Años después

Santiago

La pérdida de un familiar es algo para lo que uno nunca está preparado, perder a mi mamá fue y seguirá siendo un duro golpe, aunque me queda la satisfacción de que dimos todo por hacerla feliz, hasta el final de sus días. Desde que se detectó la enfermedad, hasta que ocurrió su fallecimiento, pasaron 5 años, mi hija May tenía 22 años cuando mi querida madre nos dejó, ella era una de las que más se vio afectada, pues al ser la primera nieta, siempre fue la más mimada, tanto por papá como por mamá.

Además, fue una de sus herederas, pues había repartido su herencia en partes iguales para todos sus nietos, pues ellos habían llegado a un acuerdo, en el caso de mi padre nos dejaría su herencia para mi hermano y para mí, y mi mamá, que contaba con una herencia mayor se las dejaría a sus nieto

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