Narrador Omnisciente. Las horas transcurren y todos están en sus posiciones, el programa de vigilancia y monitoreo está activo, esperando el mínimo movimiento de las fronteras para dar luz verde de salir a su encuentro o captura. Damien obtiene un peso gigante que no lo deja quedarse en un solo lugar. La oscuridad está desapareciendo lentamente, aunque la suya no tiene ni un poco de la luz que la erradicaba. Pero es lo que quiere recuperar, por lo que no se pierde un solo detalle de todo el terreno que debe cubrir. Lo mismo sucede en los límites en varias direcciones. Dante se halla con los instintos muy activos. El escorpión se encuentra en la cabina de mando, mientras su gente vigila cámaras intervenidas, él lo hace con una sola hablando con la mujer que yace acostada y somnolienta en un dormitorio lejos suyo, agotada, debido a las náuseas que le causa su estado. No se quiere perder nada por eso, aunque está lejos trata de hacerle compañía. Aarón por su lado está ofuscado, intra
Narrador Omnisciente.Los autos se detienen, permitiendo que bajen los voiny ada y krieger que resguardan a su jefe, tomando la delantera, yendo por la calle con la vista periférica de cada sitio que sale al frente. Recorren unos metros más de camino que dejan a la vista a los sujetos que reconocen a sus enemigos. Miradas de desafíos antes que la primera bala desate la lluvia de muchas más, las cuales derriban a los primeros que caen tiñendo de rojo las calles que son testigos de cómo la mafia se encarga de ir por cabezas que les estorban. —¡Dispersión y apoyo! —grita el hombre por medio del celular, llamando a su gente. Mientras Damien solo se encarga de apuntar y eliminar a quien no está de su lado, sabiendo que no es necesario pedir refuerzos. Los suyos ya vienen en camino. No está equivocado, porque tres grupos se aproximan a tal velocidad que quienes ven lo que pasa por los cielos, temen y se esconden. El diablo anda suelto y salió a reclamar almas, y ninguno quiere que la suy
Narrador Omnisciente. Mientras una cae la otra ronda el lugar hasta que puede bajar al techo de una casa en donde se desliza, aferrado al rifle que dispara sin perder de vista a Damien que lucha contra quienes le disparan. Pero es lo suficientemente listo que los evade rodando en el suelo, antes de ver como quienes lo atacan caen al piso con una bala entre ceja y ceja, dejando ver al autor de esa acción. Es certero, temerario y con la misma forma agresiva de caminar que los otros dos comandantes. Su sola presencia les avisa que deben correr y así lo hacen, pero antes de escapar las balas salen disparadas a las piernas, quitando de encima a varios, quienes sueltan los alaridos que disfruta. El comandante Taddeo Giordano queda al descubierto con una risa cínica y fría. Se lanza contra los que quedan de pie sin importar estar en medio del fuego cruzado. Dándose cuenta cuando derriban a Kai para llegar contra el comandante Reed, el cuál siente la primera bala al entrar en contacto con
Damien —¡Bonnie! —grita Aarón Reed tomando a la mujer que logra girar para ponerla en su regazo, en tanto me acerco dejando atrás los cadáveres de los gusanos que se desangran más. Una sonrisa es lo que obtiene como indicador de que sus fuerzas se están esfumando. Eso lo desespera más. —Vas a estar bien. —trata de buscar la herida, mientras la hermana de la mujer que amo enfoca su mirada hacia mí.—Ella necesita ayuda. —su voz decae. La sangre sigue emanando de su costado en donde Reed presiona. Su debilidad es más notable, en tanto sus manos tiemblan incontrolables contra el bulto que se lleva mi atención desde que lo noté. —Ella está en...Está en…No puede hablar más. Está muy débil, pero me da una última mirada señalando el pequeño bulto de mantas que sostiene.Me acerco con prisa cuando sus ojos pierden fuerza y sus manos también lo hacen, dejando suelto lo que tomo antes de que Reed corra con ella en brazos pidiéndole que no lo vaya a abandonar. La llevo a mi pecho sin dejar
Damien. Por ahora lo que me importa es encontrar a la madre de mi hija. Necesito traerla de regreso donde no solo le espera nuestra descendencia, sino el cargo que no le hace justicia a lo que una guerrera como ella ha logrado, pero que me encantará ver como tiene bajo sus pies a todo el que la dañó, retribuyendo el mínimo. La pongo en el centro de la cama con su mameluco blanco, acostándome a su lado perdido en lo que emana. Velo su sueño durante lo que siento es mucho, pero solo es mi inexperiencia lo que me hace estar paranoico, revisando que todo sea normal. La noche me la paso cuidando que nada interfiera su descanso. Me dedico a admirar la vista por la ventana con esa sensación de vacío. Sé lo que me hace falta, soy consciente de lo que quiero recuperar. Briana aún no está conmigo y Zarya no despierta de su sueño, algo la detiene, pero no se puede decir que es. Por más explicación que le busquen no hay un diagnóstico, la conclusión un poco lógica es que ella no quiere hacerl
Damien Una caída puede no enseñar las lecciones esperadas o mantenernos en el suelo más tiempo del necesario, pero basta para saber que no queremos repetirla. Una vez es suficiente para darse cuenta de que el suelo no es un buen lugar para quedarse.La nuestra ya fue, la racha terminó y no queda más que ser parte del bando que cuando se levante construya columnas en ese lugar para asegurar que no lo vuelvan a tirar. Eso lo tengo confirmado y es lo que haremos en cuanto los equipos empiecen a dispersarse. —Las salidas disponibles son el noroeste, cubriendo alrededor de cinco kilómetros, y el sur, por el río Mersey —oigo a Taddeo Giordano darme con exactitud los datos de la prisión de máxima seguridad. No hay otra opción más que crear distracciones por todos lados antes de dar el golpe real—. Tendríamos que entrar por diversos puntos, creando confusión en diferentes lugares para que se dispersen y la neutralización sea imposible de evitar.Marca los sitios en el mapa extendido sobre l
BrianaMis oídos duelen, cada músculo pesa como una tonelada de ladrillos y las muñecas las tengo lastimadas de tanto tiempo con grilletes que me aprietan hasta abrirme la piel. Ha sido un suplicio el estar sola, la cabeza vuelta un lío y ni cuerpo gritándome lo débil que estoy. Cada minúscula parte de mi arde o quema extremadamente. Respiro hondo, todo me da vueltas cuando me pongo en pie. Mareada, con la garganta seca y los dedos sangrando por intentar sacarme los grilletes inútilmente, por lo que ni siquiera lo intento más para no perder la energía que trato de conservar. Miro por la rendija que da afuera observando el cielo oscuro que llega de nuevo dejando ver que ya son siete días de estar en este sitio, sola. Lejos de lo que me daba fuerzas al verla por tan poco tiempo. No sé cuanto más soporte en este sitio, pero reitero que quien me daba fuerzas merece estar en cualquier otro sitio, con tal sea lejos del tipo que la quiere por conveniencia. La mejilla aún tiene secuelas d
Narrador Omnisciente Cada ficha se va acomodando. El terreno ganado para uno es pérdida para los otros quienes por más que intenten recuperarlo saben que no será posible. Todos temen perder, pero solo algunos se arriesgan para evitarlo antes de que suceda. El ambiente es tenso. Unos dedos tamborilean contra metal. El aire se siente espeso. Un hombre se ejercita con el torso desnudo en una celda. Unos se preparan a toda prisa, otros solo caminan cual calma que controlan cuándo se terminará. Respiraciones entrecortadas. Miradas cómplices. Señales estratégicas. Un helicóptero aterriza, mientras el comandante mueve sus hombros como si percibiera la cercanía de quien decide salir se su fortaleza. Lo presiente y eso solo pone a arder su sangre. No la mira, no sabe nada de ella y aún así, su columna vertebral le envía una fuerte descarga eléctrica. La castaña se baja de la aeronave con confianza, son pocos los que saben de su regreso. Casi nadie se da cuenta que lo que les espera es el