—Pero solo un mes más y me sacaran miles de huevecitos para hacer bebés, espero que no tenga que volver a pasar por esto nunca más. Toqué su hombro en señal de que estaba con ella.— Huele bien, ¿qué hiciste de comer? —Los cambios de humor eran realmente violentos. Miriam había pasado por cuatro o cinco estados en menos de diez minutos.—Lasagna —le contesté. —Hola, Miriam —saludó Arlen, que entraba a la cocina con Ethan.—Hola, tía Guapa, te ves muy linda. Me gusta como se ve tu pelo —la saludó Ethan con una gran sonrisa.—Gracias, Coso hermoso. Eres el sobrino más hermoso y lindo del mundo mundial. Comenzamos entre todos a preparar la mesa para la comida. Arlen le explicó el problema a Miriam en grandes rasgos, sin entrar en muchos detalles mientras comí—Pues yo creo que te estás ahogando en un vaso de agua, si bien tienes la acusación sobre ti, ¿pero qué no usan ciertos trucos para diferenciar y evitar falsificación miré asombrada, jamás pensaría en algo así, pero Alina y Arlen te
La fiesta, la bendita fiesta era hoy y Ethan cantaba de contento, yo me debatía entre huir junto con Arlen y Ethan o disfrutar de ella. Durante la noche ideaba planes para escapar, uno más fantasioso que el otro. Era difícil pensar en Arlen sin sentir que traicionaba a Alex. Al mismo tiempo Alex n a besarme desde que Sophie se rompió el brazo, no sé por qué sentía que algo raro pasaba. Pero era tan cobarde que no me atrevía a poner las cosas en claro. Había decidido ir un paso a la vez, primero Arlen y luego Alex. Lidiaría con la partida de Arlen y luego enfrentaría a Alex; si todo lo hacía al mismo tiempo, sería para mí. Papá y Katty estaban en casa, con Leah que como siempre estaba malhumorada. Miriam y Emmeran llegarían un poco tarde, Arlen estaba con Ethan poniéndose guapo Carlisle estaban con Alina terminando de poner no sé qué detalles y yo encerrada en el baño intentando decidir qué ponerme. Escuché que tocaban a la puerta, y abrí.—¡¿Qué?! —grité.—Solo venía a decirte que Eth
—. Ustedes dos, no permitan que nadie baje al departamento en al menos una hora. El señor cobarde y tener una gran charla. Tomó a Emmeran de la oreja y se lo llevó hacia el ascensor.—Espero que mi hermano no sea tan tonto de dejarla escapar, hasta hace unos días no la soportaba. Ahora me doy cuenta que por ser tan engreído, he perdido la conocer a dos grandes mujeres. ¿Dos? ¿Quién diablos era la otra?—A ti te andaba buscando. —La voz de Antonella, me sacó de mis pensamientos—. Ven, vamos a hacer juegos para los niños. Al menos salió un poco de sol, y no ha ne lugar nos decidimos a comprar el departamento. ¿Te imaginas en verano, con Ethan en la alberca? Estaba pensando, Ciara, hay que meterlo a clases de natación, no dejarlo sin que sepa nadar. —En la escuela le dan clases, casi a fin de año; podemos ir a ver una clase, si quieres te digo qué día la van a hacer y vamos juntas.—Me encantaría, Ciara, en serio, es genial.—Es una semana de clases públicas, yo tenía que escoger solo u
Mi última noche con Arlen fue realmente frustrante. Estuvo llena de amor y de tristeza. Quería tocarlo, quería amarlo, pero no podía hacerle eso a Alex. Sentirlo j una tortura, no pudimos dormir en toda la noche. Pero cuando la mañana llegó fue aun peor, la tristeza se apoderó de todos, por más que lo intentaba las lágrimas no se iban; Ethan estaba igual. Estábamos en la cama Arlen nos había pedido no ir con él al aeropuerto. La despedida con Ethan había sido particularmente intensa. Podía cerrar los ojos y recordar la escena. Arlen abrazó a Ethan y los dos habían comenzado a llorar. Arlen que se veía sereno durante la despedida con todos los demás, se había desmoronado cuando T no lo dejara; le había escrito muchos papelitos con el teléfono de la casa y del celular para que no nos olvidara. Pensar en eso me volvía a hacer llorar, miré a Ethan y se había quedado dormido; era mejor así, al menos no me veía llorar. Mi padre me dijo que necesitaba ser fuerte, pero estaba harta de ser fue
—es niña. Luego papito se tuvo que regresar a otro lugar, a Londres y eso me puso muy triste, y me dan muchas ganas de llorar y de no juga Acabo con un gran suspiro y el director me miró. —¿Ethan, puedes ir con tu abuelita y decirle que en diez minutos nos vamos?—Sí. —Se levantó y miró al director—. No regañe a mi mamita, prometo ya no peliarme aunque me digan cosas feas.—No voy a regañarla, no te preocupes. Y se dice pelear. Ethan asintió y salió corriendo.—Algo así pasó, como lo dijo Ethan. Su papá tuvo…—Sacudí la cabeza—, tiene un problema judicial y tuvo que volver a Londres a solucionarlo.—Voy a mandar a Ethan con la psicóloga, solo para que ver que esté tomando bien esta separación temporal, ¿está de acuerdo? —Asentí—. Bien, señora Edevane. Nos próxima junta de padres, un gusto verla. Me dio la mano y me acompañó a la puerta. Ethan ya tenía su mochila y estaba contándole a su abuela lo de la pelea. —Voy a tener que enseñarte un par de cosas, yo enseñé a tu tío Emmeran a p
—Mira, puedes venirte a vivir aquí y ser el tío amargado de Ethan. O puedes irte no sé de viaje a… Europa, a China. No sé, así puedes dejar a Miriam con un hombre q merezca, la haga feliz y que la llene de hijos. ¿Quieres quedarte de una vez? —Emmeran seguía mirándome horrorizado—. Puedo ir yo por tus cosas, así no la ves m puedo decirle que vas a dejarla.—Estás loca. Ciara, no voy a dejarla. Es mi vida.—No lo creo…—Estás loca, no voy a dejar que otro toque a Miriam. Salió de la habitación dando un portazo, le escuché gritar algo y otro portazo. Salí y vi a Antonella perpleja con Ethan en brazos. Antonella me miró.—¿Qué le pasa? Salió como loco, gritando que ningún otro hombre tocaría a Miriam. —Es que Emmeran necesitaba un empujoncito y se lo di —expliqué sonriendo. Al menos alguien sería feliz esta noche. Casi a las cuatro de la mañana me acosté, pero Ethan se había adueñado de casi toda la cama, me tocó acomodarlo con cuidado. Cuando por fin me iba a acostar re Londres ya era
Al llegar al departamento, les dimos de comer y dejé a los niños con Ethan en lo que recogía todo. Antonella iba a salir a comprar algo para Emmeran, así que me puse a de la escuela, pero la voz de Ethan me alertó.—Mamita, no te enojes mucho. —Lo miré y me puse en tensión. No encontramos a Britt, ya la buscamos en todos los cuartos. Alerté al portero, pero me dijo nadie había salido. Yo subí a la azotea a buscarla por la alberca, mientras Antonella la buscaba en el departamento.Escuché unos gritos mientras bajaba pensando en donde podría estar. Las puertas del ascensor se abrieron.—¡Tú! —Tanya me señaló con el dedo y me jaló del brazo hacia el pasillo. — Mira lo que este monstruo hizo. Miré hacia donde señalaba y vi a Britt, llena de crema y a una gran pantalla que estaba igualmente en el mismo estado que Britt. No pude evitar hacer una mueca. —Y eso no es todo. — Caminó hacia otro lugar, una recámara llena de cosas, de maquillaje, y en el piso varias sombras y varias cosas rotas.
El teléfono emitió el característico sonido de llamada terminada y yo salí del aeropuerto con una sonrisa, hasta que recordé que en ese mismo aeropuerto me había perdido hacía un tiempo. Esa era la forma en que me consolaba a mí misma y a Ethan. Según el abogado, todo sería más rápido si aparecía una maldita carta donde Arlen le daba un poder Angela, donde solo podía actuar mientras él lo autorizara, simplemente no aparecía el original. Y sin ese original costaría más probar la inocencia de Arlen. El comportamiento de Ethan en estos días había sido caprichoso y malhumorado, sabía que era por la ausencia de Arlen, pero me estaba cansando; cada comida o siesta era una pelea, y tener a Antonella en la casa no ayudaba en nada, por momentos era agobiante, se encargaba de todo, nos servía el desayuno, la cena, la ropa limpia, un día la encontré reorganizando mi ropa… ¡mi ropa! Me sentía indignada e invadida. Sabía que no iba a ser nada fácil, pero tenía que hablar con Antonella y pedirle qu