Ya se iban a cumplir quince días que regresaron de China y Victoria sigue ejerciendo su papel y todos los días reza para que los días fríos lleguen pronto y los padres de Adrián se vayan al Caribe. Pero toda esta situación hay algo que la tiene muy intrigada y en fondo triste y es que Adrián no ha vuelto a insistir en que duerman juntos y a ella le hace falta sentir su calor y hacer el amor con él.

“Quién te entiende cuando por fin te deja en paz, añoras su cuerpo” sus pensamientos la atormentan, sobre todo porque la última vez que ella rechazó dormir juntos, él dijo “la próxima vez que vengas a mi cama no voy a tener compasión de ti”. Victoria actuó como poseída por algún espíritu travieso y tecleó un mensaje que tuvo el efecto semejante al de una bomba nuclear

Adrián recorre el muelle de carga, inspeccionando las modificaciones hechas durante su estancia en China y el teléfono vibró en su bolsillo.

Victoria

[ Sin compasión, hasta que el cuerpo aguante. No llegues tarde a casa.]

Adri