Leonid se dirigió así el cuartel, tenía problemas que arreglar y sin duda luego le haría una vista a su padre, estaciono el auto y salió observando el lugar ante los ojos del mundo podría parecer un lugar abandonado, pero por dentro sin duda sorprendería a muchos, camino hasta el ascensor tocando el lugar indicado, si la policía intentaba hacer una inspección sin duda no llegarían al lugar.—Pakhan, tenemos listo al hombre.Se quito el saco y luego en el proceso desajustando sus gemelos, ambos hombres ingresaron al elevador y este descendió hasta el ultimo piso, se abrieron las puertas mostrando el lugar de apuestas mas popular de aquellos lares, todos se levantaron al ver quien entraba y se inclinaron, leonid solo asintió con su cabeza hasta llegar a la oficina, abriendo la puerta, encontrando al deudor más grande del último mes.—Señor Novikov, es un placer conocerlo— menciono entrando y tomando asiento detrás del gran escritorio, lo observo detenidamente no entendía que parentesco
Luego de abandonar la oficina, Jade no pudo dudar en quedarse y escuchar de que hablarían esos dos, dudo por un momento en alejarse, más esa pequeña vocecita en su cabeza le dijo que era mejor marcharse, ahora tenia en cuenta que tendría que tener cuidado con cada paso que daba y cada palabra que saliera por su boca; solo tenia que seguir su camino y lograr su camino hasta el final. No podía tambalearse en la cuerda, porque la caída dolería.—Solo mantente hasta el final, Jade— murmuro para si misma, si percatarse que su esposo venia detrás de ella con el ceño fruncido y su expresión molesta en la cara.—Jade— la llamo al verlo que lo ignoraba, avanzo dando grandes zancadas hasta llegar a ella y tomarla del brazo deteniéndola, ella se giro soltando un quejido al sentir su fuerte agarre, Leonid la soltó al ver su expresión de agarre de dolor—¿No es escuchas?—Me estas lastimando, ¿Qué sucede? — pregunto preocupada al ver la mirada oscura en sus ojos.—Te lo advierto Jade, hay cosas que
Jade lo observó mientras el auto se dirigía hacia la gala, aquel hombre era un enigma o más bien vivir con un cambio repentino che emociones, no habla mejor manera de describirlo.¿Aquella era la calma antes de la tormenta? Suspiró pesadamente e intento no pensar más se lo debía, tenía que pensar desde un principio que no podía mezclar algún tipo de sentimientos ilógicos que su mente podía imaginar.Lo miro de costado intentando pensar que podría ver más allá de esa expresión fría en su rostro.—¿Qué tanto piensas? Te notas muy preocupada, quien no te conociera pensarías que estas en un dilema— menciono mirándola con una expresión fría, ella menciono giro rostro para observarlo sin decirle ninguna palabra.¿Era tan difícil acceder a sus pensamientos?—Solo pensaba en mi padre, y los acontecimientos pasados— dijo ocultando sus verdaderos pensamientos y eso atrajo la atención de ambos hombres, Iván lo observo por el retrovisor pensando en la conmoción que causaría cuando se enterara de
Raisa y moría de la rabia no podía creer que esa simple mujer hubiera podido llegaron el mismo auto y acompañarlo, se intentó acercar, pero Iván le impidió el paso bloqueando su camino. aquel movimiento no pasó inadvertido por muchos sin duda los murmuros comenzarían rápidamente, mas de lo que su presencia allí causaría.—No haga algo de lo que se arrepentirá— mencionó de forma amenazante.—¿Quién te crees que eres? —digo aliando la voz provocando los murmullos de personas alrededor reporteros, dos años atrás habían visto su cara de triunfo con la ex esposa del señor Leonid y su cara de tristeza comparada con la sonrisa en su rostro, pensaron que ora una mujer celosa que no aceptaba que el hombre con quien afirmaba que iba a casarse termino casado con otra mujer—Pobre mujer, sin duda la compadezco — murmuro alguien entre risas, la reportera miro a otro lado cuando vio que las observaba fijamente.Al entrar con su esposo la mayoría de los hombres por temor apartaban la mirada del cuer
—Buenas noches, hemos detenido la hemorragia. En estos momentos se encuentra estable realizaremos exámenes para asegurarnos, y más contando el estado en que ingreso— dijo el doctor explicando detalladamente, aquello llamo su atención.—¿Qué estado? — pregunto viendo fijamente al doctor, rasco su cuello ligeramente.— La señora Sokolov llego drogada, y eso impidió que pudiéramos detener la hemorragia ya que hacía que su corazón latiera más fuere he enviara más cantidad de sangre —explico el doctor—, por ello esperamos que salgan los resultados de los exámenes pertinentes.Su puño se estrelló contra la pared, su cuerpo en completa tensión había sucedió todo a solo pequeños pasos de él quien se hubiera atrevido a tocarla, no le importaría quien tuviera que desangrar hasta hacerlo se bañaría en la sangre de todos ellos, y sin duda lo disfrutaría.Aunque también era un ataque directo a su liderazgo, nadie confiaría es un hombre no capaz de proteger a su mujer a pocos pasos de él. Una mirad
Jade—Déjanos solas —ordeno, aunque únicamente esperando mi permiso salir.Me quede en mi sitio congelada allí, hubiera deseado pedirle a Maya que se quedara a mi lado. Sentía que reconocía el temor en mí.—Está por salir a tu encuentro —, intente calmarme no podía hacerme nada en mi propio hogar.—Lo que vine hacer no me tomara mucho tiempo — mis ojos estuvieron atentos a cada uno de sus movimientos, sabía que no podía traer un arma consigo.—Entonces ¿Qué deseas…?Avanzo hasta mi tomando mi cabello entre sus manos, todo mi cuerpo se congelo al igual que mis palabras en mi boca, mi mano se dirigió a donde retenía mi cabello entre sus dedos.— Camina, te daré unas cuantas lecciones, es mejor a que suegra te las hubiera dado mi— se escuchaba la burla en su voz, contuve un quejido la posición medio inclinada que rosaba donde estaba mi herida.Su fuerte agarre me hizo seguirla, abrió la punta del balcón. El aire frio contra mi rostro, se detuvo a un costado del balcón.Nos quedamos al la
Jade se aferro al calor que sentía a su costado, enredando sus piernas y brazos, no queriendo abandonar esa calidez que sentía en su cuerpo, Leonid sintió que lo poco que quedaba de su alma se quebraba poco a poco.—Ordena que se le prohíba la entrada, nunca la dejan sola— le ordeno a Nimve quien se sentía mal —, dile al medico que venga mañana, a revisar su herida.La dejo con cuidado desenredando las piernas y sus brazos de su agarre, cambiándose quedándose solo en bóxer, se acostó a su lado cubriendo ambos cuerpos con su pecho contra el suyo acaricio su cabello relajando el temblor en su cuerpo.Se despertó cuando los primeros rayos del sol empezaban aparecer en el firmamento, por un momento pensó que todo fue una pesadilla, pero realmente sucedió.No buscaba una forma de enfrentar todo y decirle a Leonid lo que sucedió ¿Cómo lo enfrentaría? ¿Le creería? Los sentimientos le hicieron sentir nerviosa, no conocía a Leonid, pero reconocía que dio y hizo mucho mas por ella que cualquier
Todo lo que es construidos con tu mano derecha puede ser destruida por la izquierda, pensó jade al fracaso, no sabia durante cuanto tiempo estuvo contemplando la habitación en completo silencio lo único que se escuchaba era su respiración acelerada.Leonid pensó en él, tal vez había cosas que queríamos esconder de otros y nunca dejar que otros supieran.—Dejara de llorar— levanto la vista encontrándose con aquel sujeto, frunció el ceño y decidió ignorarlo, había algo en el que se sentía peligroso—. Sus lagrimas no retrocedan en el tiempo, los hombres nosotros somos monstruos, no somos capaces de mantener a las mujeres frágiles de nuestra oscuridad.—¿Tu crees que sabes algo sobre nosotros? ¿Quién te crees que eres para hablarme de esa manera?Se puso de piel y con enojo enfrentándolo descubriendo que era tan algo como Leonid, había algo en el que hacía bullir su sangre.David se acerco sosteniendo su mirada aquello le pareció divertido, pero mantuvo una expresión contenida. Era tan he