niño rico.

“Ok ok, ¿Qué acaba de pasar?”

Luego de cerrar, destapó la caja y el olor es mundial, definitivamente viene de un restaurante costoso, al igual que la bolsa de la farmacia que luce elegante.

—Bueno, que sigan pasando cosas buenas después del jalón de mechas— me digo a mi misma y me dispongo a disfrutar de esta grata sorpresa.

llamo de nuevo a Dorothea y le cuento lo sucedido.

—Oh!!! oh!!! le gustas al dueño de Dulce infierno, tendremos noches gratis en el mejor bar de la ciudad, gracias a ti — Yo giro los ojos.

—Claro que no, el solo nos dió una noche, solo por lo que hizo la ex de Gregor...

—Ah! ya lo lass por su nombre, Gregor... oh,no solo tiene cuerpo y rostro de Dios Griego, también se ve como uno, bueno, ya tienes una excusa para coincidir con el.

—Ummm, muy bueno y todo, Pero tiene una carga muy pesada, y yo no soy una chica de una sola noche, lo sabes...

—Aburrida!!! tan bueno que es coger sin compromiso, o Todavía sigues aferrarda a Alan?

—Claro que no loca! — muerdo mi deliciosa pizza, jamás he probado una igual — ese imbécil está fuera de mi mente.

—Fue el que te desvirgó, no creo que...

—La pizza está divina, te iba a invitar, Pero con las estupideces que andas diciendo, olvídalo! hablamos mañana! besitos loca!

corto la llamada y resopló.

Alan fue mi primera relación seria, y con quién, como dijo mi amiga, tuve mi primera vez, Pero le gustaban los coños nuevos, y después que tuvo el mío, siguió en su búsqueda de chicas nuevas, si me gustaba en serio, pero solo se aprovecho de mi. eso hace poco menos de un año, Pero ya lo supere.

Mi celular repica y giro mis ojos sin ver quien es, aunque al observa la pantalla es un número desconocido.

—¿Hola? — contesto curiosa

— Habla Gregor, necesito que vengas inmediatamente a mi casa.

—¿que? ¿porque?

—Ya envíe a alguien por ti, te espero aquí...

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