Carlota Rodríguez
Mi cabeza duele, y no por lo que debería doler, imaginaba estar a esta hora sufriendo por una resaca olímpica, no por el señor jalón de mechas que me dieron, de gratis. Mi mente vuelve al momento y no lo creo, interrumpieron mi momento de diversión según que porque era menor de edad, y luego esa jodida loca apareció, lo más irónico es que no siquiera le ví la cara! Casi me deja calva. No, bueno, en realidad me arranco solo una par de cabellos, Pero el jalón si fue rudo. Aunque, aunque, viendo lo positivo del todo lo que sucedió, puede estar en los brazos del papacito de Gregor Thompson. Aprieto las sabanas y doy un gritito, que el hombre está buenísimo, que jamás me imaginé si quiera tocarlo, y anoche luego de que su ex enloqueciera me atendió y reviso para asegurarse de que estaba bien, además, me trajo en su lujoso auto a mi casa. Es una persona seria y se nota poco expresivo, Pero su vergüenza por lo sucedido se notaba a leguas, no hablamos nada en el camino, solo se disculpo por lo que hizo su esposa, al igual pude notar un par de vistazos que dio a mis piernas. El dolor de cabeza no me dejó disfrutar del momento o aprovecharlo en cuestión. —Que tengas buenas noches Carlota Yo solo suspiré y asentí antes de entrar como cachorro regañado a casa. Si me hubiera podido defender, le hubiera dado en la madre. Es que… ¡Vieja loca! Mi teléfono suena y es Dorothea, gracias a ella sigo con mi cabello casi intacto. —Hola amiga preciosa — le contesto de inmediato. —¿Cómo sigues después de la desgreñada que te dieron? Resopló y me río — Aquí, con dolor de cabeza, que te digo, tremenda noche de celebración. —Por lo menos te llevo un papacito a casa, dime qué lo invitaste a tus aposentos. —¡Estas loca! Lo menos en lo que pude pensar fue en eso, solo quería dormir! Llame a mi madre al llegar y se sorprendió por lo temprano y lo sobria que me escuchaba, oh, eso si le pedí a su jefe, que no le dijera nada para que no se preocupara. —le hubieras dicho que te debía una buena cogida por hacerte pasar por ese mal momento. Si me hubiera sucedido a mi, yo si me aprovecho Una carcajada brota de mi — ¡Enloqueciste! El timbre de la casa retumba, pienso a ver si estoy esperando algo, Pero no, me levanto con el celular pegado a la oreja y ver quien es, mientras Dorothea sigue diciendo cuánta locura se le ocurre, creo que aún sigue ebria. Veo por la mirilla antes de abrir y me sorprendo al ver al mismísimo dueño de Dulce Infierno — te llamo luego — cuelgo —¿Hola? — digo inmediatamente apenas abro la puerta. Me da un vistazo de arriba abajo, tengo una pijama de Stitch de esas que cubren el cuerpo entero. —¿De verdad ya tienes veintiún años? Que viéndote así, para es una cría de quince. —Si soy mayor de edad, mi identificación es totalmente legal, ¿Qué hace usted aquí? — giro mis ojos, en su manos tiene una caja de pizza, y una bolsa de una farmacia, las alza para mostrarme lo que ya note. —Vine a pedir una disculpa, ayer si no hubiera sido por mi culpa, Irina no te habría confundido con el Ligue de Gregor, aún no entiendo cómo pasamos de pedir tu identificación a curarte en mi oficina. —Pff, que puedo decir, aún mi cabeza duele — me tienta invitarlo a pasar, Pero no le tengo la confianza para hacerlo. —Bueno, quiero que sepas que tienes una invitación con todo pago en mi Local, por una noche y tus amigos, es lo que puedo hacer para ofrecer una disculpa sincera — alzó mis cejas. Bueno, mis amigos se pondrán felices de tener una noche gratis en Dulce infierno. —Wao, bueno… gracias — me sonríe y veo un huequito en su mejilla, su amigo es más mi tipo, sin embargo, Nathan no esta mal, es algo rubio para mí gusto, pero bueno… solo ofrece una disculpa, creo… —Espero vernos pronto — me entrega todo y se va. Me quedo en la puerta viéndolo hasta que se sube a una enorme camioneta de niño rico. “Ok ok, ¿Qué acaba de pasar?” Luego de cerrar, destapó la caja y el olor es mundial, definitivamente viene de un restaurante costoso, al igual que la bolsa de la farmacia que luce elegante. —Bueno, que sigan pasando cosas buenas después del jalón de mechas— me digo a mi misma y me dispongo a disfrutar de esta grata sorpresa. llamo de nuevo a Dorothea y le cuento lo sucedido. —Oh!!! oh!!! le gustas al dueño de Dulce infierno, tendremos noches gratis en el mejor bar de la ciudad, gracias a ti — Yo giro los ojos. —Claro que no, el solo nos dió una noche, solo por lo que hizo la ex de Gregor... —Ah! ya lo lass por su nombre, Gregor... oh,no solo tiene cuerpo y rostro de Dios Griego, también se ve como uno, bueno, ya tienes una excusa para coincidir con el. —Ummm, muy bueno y todo, Pero tiene una carga muy pesada, y yo no soy una chica de una sola noche, lo sabes... —Aburrida!!! tan bueno que es coger sin compromiso, o Todavía sigues aferrarda a Alan? —Claro que no loca! — muerdo mi deliciosa pizza, jamás he probado una igual — ese imbécil está fuera de mi mente. —Fue el que te desvirgó, no creo que... —La pizza está divina, te iba a invitar, Pero con las estupideces que andas diciendo, olvídalo! hablamos mañana! besitos loca! corto la llamada y resopló. Alan fue mi primera relación seria, y con quién, como dijo mi amiga, tuve mi primera vez, Pero le gustaban los coños nuevos, y después que tuvo el mío, siguió en su búsqueda de chicas nuevas, si me gustaba en serio, pero solo se aprovecho de mi. eso hace poco menos de un año, Pero ya lo supere. Mi celular repica y giro mis ojos sin ver quien es, aunque al observa la pantalla es un número desconocido. —¿Hola? — contesto curiosa — Habla Gregor, necesito que vengas inmediatamente a mi casa. —¿que? ¿porque? —Ya envíe a alguien por ti, te espero aquí...Carlota Rodríguez —¿Dónde está mi madre? — llego como torbellino a la clínica y le pregunto a Sr Thompson al verlo, bastante alterada — ¿Qué fue lo que pasó? —La están atendiendo, no hubo heridas graves…—¿¿Heridas?? — Busco a lo lados a ver si la veo, quiero llorar —¿Qué carajos fue lo que ocurrió? Suspira y pasa la mano por si rostro — La madre del niño se coló en la casa, violando la seguridad, tuvieron un altercado aparentemente ya que se quiso llevar a Mathias y tú madre se interpuso, estaba cerca de las escaleras y se cayo.—Esa maldita desquiciada — joder, que mi madre se pone también a meterse en lo que no debe, de pronto pienso en el bebé — ¿Y Mathias? ¿Cómo está Mathias? ¿Se lo llevó? —El está bien, la seguridad intervino y la lograron detener, ahora se encuentra a cargo de mi padre y su esposa, Irina está detenida.Paso las manos por mi cara — Gracias a Dios, ahora quiero ver a mi madre, por favor dime dónde está. —Esta en urgencias, la están revisando, solo fueron una
Gregor Thompson Disimulo viendo a la chica que se baja de mi camioneta, tiene unos jeans anchos con bolsillos y una blusa corta que su ombligo, su cabello es una maraña en la cima, aunque no se ve mal, toma su maleta y me ve esperando que le diga algo. Rasco mis cejas, mi padre aparece con Mathias en brazos y su esposa al lado. Observa a la joven que me acompaña, es mi hijo quien rompe lo incómodo del momento, ya que al verla alza sus bracitos hacia ella. —Buenas tardes — saluda antes de acercarse a mi hijo — Hola pequeño bebé travieso — le dice con voz dulce.Tomo a maleta para ayudarle mientras lo carga en brazos. —Hola Papá, Hola Maritza, ella será la niñera de Mathias mientras la señora Carla está de reposo.—¿Cómo conoces a Mathias? — pregunta mi padre. —Soy la hija de Carla, la persona que se encarga de el, lo he visto muchas veces antes, ¿Verdad bebé hermoso? El le muestra una sonrisa con sus encías solo con un par de dientes en ellos. —Me parece bien que se encargue del
Carlota Rodríguez Mathias es una bendición, durmió toda la noche, cuando me desperté eran las siete de la mañana, así que pude recuperar bastante sueño de mi noche de rumba. Lo primero que hago es cambiar su pañal y bajo a la cocina a prepararle un tetero.Me encanta que me sonría apenas me vea, es idéntico a su padre, por lo menos eso hizo bien su madre, no entiendo cómo alguien no puede querer a alguien tan perfecto como este ser, es tan inocente.. y más viniendo de ella. De verdad son cosas que no se pueden entender de algunos seres humanos.Yo solo me cepillo y medio acomodo mi cabello, bajo con mi pijama de gatitos, que es solo una blusa de tirantes y un shorts que me queda a medio muslo. El bebé se come todo.—Eres un bebé muy bien portado — le digo con voz cariñosa — Te voy a cambiar y ponerte muy guapo para que salgamos a tomar sol en el jardín. —Buenos días — me sobresalto ante la voz gruesa — mi cejas se alzan al ver al padre del niño, se nota que acaba de llegar y a mi
Carlota Rodríguez Amo el nuevo hogar de Mathias, es elegante, tiene una vista estupenda, y a pesar de ser un apartamento, tiene sus áreas recreativas, ayudo acomodar las cosas en su nueva habitación mientras el duerme plácidamente en su nueva cuna. Antes de salir de su antigua casa, me cambie el shorts por un vestido, es estilo veraniego, rojo con pequeñas flores blancas y combine con una sandalias planas estilo romano en marrón, no es lo más cómodo para una mudanza, Pero si lo más fresco, me rehusó a usar algo que me genere más calor de la que hay. A mí jefe no le causo mucha gracia, ya que pude escuchar claramente su gruñido insatisfecho por la ropa que elegí, hice como que la no escuche nada y seguí en lo mío. Su amigo se despidió rápido y con cara sería, no como cuando me vio en la casa, que fue todo sonrisas. Aprovecho la siesta del bebé para darme un paseo, hay algunas personas en las habitaciones organizando, me gusta, no es gigante, es grande, los espacios son cómodos.—¿
Gregor Thompson La vista se me va detrás de su trasero, no puedo evitarlo, Mathias se acerca con sus manitas en los ojos, así que lo coloco sobre mi pecho.Necesito que la señora Carla regrese pronto, además iré a visitar de nuevo dulce infierno, últimamente siento demasiada tensión, las piernas, sus pechos llenos me atraen, pero esos ojos verdes, con esa mirada pícara y desobediente me mata. “No es una buena idea, solo perdería a la mujer que cuida a mi hijo desde que nació y ella hace un trabajo excelente, aunque no puedo decir nada malo del trabajo de Carlota”Lo malo es que me atrae… Cuando aparece su sonrisa tierna al verme, me remueve por dentro… Comienza a recoger y yo me levanto para llevar a mi hijo a su habitación, lo dejo en su cuna, reviso que no haya mosquitos, y apagó la luz, escucho a Carlota en la cocina, decirle que se quite el puto vestido que trae solo hará que se coloque algo peor. Paso la mano por mi rostro. Me tienta, desde que la Vi con esos jeans caminado
Carlota Rodríguez —Esta semana no se podrá, debo viajar a México para arreglar unos asuntos de la empresa. Arrugó la cara, ya le dije a los chicos de nuestra noche gratis en Dulce infierno, pero mi jefe delicioso me acaba de romper la burbuja. —Esta bien, supongo que será para semana siguiente o cuando vuelva mi madre — me encojo de hombros. —No entiendo cuál es el afán de los jóvenes… —Ay por Dios — lo interrumpo — Usted tiene cuánto… ¿25? Me ve y hace una mueca de sonrisa, Pero lo disimula rápido — Es solo Dopamina barata. —Pff — resoplo — hace cuatro años a usted de seguro le gustaba esa dopamina barata.—No, soy de otros gustos… —¿Cómo cuáles?— recojo algunas cosas que están en el suelo mientras jugaba con Mathias, ahorita se acaba de dormir y el Sr acaba de llegar. —No lo entenderías… Me lo quedo viendo buscando algún indicio de algo, Pero pone su cara de póker, viendolo asi, vestido con traje, peinado y barba perfectamente afeitada, reloj Rolex y corbata… pienso en Rya
Gregor Thompson —¡No tiene permiso de pasar!, señora! — Escucho un alboroto fuera de mi oficina, me estoy levantando de mi silla cuando la puerta se abre estrepitosamente, chocando incluso con la pared. —¡Eres un maldito hijo de puta! — Irina entra hecha una fiera, mi secretaria está detrás con un mejilla roja y despeinada. —Señor, la señora… — Alzó la mano, no hace falta que explique lo que es evidente, le hago seña para que salga y cierre la puerta, veo a algunos empleados al pendiente desde afuera. —¿Qué carajos quieres? —¿Cómo pudiste hacerme esto? — luce desaliñada, si no la hubiera visto en plena faena e investigado a fondo, no sabría la clase de persona que realmente es — Te di todo de mi mientras tú estabas en bancarrota, te di un hijo, lo menos que puedes hacer es darme, no se! Algo que recompense mi tiempo, no dejarme el la calle, sin la custodia de mi único hijo, como si hubiera sido miserable contigo, cuando sabes que no fue así, te un apoyo moral que no te dio más na
Carlota Rodríguez Me veo a través de la cámara de mi teléfono y me veo apoteósica, deliciosa, divina! Voy aprovechar este solazo exquisito para broncear mi pálida piel, me coloque el traje de baño más diminuto que tengo para dorar un poco más de extensión de la piel. Aprovechando que mi delicioso jefe está en una reunión.A Mathias ya lo tengo con su gorrito, lentes, traje de baño y protector sola, va tan feliz como yo, rumbo a la piscina en su coche. Para nuestra comodidad no hay tanta gente, los distraigo un rato, juego con el mientras no bañamos. No me pierdo de los vistazos de un grupo de chicos que está al otro lado, no me quitan la vista, sin embargo creo que Mathias los mantiene alejados y eso me encanta. El bebé se duerme y aprovecho para sentarme un rato y tomar el sol.—Hola ¿Disculpa? Me giro a la voz que interrumpe mi descanso, pienso que es un mesero, hasta que noto que es uno de los chicos del grupo del frente. —Ummm, ¿Si? — me levanto para sentarme derecha y presta