Kendrick asiente y toma mi mano, para posteriormente, disfrutar de la vista. Su ceño fruncido ya no está, como tampoco encuentro el enojo porque las cosas no salgan como él esperaba.

Yo tampoco me siento molesta por ello, después de todo, hay cosas que no se pueden controlar y debemos aprender a vivir con ello. Por eso, me quedo en silencio y pienso en lo que debería decirle a Taddeo sobre lo que ha sucedido recientemente.

— Ahora, debemos decirle de la existencia de Ivanna y que quiere verlo.

— Siento que él ya sabe eso. — dice Kendrick y yo me quedo mirando al hombre que suelta esa bomba como si nada. 

— ¿Qué dices?

— Aun no estoy seguro, pero, la forma en que se ha aferrado Taddeo a ti, me dice que algo pasa. Cuando él escapó, los empleados no supieron que decirme, pero, después de ver las cámaras, noté que él leyó un