—Hijo ¿te encuentras bien?—Mi madre se acercó a mi con cara preocupada. Dejé ir un suspiro negando,con todo lo de Adeline más Methéo mi mente se encontraba fuera de mí,quería echarme a llorar en brazos de la mujer que me dió la vida,estaba tan preocupado por esos cuatro seres vivos que estaban a mi cuidado, no sabía si estaba haciendo las cosas bien o mal,si las decisiones que estaba tomando iban por un camino correcto. Tenía miedo de arruinar la vida de mis hijos y de la persona que amaba. —Estoy tan asustado—la bella mujer se sienta a mi lado. —Es normal,con tu padre también estabamos que moriamos de miedo con la llegada de tu hermano y obvio que con la tuya también.No sabía cómo explicarle de este extraño presentimiento en mi pecho,estaba seguro de que algo saldría mal. No sabía que era ese algo,si se trataba de mí o de alguien cercano pero estaba seguro de que el sentimiento de hundimiento en mi pecho no era algo bueno. Tomé ambas manos de la mujer dejando un casto beso sobre
Entré a la habitación con preocupación,tenía miedo de ver a Adeline y que la chica no quisiera verme a mi o a nuestros hijos,pero al entrar pude observarla descansar con una sonrisa,se veía hermosa como siempre,no podía creer que acabara de dar a luz gemelos y aún se viera así de bien. —¿Los bebés están bien?—preguntó abriendo sus ojos azules con lentitud,me senté a su lado en la silla junto a la camilla. —Están bién ¿tú cómo te encuentras?—tomé su mano con cuidado. —Adolorida,pero felíz—su sonrisa creció.—Aún no hemos escogido sus nombres—Era cierto,queríamos esperar hasta ver sus rostros para darles el nombre correcto. —Aunque son una niña y un niño ambos son idénticos,pero él tiene tu mismo lunar debajo del ojo—la rubia sonrió con sus ojos brillantes. —Aún no pude verlos,deben de ser muy hermosos—sus ojos comenzaban a cerrarse,cansados.—Duerme un rato,la enfermera traerá a ambos para que los veas cuando despiertes—besé su frente.—Gracias—susurré acariciando su cabello. —Deber
El lugar era oscuro,daba miedo la vista desde afuera y no queríamos imaginar lo aterrador que sería por dentro,Ethan tocó la puerta sin dudar,tomé su mano con miedo en cuanto la puerta se abrió a los dos segundos de ser golpeada. —¿Hola?—pregunta Ethan al no ver a nadie. Nos adentramos dentro de la casa y efectivamente era mucho más aterradora por dentro,había telarañas por doquier junto a un montón de polvo,estantes con montones de libros viejos y una figura al fondo del pasillo,sentada en una silla nos esperaba. —Tomen asiento—habló,no dudamos en hacer caso. Era la misma anciana de antes pero ahora podíamos ver sus ojos verdes con más claridad,ya no vestía un tapado negro en su lugar traía puesto un vestido rojo con bordados despampanantes que llamaba aún más nuestra atención. —¿Qué quieren saber primero?—pregunta y mis ojos se dirigen a Ethan. —Mis pesadillas—mis ojos le suplican a la anciana una respuesta.—Por favor,dime que significan con exac
Ordenaba la habitación principal ayudando a Adeline a buscar un par de zapatos de bebé que se había perdido,no logré encontrar el zapato pero si la caja con fotos que meses antes había guardado en la parte superior del guardarropa. La tomé con cuidado y soplando el polvo sobre ella sonreí,abrí la caja sacando varias de las fotos en las que apareciamos Ethan y yo. Mis ojos fueron directo a la carta que aún llevaba esperando ser abierta desde el día en el que Roxanne me la entregó,me quedé observandola un rato haciéndome la pregunta de si debía abrirla o no. Suspiro. La tomé rompiendo el sello que la cerraba y saqué el blanco papel que con bonitas letras en color negro formaban una simple oración. "Creé en su amor"sonreí. Debía de dejar de dar tantas vueltas al asunto de mis pesadillas,a lo que dijo la gitana o a los presentimientos negativos de Ethan,las cosas no cambiarían de todas formas,tratamos de estar juntos hasta el final en todas nuestras vidas pasadas y tal parecía nunc
Me miré en el espejo y sonreí,mi cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás,el anillo colgando en el collar de mi cuello posaba con suavidad sobre el blanco traje que vestía,mis nervios estaban a flor de piel y por alguna extraña razón el miedo se había atorado en mi garganta. Me miraba en el espejo sonriendo a cada segundo,estaba tenso y se notaba en demasía,una voz a mis espaldas llamó a mi nombre. —Mathéo ¿estás listo?—miré a mi madre con una mueca.—¿Qué sucede cariño?—se acercó a mi lado con rapidez. —Estoy bien,algo nervioso nada más—la mujer me observa con sus grandes ojos azules y suspira. —Cuando me paré frente al espejo el día de mi boda,no me reconocía—dijo tomando mis manos—tenía mucho miedo por mi futuro y el de mis futuros hijos—una de sus manos acarició mi mejilla—Luego caminé hasta tu padre y al sujetar su mano pude sentir que era lo correcto, que todo estaría bien mientras estuviéramos juntos.—besó mi frente y me regaló una de las sonrisas más hermosas.—Toma
Su silencio me molestaba,la curiosidad me estaba ganando y la preocupación al ver su rostro me ponía aún más ansioso. Ethan me sonrió y negó con la cabeza,no me diría nada o al menos no por ahora. —Solo disfrutemos nuestro momento ¿si?—casi suplicó y no pude evitar sentirme mal por obligarlo a decirme lo que estaba sucediendo. —Lo siento—beso su mejilla y tomo su mano mirando los bonitos ojos marrones,me sonríe aún más ampliamente. —No tienes nada por lo que pedir perdón—besa mi frente envolviendo sus brazos a mi alrededor.—Solo dame algo de tiempo y te contaré todo—afirmo con la cabeza abrazándome a su cuerpo. No podía obligar a mi esposo a decirme algo que parecía doler,esperar a que estuviera listo para contarme era lo mejor. Volvimos a la habitación,me encontraba bastante nervioso,era nuestra noche de bodas pero no sabía que movimiento haría Ethan,después de bañarme y ponerme el pijama me tiré sobre la cama,mi esposo me miraba desde su lugar con un libro en la mano. —¿Estas
Abrió sus ojos con lentitud mirando el blanco techo,no reconocía la habitación y tampoco recordaba como llegó hasta ahí. sintió una suave respiración a un lado de la cama en la que se encontraba acostado,observó al chico durante un largo rato hasta que despertó un par de minutos después diciendo su nombre. —¿Ethan?—El chico de grandes ojos azules salió corriendo de la habitación gritando que había despertado. A los pocos minutos varias personas entran al lugar con instrumentos de medicina y con sus batas blancas impecables,Ethan confundido observaba a su alrededor sin entender mucho de lo que pasaba. No recordaba mucho de lo que había pasado ese día,a su mente llegaban cortas imágenes del rubio llorando con todas sus fuerzas,con desesperación sobre su cuerpo. También recordaba el fuerte dolor en su pecho al creer que moriría esa noche sin volver a ver los bonitos ojos de su esposo,algunos sucesos aún estaban mezclados y se sentía algo confundido. —Todo parece en órden—la doctora M
Lo miraba a los ojos sin dejar de llorar,no podía creer lo que había visto,quería esconderme bajo una piedra o dentro de un pozo profundo al que él no pudiera llegar,me tomó de uno de mis brazos sin darme tiempo a huir,su boca se movía dejando salir las palabras que mis oídos se negaban a escuchar,me sentía demasiado traicionado,tanto que mi alma dolía. —No te vayas,escuchame—su voz suplicante me hace quedarme quieto. Sus manos se aprietan con más firmeza ahora en ambos brazos,con miedo a que si afloja solo un poco su agarre sobre mí salga corriendo lejos de él,eso planeaba pero sus ojos suplicantes me inmovilizaron. No entendía como toda la alegría y gran felicidad que habíamos creado juntos se había puesto en juego de ésta forma. Les contaré desde el inicio,desde el día que Dean y yo nos conocimos. Tenía alrededor de trece,no,catorce años cuando lo conocí,vestía ropa oscura y sus ojos eran como afilados cuchillos,trataba siempre de mantener la distancia entre las demás personas