Santiago

Han escuchado la frase “muy bonito, para ser cierto”, pues esa frase la tengo ahora en mi mente.

Al cabo de unas semanas de nuestras vacaciones ansiadas, mi esposa y yo estamos de regreso a la casa, nuestros hijos pasaron de lo más divertidos con sus abuelos, que, a decir verdad, no tenían ni ánimos de volver a su aburrida casa, esa fue la respuesta de mi hijo Martin, pues sus abuelos le consentían en todas sus travesuras.

La fusión de las clínicas fue todo un éxito, tanto así que hubo que contratar más especialistas, para la demanda de pacientes, pues cada vez iba en crecimiento, en mi caso, me centraba únicamente en las cirugías de los niños con necesidad, o de escasos recursos, pues las tramitábamos por medio de una de las fundaciones de mi esposa.

Como todo en la vida, en algunas ocasiones el pasado hace su aparición,