Al llegar al lugar más cercano para poder saber que se realizaría como labor de rescate, pudimos ver que no éramos los únicos desesperados que se dieron el super viaje para saber de sus familiares, lo bueno de todo el asunto es que nuestros padres son médicos, aunque tienen sus años, son cosa que nunca se olvidan, al menos es lo que siempre nos decía papá.

Martín y yo, estábamos averiguando algunas cosas por si nos permitieran ir con los de labores de rescate, con mis hermanas habíamos hablado de no escatimar ningún recurso, que, si era de pagar una fuerte suma de dinero, para poder tener transporte que los buscase lo haríamos, pero dejar ya la incertidumbre.

May y Sandy no se quisieron quedar en casa a la espera, y la ventaja es que también son doctoras, así que era más probable que las dejasen ir en las labores, pues ellas podían ser de gran ayuda.