Aquella noche de fiesta era todo lo que esperaba que fuera: un completo desastre. Nunca debí aceptar la invitación de Sara quien no me aceptaba mis excusas de siempre para permanecer dentro de mi cueva mirando series o películas en ese popular sitio de streaming, o no, ¡esa noche tuve que decir que si!
Bajo la presión de Sara me puse ese seductor vestido oscuro de femme fatale que ella, mi mejor amiga, me regalo en mi cumpleaños, me coloree los labios de rojo y delinee mis ojos felinos, mi cabello negro lo deje suelto, y para ser sincera, realmente lucia como toda una ardiente cazafortunas esa noche. Salimos a las 9 del departamento, la noche era joven, y después de meses de no salir a ningún sitio, al menos no durante las horas nocturnas, decidí simplemente disfrutar el momento, total, ¿Qué podría salir mal?
Me arrepentí, por supuesto.
A la media noche, en el momento en que todos en aquella descontrolada fiesta ya estaban con los ánimos agitados y en medio del éxtasis que el calor de la bebida entregaba, lo vi llegar, ese hombre alto y guapo de bonito cabello castaño y ojos azules que parecían juiciosos, con un aire arrogante y elegante; Sara me dijo de inmediato que definitivamente era el, el CEO de la empresa para la que estaba realizando su pasantía y que era el tipo mas pesado y arrogante del mundo, casi pude verla correr para evitar que la viera allí.
Sinceramente, no estaba interesada en conocer a nadie, solo quería pasar un buen momento y divertirme, aunque al calor del vino mi temperatura se elevó, y mi timidez habitual pareció haberse desvanecido por completo cuando comencé a bailar sin pudor alguno en medio de la pista de baile. Aquellos ojos azules se clavaron en mí, mirándome de arriba abajo sin reparo, como miran los lobos a su presa, ¿Y que fue lo que hice? Bien, pues me acerque hasta ese hombre elegante de aire arrogante y lo mire fijamente a los ojos mientras bailaba, y el, me tomo bravamente de la cintura con aire dominante para bailar conmigo.
—Me llamo Arlen, Arlen Chadburn y seré tu acompañante esta noche — me dijo con voz de mando, sin darme oportunidad a replica, y aquello fue…excitante.
—Yo soy Ciara, y apellido no hay galán, dejare que me acompañes esta noche — le respondí para luego acariciar su cuello mientras bailábamos.
Entre bebidas y charlas casuales, nos apartamos de todos en aquella fiesta que los amigos ricos de Sara organizaron, ella, se había perdido de mi vista desde hacia un largo rato atrás, y yo deduje que seguramente había cazado algo interesante, así que no la busque. Entre tragos y embriaguez, terminé besando a aquel desconocido de apellido Chadburn quien no dudo en seguirme aquel beso inexperto que estaba dándole, y así, todo subió de tono hasta que perdí la noción de lo que estaba ocurriendo, y entre besos y caricias, me sentí completa, nunca nadie podría haber sospechado que aquella era mi primera vez en todo…incluido aquel primer beso que el alcohol me hizo darle a un completo extraño. La música aturdía mis oídos y mis sentidos, y podría saber que el se hallaba en las mismas condiciones que yo lo estaba, pues lo vi casi caerse un par de ocasiones, entonces, de repente no hubo mas ruido, solo un agradable silencio y la suavidad de unas sabanas…fue allí cuando me perdí por completo.
El sol de esa mañana es de aquellas cosas que jamás olvidare, pues me pego directamente en el rostro haciéndome despertar. Me dolía la cabeza, tanto que pensé que me estallaría, nunca había bebido tanto, es más, nunca había bebido en lo absoluto, mis salidas nocturnas eran a bares donde servían tambien café, y nunca me permití beber, mi padre toda mi vida me dijo lo peligroso que era hacerlo en medio de desconocidos, y, siendo el un grandioso policía, nunca dude de su palabra, pero quizás, aquella noche estaba demasiado estresada por mis fracasos en la universidad, y quise liberarme de todo eso al menos por un rato…y aquella liberación, me costo mucho mas de lo que debía.
Allí, completamente en su traje de Adán, estaba ese apuesto y arrogante hombre, el mismo al que Sara tacho como el CEO para el que trabajaba, y que aseguraba, era un completo déspota insufrible capaz de poner de mal de humor hasta al más santo. Dormía plácidamente, casi como un bebé, y entonces, caí en cuenta de mi propia desnudez, y de la incomodidad que sentía en mi feminidad. Sentí mi rostro arder, y de a poco comencé a recordar lo ocurrido la noche anterior. Salimos de aquella lujosa mansión, subimos a su costoso auto mientras me decía que yo era la chica mas hermosa y ardiente que jamás había visto, y como me había notado desde el momento en que llego y yo solo me reí de ello, llegamos a un alto edificio de departamentos, uno de esos de super lujo en donde solo los millonarios podrían darle el lujo de pagar, el portero nos recibió, y en el elevador comenzamos a besarnos apasionadamente, sentía mi piel ardiendo, y solo quería dormir con aquel hombre tan apuesto y elegante, entramos a un pent-house, el más costoso según en las palabras de ese hombre, y que era de su propiedad, subimos por unas escaleras de mármol nuevamente besándonos hasta llegar a su habitación y entonces…entonces…
Me levante de prisa, busque mi vestido por el suelo hasta encontrarlo junto a mi ropa interior, camine al baño echa un mar de nervios, había perdido mi virginidad con un completo desconocido, estaba tan asustada y nerviosa que realmente no repare en nada mas que los recuerdos de la noche anterior, que me bombardeaban y me hacían sentir vergüenza de mi misma, me mire en el espejo y pude ver mi cabello revuelto, mi maquillaje descolocado, y entonces, lo escuche llamándome.
Mis nervios me traicionaron y salí corriendo de aquel lujoso baño solo para encontrarme con la intensa mirada azul de él, mirada que no aparto de mi en ningún momento.
—Yo, no se…lo siento, no tenia idea de que eras virgen, no quise aprovecharme de ti, realmente, yo tambien bebi de más…
—Me voy a casa, por favor, no me vuelvas a buscar, esto nunca paso — lo interrumpí aferrada a mi bolsa, y caminé a la salida de ese lugar.
—Espera — me tomo del brazo de manera dominante, pero me zafé de su agarre en el acto. — Al menos déjame llevarte, yo, de verdad…lo lamento — me dijo con seriedad.
—No es necesario, déjame irme, como dije, esto nunca paso — le respondí y caminé a la salida.
—No puedes irte, yo…déjame reparar esto, al menos, dime tu apellido, realmente eres una mujer hermosa, nunca vi a alguien como tu antes…déjame saber tu nombre — me dijo casi en una súplica, pero estaba tan molesta conmigo misma, tan defraudada de mí, que tan solo quería salir de allí y olvidarlo todo.
— Lo siento, pero no quiero volver a verte, adiós — dije con determinación, entonces el, corrió hacia su tocador y me dejo aquella tarjeta con su nombre en mi mano.
—Llámame cuando te sientas mejor, estaré esperando a que lo hagas, y a que permitas invitarte a cenar uno de estos días, de verdad lo lamento — nuevamente se disculpó, y yo, tan solo salí de allí con aquella tarjeta en mis manos, soportando miradas juiciosas de personas, y es que, era mas que obvio, yo había caído en la cama de un millonario, como una más, y aquel sentimiento solo me hizo enojarme más conmigo misma.
Cuando llegué a casa, Sara me recibió contándome de su candente noche con un millonario que conoció, ella nunca lo supo, no supo que me acosté con su jefe, yo no se lo dije, en realidad, no se lo dije a nadie. Me encerré en mí habitación a reprocharme a mi misma por mi imprudencia…y tres semanas después, lo supe…estaba embarazada de aquel millonario con quien tuve mi primera vez y yo…jamás me atreví a marcar el numero en aquella tarjeta. Regresé a mi pueblo, le dije a mi padre que cometí un error con un chico de mi universidad y el, por supuesto, durante meses quiso saber el nombre del desgraciado para hacerlo responsable, sin embargo, nunca se lo dije.
Los nueve pasaron y di a luz a un hermoso niño, a mi pequeño Ethan, y su padre millonario nunca supo de su existencia, nunca se lo dije.
Hoy, después de varios años, el destino finalmente me ha alcanzado, y aquellos ojos azules me han vuelto a ver…así como han visto a aquel niño casi idéntico a el a mi lado.
Hace casi cinco años nació mi pequeño Ethan, fue un día difícil que aun recuerdo, mi madre y mi padre que tenían años sin hablarse, volvieron a hacerlo mientras me veían llorar de dolor, nuevamente me preguntaron el nombre del padre de mi hijo, pero, igual que durante los nueve meses, me negué a decirlo.Recuerdo todo esto mientras voy a mi trabajo en la cafetería, Ethan va conmigo, hoy mi papá tuvo un importante caso en el pueblo, y el sheriff tiene que hacer todo para garantizar la seguridad de todos, por lo cual, hoy no pudo cuidar de su nieto, o, como el lo llama, “la luz de sus ojos”. Estoy nerviosa, hoy se cumple aquel plazo que Emmeran me ha dado, el es nada mas y nada menos que el hermano menor de aquel hombre que ha sido el causal de mis pesadillas desde hace años, el mismo al que dejé solo en aquel lujoso departamento años atrás cuando hui como una cobarde, el mismo que me dio aquella tarjeta y me pidió llamarlo…y el mismo que es el padre biológico de mi hijo.Hace un par de
Narra Arlen:Cuando la vi de píe, con aquellos hermosos ojos castaños llenos de angustia, con ese cabello negro y sedoso de olor a rosas aquella noche, supe que la había finalmente encontrado, era ella, la Ciara que recuerdo de esa noche ardiente que fue la mejor de mi vida. Emmeran apareció en mi puerta hace unos días diciéndome que había encontrado a mi Ciara, aunque no me dio mas detalles de ello, y es que, desde aquella noche en que estuve con ella, nunca pude olvidarla, la joven asustada que salió huyendo de mi departamento en lugar de quedarse deslumbrada por mi poder y mi dinero, y que tuvo su primera vez conmigo, había sido encontrada después de casi cinco años que la busque sin descanso. Solo con ella me sentí pleno, aquella ardiente chica de melena negra y ojos castaños, que bailaba en medio de la pista de baile a la que asistí solo por compromiso. Desde el momento en que entré en ese sitio, pude notarla, tímida al comienzo, apartada de todos y bebiendo sola, parecía no enca
Narra Arlen:El sol estaba saliendo, y yo, no sabia que pensar o como sentirme. Había llegado a este pueblo buscando a una chica, y no solo la encontré a ella, si no tambien al hijo que no sabía que tenía. Todo parecía ser tan surreal que simplemente no alcanzaba a entenderlo. Bebi de nuevo de mi botella de ron añejo mientras miraba esa hoja con los resultados: estaba confirmado, soy padre.Dejando la botella sobre el buro de mi cuarto de hotel, tome mi chaqueta para salir a buscarla, Ciara tenia demasiadas respuestas para darme, después de todo, ella me oculto durante casi cinco años que tenía un hijo y no me trago el cuento ese de que perdió la tarjeta con mi número. Subiendo a mi auto conduzco en busca de la casa Edevane, las meseras de ese restaurante en donde cambio mi vida, me la dieron a cambio de prometerles regresar. Golpeo una vez mas el volante, y eso es porque la verdad estoy furioso, Ethan tiene cuatro años, imagino que pronto cumplirá cinco o no lo sé, odio ni siquiera s
Narra Ciara:El sabor de sus labios es tal y como lo recuerdo de aquella noche, realmente, es igual. No estoy ebria, de hecho, no volví a beber nada después de aquello, sin embargo, después de darme cuenta lo que hice, me he separado de inmediato, no puedo permitirme cometer un nuevo error, hoy menos que nunca. —Sera mejor que te vayas, esto, bien, se que Ethan es tu hijo, y ahora tambien tu ya lo sabes, así como tambien sabes que no es necesario que exista ningún tipo de relación entre nosotros más que una estrictamente cortes por el bien de Ethan, pero nada más, y es mejor decírtelo de una vez, yo, no busco tener una relación romántica con nadie, solo me interesa mi hijo — aclare antes de cometer una equivocación fatal como la que cometí aquella noche.—Yo, lo siento por besarte repentinamente, pero no me arrepiento, creo que lo mejor para Ethan es que estemos juntos, además, lo creas o no nunca deje de buscarte o de pensar en ti y ni siquiera mencione a Ethan en esto, pero tienes
Narra Ciara:—Ethan, abre la puerta, pero pregunta primero — le pido a mi hijo pensando en quien mas venia a enterarse del chisme.— ¿Quién? —Escuché.—Tu papá —Contestaron. ¡Ay no! Llegó temprano, lo esperaba para cenar, después de todo, Arlen me amenazo con ser literalmente parte de la vida de Ethan y, claro, esta noche era especial para ellos ya que seria la primera vez que cenarían juntos. —Hola, Ciara —escuché la voz de Arlen cuando ingresó al apartamento.—Mami, mira, ya regresó papi —La alegría de Ethan se expandía por el aire y yo, por supuesto, me sentí enternecida por ello, después de todo, nada era más importante que la felicidad de Ethan, así que será mejor que me empiece a acostumbrar a la presencia de Arlen.— ¿Ya comiste papá? Mamá hizo macarrones con queso, son nuestros favoritos, ¿verdad que te vas a quedar un rato con nosotros, por favor, di que sí —Ethan casi se inca para pedir aquello, y yo, me sentí demasiado incomoda, pero tan solo sonreí. No tenía interés
—Ellos, ¿están enojados conmigo? — cuestione lo que era obvio.—Se llaman Antonella y Carlisle, son personas con altos morales, y, por supuesto, les sorprendió demasiado saber que tenían un nieto ya casi por cumplir los cinco años, se molestaron, por supuesto —Realmente me sentí mal por ellos, supongo que no era sencillo de asimilar el enterarse repentinamente que tuvieron un nieto que no tenían idea de que existía y que su madre, por decisión propia, no les dejo conocerlo antes.—No. Ellos están enojados conmigo. Antonella, mi madre, me preguntó qué te había hecho para que tú no me dijeras nada y por qué nunca les dije que tú y yo habíamos tenido un hijo —Eso me intrigó. —¿Y qué les dijiste? —le pregunté.—Que tú y yo nunca habíamos tenido una relación, que solo había sido una noche. Entonces mi madre se enojó y me pidió tu número telefónico, me dijo que no quería hablar conmigo hasta que admitiera mis errores. Mi padre solo me dijo que vendrían a conocer a su nieto. Ellos se enoja
Narra Arlen:El aire fresco de la noche me golpea en el rostro. Respiro profundamente mientras recuerdo todas y cada una de las palabras de Ciara Edevane.“Yo…nunca, nunca antes de esa noche, había bebido, bailado o siquiera había besado a un chico”No solo era virgen en ese momento, ella jamás había besado a nadie antes, y saber que esa chica tuvo conmigo su primera vez en todo sentido, me hacía sentirme especial…Ciara nunca fue tocada o besada por nadie más que por mí, y aunque no debería pensar de esa manera, no podía evitar sentirme muy especial por ello. Ciara era mía de una forma en que nadie mas lo era, y me había dado un hijo maravilloso al que me permitió ver sin mayor problema, Ethan es idéntico a mi y es realmente un niño inteligente y encantador, Ciara lo ha hecho increíble, y por ello y más, es que no la quiero fuera de mi vida, aunque ella si me quiera fuera de la suya.Veo el humo de mi cigarrillo perderse entre el viento, y no puedo sacar nada de esa situación de mi me
Narra Ciara:Hace casi cinco años…una madrugada de un 17 de febrero.Ethan decidió que era hora de nacer, era una semana antes de lo que la doctora tenía programado. Estábamos todos; mamá, su esposo Phil, papá y yo en el departamento, todos estaban a la expectativa del nacimiento de mi hijo, y mi madre, había insistido en estar a mi lado desde una semana antes porque “cualquier cosa puede pasar” y en efecto, algo pasó.Con ayuda de mamá y papá había encontrado un lugar económico, pero, de inmediato mi mamá encontró problemas que suponían un peligro para Ethan, así que desistimos, entonces Cesar nos ofreció su casa, bueno su departamento, pero como faltaba poco para el nacimiento de Ethan todos estaban conmigo.Estaba dormida cuando un dolor hizo que me despertara, mi mamá estaba a mi lado y sintió cuando me levante.—Ciara ¿estás bien? Estás pálida —Me dijo notando inmediatamente que algo andaba mal.—Mamá me duele — le dije gritándole. —mucho, es insoportable —Todos fuimos al hospi