Llego la noche y toda la casa se había movido de un lado para otro. Las personas que estaban a cargo de la nueva fiesta, adornaron la casa tan rápido que me pude dar cuenta, como el dinero podía mover muros y paredes. Yo que me quede en mi habitación leyendo, mientras tenia vista hacia el jardín, pero la calma no duro como quería.De pronto tres personas entraron a mi habitación, el principal era un hombre de cabellera platina larga, vestido de negro y con lentes, mientras que detrás de ese hombre tan llamativo, estaban dos mujeres que también vestían de negro, pero que sostenían grandes cajas de tapiz de leopardo negro.–¿Acaso tu eres la belleza de México? –Preguntó el hombre amanerado, bajándose sus gafas para mirarme detenidamente.Yo estaba un poco intimidada por el hombre, así que solo trague saliva, dejando de lado mi libro para mirarlo con miedo.–Quiero creer que sí. –Dije insegura mientras que el hombre al escuchar mi respuesta, se echa a reír junto con sus compañeras.–Una
Temerosa me acerco a Alejandro, para preguntarle sobre la duda que se me vino a la cabeza al ver ese tatuaje.–¿Acaso yo también tendré que hacerlo? –Él de inmediato se empieza a reír de mí, lo cual no me hizo tanta gracia. –¿Acaso estarías dispuesta a hacerte un tatuaje por mí? –Pregunta con gracia.Yo lo pensé por un momento, lo cual hizo que Alejandro se sorprendiera.–¿En realidad harías algo así por mí? –Pregunta con los ojos bien abiertos, a lo que yo de inmediato negué con la cabeza.–No lo haría, nunca haría nada por ti. –Trate de mirar a otra parte que no fueran esos ojos verdes, que me miraban con pasión. Era extraño sentir algo diferente por Alejandro, que no sea odio o resentimiento. Pero gracia a Sol, no tuvimos que encarar la verdad en ese momento. La joven rubia se sube al escenario tomando el micrófono de la cantante de una banda, que estaba entreteniendo a la gente.Alejandro y yo volteamos a verla, notando que ya estaba pasadita de tragos.–Hola de nuevo. –Saluda
Mi cabeza estaba revuelta, no sabía que pensar de lo que había pasado enfrente de mis ojos. Por una parte, sentía mucha pena por el amor tan grande que Teresa le tuvo a Alejandro, pero había otra parte de mi que se moría de celos, al saber sobre ese amor. Los sentimientos por Alejandro se iban haciendo cada vez más grandes, sus actos hablaban más que su compra.Alejandro me tomo con fuerza del brazo, para llevarme hacía mi habitación. Al llegar el cierra la puerta con seguro, para mirarme con su saco color negro puesto. Mi cuerpo empezó a sentir mariposa por la forma en que me miraba, ahora ya no me miraba con lastima, sino que me miraba con deseo. Quería que se acercara a mí, ya que hacía un poco de frio, pero Alejandro entro a mi closet para sacar consigo una sudadera color rosa palo, que era más grande que mi cuerpo.–Ve al baño y cámbiate. –Me da esa orden mientras que se le ve algo nervioso.Yo tomo la ropa que me había dado, para hacer lo que me dijo. Era como si los dos estuvi
Por la mañana me despierto al escuchar el sonido de alguien tocando la puerta, mientras que cuando abro mis ojos, me doy cuenta que todo está a oscuras. Las ventanas estaban cerras, obstruyendo la luz del sol en la habitación. Cansada por la noche anterior, solo murmure:—Adelante. —La puerta se abre dejando entrar un poco de luz a la habitación, viendo entrar a una sombra negra que se aclara, cuando esa persona abre las ventanas junto con las persianas. De inmediato me quedo ciega por los rayos del sol, para darme cuenta que la persona, que entró por esa puerta era una joven pelirroja con el uniforme negro, que todas las sirvientas usaban.Al darme cuenta que no era Teresa, no dudo en preguntarme sobre su paradero.—Hola, señorita. —Me saluda la joven de cabellera roja y pecas en la cara. —Mi nombre es Susana y seré su nueva sirvienta.Yo mire el suelo sintiéndome un poco mal por no ver a la joven Teresa.—¿Y Teresa? —Pregunté.A la joven se le hace un poco incomoda la pregunta, así
Al terminar de desayunar, Alejandro y yo salimos de la casa, dándonos cuenta que estaba cayendo un diluvio afuera. Yo no quería mojarme a pesar de que un auto color negro, ya nos estaba esperando en la entrada de la casa. Antes de darme cuenta, una de las sirvientas le da un paraguas a Alejandro. Él lo abre para después tomar de mi brazo inesperadamente. Yo lo mire incrédula al sentir su toque.–¿Qué esperas? –Su sonrisa era la más hermosa, incluso cuando sus dientes no eran parejos. Ya que contaba con unos colmillos, que lo hacían ver aún más sensual. –¿Acaso quieres mojarte?Yo de inmediato negué con mi cabeza, para después caminar junto a él. Alejandro me abre la puerta de su auto, como todo un caballero sin dejar que una gota de agua me tocara. Después él le entrego el paraguas a la sirvienta, para correr al auto y meterse con algunas gotas de sobre su traje.–¿Por qué hiciste eso? –Le pregunté preocupada de que se enfermara.–¿De que hablas? –Responde como si nada, peinando su ca
Nadie te prepara para ser mujer, incluso como una huérfana sin madre, no tuve ni siquiera un acercamiento a mi sexualidad. Y mientras Susana me viste con un vestido de seda roja de tirantes tan delgados, me siento aún más cerca de mi sexualidad. Me veía lo suficientemente provocativa como para parar a un hombre. Sabía que era hermosa, porque viví una vida con gente que me aseguraba que lo era, pero esta vez es la primera vez que me lo puedo creer.Por último, me puse unos tacones con cuerdas que se abrochaban alrededor de mis piernas, mientras que Susana se encarga de hacerme un chongo apretado en el cabello, para que pudiera lucir el bello vestido.–¡Esta lista! –Dijo la joven dando algunos pasos hacia atrás. –Se ve hermosa.Yo solo me mira al espejo sin poder creer que estaba usando un vestido tan bello. Sonreí un poco, tomando una pequeña bolsa roja que Susana me dio. Yo metí un labial y un perfume pequeño, para seguir viéndome como toda una dama.–El amo ya la esta esperando. –Me
Al entrar me puedo dar cuenta de la clase de ambiente que había en el lugar. Había mujeres semi desnuda alrededor del lugar bailando para los hombres, mientras que el lugar olía mucho a tabaco. El alcohol y la droga era demasiada, todos los hombres de ese lugar estaban acompañados por mujeres más jóvenes. Pude incluso distinguir a muchos hombres que estuvieron en mi fiesta de compromiso, con mujeres aún más joven que las que llevaron a mi fiesta.—¿Aún quiere conocer mi mundo? —Me pregunta Alejandro al ver mi reacción cuando entre, pero su preocupación le duró muy poco, ya que Ronaldo se aparece en lugar, viéndose muy animado, pero siempre con un aura burlona contra Alejandro.–Que bueno que has llegado Ferreira. –Dice Ronaldo con burla mientras esta usando un traje color amarillo. –Es un gusto volverte a ver Belle. –El hombre toma mi mano para besarla con sus asquerosos labios. Yo lo mire de arriba para abajo, entendía bastante bien porque Alejandro detestaba a este hombre. –Me sorpr
Salimos como rayo del lugar, Alejandro conducía tan rápido que solo podía sentir como el aire de la ventana, despeinaba mi cabellera. Era de noche y estaba un poco oscuro, pero eso no detuvo que Alejandro condujera como un total loco.–¡Detente ! –Le dije más de una vez, pero el joven no parecía escucharme. Sus ojos verdes claros y hermosos, de pronto se tornaron negros. Era como si hubiera perdido el control de él mismo.Gracias a dios llegamos sanos y vivos a la casa, en donde el Alejandro detuvo el auto. Yo estaba congelada, agarrada del techo con mis uñas. La respiración de Alejandro es bastante irregular, sabía que estaba molesto, pero yo también lo estaba. Alejandro fue el primero en salir del auto, así que yo le seguí, ya que camino tan rápido que tuve que correr. Al alcanzarlo dentro de la casa, veo como azota la puerta blanca con fuerza, para irse desabrochando la corbata que traía.–¿Qué demonios fue es? –Le grité al entrar en a la casa. –¿Me puedes explicar? –Pregunté una v