Mi última noche con Arlen fue realmente frustrante. Estuvo llena de amor y de tristeza. Quería tocarlo, quería amarlo, pero no podía hacerle eso a Alex. Sentirlo j una tortura, no pudimos dormir en toda la noche. Pero cuando la mañana llegó fue aun peor, la tristeza se apoderó de todos, por más que lo intentaba las lágrimas no se iban; Ethan estaba igual. Estábamos en la cama Arlen nos había pedido no ir con él al aeropuerto. La despedida con Ethan había sido particularmente intensa. Podía cerrar los ojos y recordar la escena. Arlen abrazó a Ethan y los dos habían comenzado a llorar. Arlen que se veía sereno durante la despedida con todos los demás, se había desmoronado cuando T no lo dejara; le había escrito muchos papelitos con el teléfono de la casa y del celular para que no nos olvidara. Pensar en eso me volvía a hacer llorar, miré a Ethan y se había quedado dormido; era mejor así, al menos no me veía llorar. Mi padre me dijo que necesitaba ser fuerte, pero estaba harta de ser fue
—es niña. Luego papito se tuvo que regresar a otro lugar, a Londres y eso me puso muy triste, y me dan muchas ganas de llorar y de no juga Acabo con un gran suspiro y el director me miró. —¿Ethan, puedes ir con tu abuelita y decirle que en diez minutos nos vamos?—Sí. —Se levantó y miró al director—. No regañe a mi mamita, prometo ya no peliarme aunque me digan cosas feas.—No voy a regañarla, no te preocupes. Y se dice pelear. Ethan asintió y salió corriendo.—Algo así pasó, como lo dijo Ethan. Su papá tuvo…—Sacudí la cabeza—, tiene un problema judicial y tuvo que volver a Londres a solucionarlo.—Voy a mandar a Ethan con la psicóloga, solo para que ver que esté tomando bien esta separación temporal, ¿está de acuerdo? —Asentí—. Bien, señora Edevane. Nos próxima junta de padres, un gusto verla. Me dio la mano y me acompañó a la puerta. Ethan ya tenía su mochila y estaba contándole a su abuela lo de la pelea. —Voy a tener que enseñarte un par de cosas, yo enseñé a tu tío Emmeran a p
—Mira, puedes venirte a vivir aquí y ser el tío amargado de Ethan. O puedes irte no sé de viaje a… Europa, a China. No sé, así puedes dejar a Miriam con un hombre q merezca, la haga feliz y que la llene de hijos. ¿Quieres quedarte de una vez? —Emmeran seguía mirándome horrorizado—. Puedo ir yo por tus cosas, así no la ves m puedo decirle que vas a dejarla.—Estás loca. Ciara, no voy a dejarla. Es mi vida.—No lo creo…—Estás loca, no voy a dejar que otro toque a Miriam. Salió de la habitación dando un portazo, le escuché gritar algo y otro portazo. Salí y vi a Antonella perpleja con Ethan en brazos. Antonella me miró.—¿Qué le pasa? Salió como loco, gritando que ningún otro hombre tocaría a Miriam. —Es que Emmeran necesitaba un empujoncito y se lo di —expliqué sonriendo. Al menos alguien sería feliz esta noche. Casi a las cuatro de la mañana me acosté, pero Ethan se había adueñado de casi toda la cama, me tocó acomodarlo con cuidado. Cuando por fin me iba a acostar re Londres ya era
Al llegar al departamento, les dimos de comer y dejé a los niños con Ethan en lo que recogía todo. Antonella iba a salir a comprar algo para Emmeran, así que me puse a de la escuela, pero la voz de Ethan me alertó.—Mamita, no te enojes mucho. —Lo miré y me puse en tensión. No encontramos a Britt, ya la buscamos en todos los cuartos. Alerté al portero, pero me dijo nadie había salido. Yo subí a la azotea a buscarla por la alberca, mientras Antonella la buscaba en el departamento.Escuché unos gritos mientras bajaba pensando en donde podría estar. Las puertas del ascensor se abrieron.—¡Tú! —Tanya me señaló con el dedo y me jaló del brazo hacia el pasillo. — Mira lo que este monstruo hizo. Miré hacia donde señalaba y vi a Britt, llena de crema y a una gran pantalla que estaba igualmente en el mismo estado que Britt. No pude evitar hacer una mueca. —Y eso no es todo. — Caminó hacia otro lugar, una recámara llena de cosas, de maquillaje, y en el piso varias sombras y varias cosas rotas.
El teléfono emitió el característico sonido de llamada terminada y yo salí del aeropuerto con una sonrisa, hasta que recordé que en ese mismo aeropuerto me había perdido hacía un tiempo. Esa era la forma en que me consolaba a mí misma y a Ethan. Según el abogado, todo sería más rápido si aparecía una maldita carta donde Arlen le daba un poder Angela, donde solo podía actuar mientras él lo autorizara, simplemente no aparecía el original. Y sin ese original costaría más probar la inocencia de Arlen. El comportamiento de Ethan en estos días había sido caprichoso y malhumorado, sabía que era por la ausencia de Arlen, pero me estaba cansando; cada comida o siesta era una pelea, y tener a Antonella en la casa no ayudaba en nada, por momentos era agobiante, se encargaba de todo, nos servía el desayuno, la cena, la ropa limpia, un día la encontré reorganizando mi ropa… ¡mi ropa! Me sentía indignada e invadida. Sabía que no iba a ser nada fácil, pero tenía que hablar con Antonella y pedirle qu
—Muy bien, necesitamos hablar —comencé. — primero, no deben meter perros de la calle…—No estaba en la calle, Ciara —me replicó Britt. — estaba en el elevador.—Y estaba asustado, mamita —me contestó Ethan.—Y él nos siguió solito, queríamos esconderlo, pero olió la comida y encontró a la abuela Antonella —terció Cam.—No importa, no perros en la casa. Los tres me miraron como si hubiera dicho la peor cosa del mundo.—No, mamita, no puedes hacernos esto. Titán es nuestro amigo.—Ciara, Titi, es como mi hermano. Tú dejas estar a Cam con nosotros, ¿por qué no a Titi?—Yo no soy un perro —replicó Cam. — pero sí, déjalo venir a visitarnos, por favor.Y me llené de por favor, multiplicados por tres al mismo tiempo miles de veces.—¡Ya! —grité—. Silencio. —Y hasta el perro me miró serio.— Vamos a discutir lo del perro después, ahora lo importante es que necesito hablar con ustedes. —Miré quienes se sentaron junto al perro. Britt no dejaba de acariciarlo.— Alex y yo hemos decidido ya no se
Al final si hacía frío, pero no tanto y me senté en una tumbona, me abracé a mí misma pensando en lo rápido que cambiaba mi vida. Lo mucho que extrañaba a Arlen y como todo se iba complicando, y al mismo tiempo solucionándose.—Tampoco podías dormir —escuché que alguien hablaba a mi lado. Brinqué asustada y miré… era Anthon.—Hola. No… —Negué con la cabeza al mismo tiempo. — Tengo demasiadas cosas en la cabeza y Britt se mueve mucho.—Esos niños son especiales, mi perro… —se quedó callado. Me miró y continuó. — Titán era el perro de mis hijos, lo escogió mi hijo. Cuando comenzamos a ver lo mucho que crecía… mi esposa y yo nos asustamos, pero mis hijos ya lo amaban. Y cuando perdí todo él estuvo conmigo, me sentaba en el cuarto con una botella, y el único que se quedó conmigo y no me abandonó, fue Titán.No quería verlo desanimado, así que, decidí hablarle un poco de mi vida.—Yo siempre quise un perro, pero mamá era tan descuidada que nunca quise tener uno, podía escapar o pasarle al
El día siguiente comenzó conmigo dormida en el sofá y tres monstros gritando que querían cereal.—¿No quieren dormir otro rato? Por favor, creo que me acabo de dormir —argumenté tapándome la cabeza.—¡No! —gritaron alargando la letra o. —Anda, mamita, queremos cereal con leche. El mío con leche fría.—¿La mía puede ser calientita? A mí no me gusta la leche fría —me dijo Britt.—A mí me gusta fría o caliente pero no me gusta el cereal de chocolate —aclaró Cam.—Voy, pero solo por despertarme voy a… —Los miré y comencé a hacerles cosquillas. — hacerles cosquillas hasta que se hagan pipi. Comencé a corretearlos por todo el departamento. Al final terminamos en la recámara de Ethan, donde los niños me atacaban a mí. Les di de desayunar y comencé a pensar en qué hacer para entretenerlos. Recordé a Cesar y el futbol soccer, le llamé por teléfono y me dijo que le encantaría ir con nosotros al parque. Antonella también se unió a la salida, pero la notaba demasiado seria conmigo. Al final del d