Veo a lo lejos a mis hijos correr tras los suyos, no puedo creer la rápida que se me ha hecho la vida, ahora con un camino recorrido y con muchas experiencias.

Tuve los mejores maestros que la vida me regaló, ellos nos criaron a mis hermanos y a mí, con mucho amor, ese que también le dimos a nuestros hijos y que siempre les pedimos transmitan a nuestros nietos.

Recuerdo a mis padres decirnos que la mejor manera de vivir era bajo valores, que eso nos haría muy felices, hoy que ellos ya no están físicamente con nosotros, puedo asegurar que lo fueron hasta su ultimo día, que, a pesar de pasar penas inevitables, su sonrisa se mantenía, siempre viendo el lado positivo de las cosas.

Aun conservamos la buena costumbre de hacer nuestras reuniones familiares, conversamos lo que nos acontece, cada cierto tiempo cambiamos de sitio de reunión, unas veces es en la casa de campo de Martin, o en la casa de S