Ahora tengo la familia que jamás tuve.Sin mas problemas con el ruso, la semana pasa con mas tranquilidad, lo que me lleva a tener un mejor descanso tanto físico como laboral.—¡Bienvenida a casa!—abrazo a mi madre feliz de verla después de quince días, aunque estuvimos comunicación la extrañé demasiado—tengo tanto que contarte.—Lo imagino con la poca información que me diste por teléfono.—Señora—me habla el ama de llaves—sus invitados están aquí, ya está todo preparado en el jardín.—Muchas gracias—camino para recibir a mis invitados con mis nenes tomado mi mano—¡Bienvenidos! —Keyla, su esposo Oleg, y su cuñado vienen a nuestro encuentro.Los gemelos, corren hacia ellos, Matvey toma a Lucia y la levanta, ella ríe a carcajadas, para ser sincera la imagen es preciosa. Aunque no tienen a su padre cerca, Matvey ha sido para ellos una figura paterna.Con mi hija aun en brazos y sosteniendo la mano de Mijaíl, camina hacia donde estoy, sonrío al verlo, me regala un abrazo después de bajar
No recuerdo cómo se respira.Sigo pegada a su cuerpo, su pecho sube y baja, igual que el mío, no lo había visto tan desencajado.Toco su pecho y me nuestras miradas se cruzan,— ¿Por qué estas frustrado? Eres el hombre con mas paciencia de todo el mundo.—No es así cuando se trata de ti, desde que me dijiste lo del padre de los mellizos, temí, no solo por ti, sino por ellos. Son mis niños también, podría ser para ellos el tío Matvey, sin embargo, sabes bien lo que siento—toma mi mano y deja un beso en la palma de esta por unos segundos, que me parecen una bella eternidad.—¿Serias capaz de hacer eso por mí? De hacerte pasar por mi esposo, es a lo que me refiero.—Haría cualquier cosa por ti, y por tus niños…por mis niños.—No quiero lastimarte—acaricio su mejilla y siento mi corazón romperse— eres un hombre excepcional.—Lo sé, pero quiero una sola cosa, deseo que lo enfrentes y me digas si sigues amándolo.Me abraza, dejo que lo haga, cierro los ojos dejándome llevar por el momento, d
Eso de sentirse culpable, ya no es lo mío.—El descaro no tiene límites Margot—mi recatada madre, me acusa de que el plan de tener un esposo falso es descarado y descabellado. Eso que no se da cuenda de donde es que me voy a meter de vez en cuando.—Antes de señalar piensa en que lo hogo para que el ruso no se lleve a los niños—no dice una sola palabra pensando en lo dicho—si eso quiere empaco sus cosas y tu misma se los llevas.Nuestra relación no tuvo cambios, solo que ahora si me responde y yo a ella, somos personas sin ningún tipo de restricción, ya no está nuestro verdugo, aunque no fue el mejor padre del mundo, su muerte no fue exactamente linda, era un tirano, sin embargo, era mi padre.—¡No exageres! —rueda los ojos a lo que me acerco para darle un abrazo fuerte—no deseo eso, simplemente y estoy de acuerdo con Matvey, de que debes enfrentarlo, de frente es mejor así sabrás de donde vendrá el ataque.—Te quiero madre, pero, la decisión la tomaré por mi cuenta.Sin querer meterm
Si se mandara en el corazón, las cosas serían más fáciles.—¡Descarada! —le recrimino mientras se va a cambar la camisa que le he empapado con mi acción.—Exagerada, solo fue un chistecito—regresa de nuevo para confrontarme—solo heredaron tu terquedad—Reprende a tu esposa—reclamo a Oleg, quien ríe a mas no poder junto a su hermano—no puedo así la conocí, por tanto, la amo—seguido de eso le da un beso fugas a Keyla—¡Aww! ternurita—digo mientras finjo tener ganas de vomitar.—Todos pasamos por esa fase, deja de poner cara de que no has dicho cursilerías—me reclama ella—Ni me lo recuerdes, por favor y gracias.—Hoy deberíamos de comer y tomar—indica Oleg—Vamos hermano que también necesitas relajarte.—¿Qué te parece Margot?, abrieron un restaurante coreano, me gusta porque puedes azar en una pequeña plancha la carne mientras tomas licor. Me parece interesante.—Me apunto—digo mientras me levanto para irme a casa—pasaré el resto del día con mis niños, ya perdí mucho con ese idiota ruso
No quiero darme por vencida.—No quiero una guerra contigo Margot—inquiere el ruso cuando estamos fuera, sigo de la mano de mi amigo y el del de su esposa.—Mañana hablaremos—damos la vuelta y deseo de verdad que toda esta pesadilla acabe—Odio que me amenace primero y luego quiera arreglar el asunto.—Odias eso ¿o el hecho de que lo haya dicho, con su esposa presente?—¿A qué te refieres con eso?—A que es el hombre que amas, del brazo de otra persona, con el título que algún día añoraste.Suelta su agarre y se adelanta para abrir la puerta del copiloto, miro mi mano y el frio se instala en todo mi ser.Aprieto la mano, como si así calmara esa extraña sensación. Entro al auto y reina el silencio, veo las luces de los edificios pensando bien en sus palabras.No me había sentido tan incomoda en su presencia, como lo estoy ahora. Lo peor de todo es que no tenia idea de que contestar.Cuando al fin llegamos a casa, sale para abrir la puerta como el caballero que es, salgo sin hablarle o
Una máquina del tiempo no sería una mala idea.—¿No crees que hablar es la mejor opción en este momento? —habla el ruso al verme salir del baño, entonces recuesto la cabeza sobre el escritorio sin decir una sola palabra, sigo ignorándolo—Margot, Margot, deja de comportarte como una niña. —¡Déjame en paz!Arrastra la silla más cerca del otro lado de mi escritorio y se inclina—Quiero que mis hijos me conozcan.Levanto con lentitud el rostro, para encararlo—No son tus hijos—No llevan mi apellido, pero ambos sabemos que lo son… por favor—suplica.—Tendrás condiciones que vas a cumplir.—¿Como cuáles? —se cruza de brazos serio, no le gusta para nada que le den ordenes mucho menos, que le pongan condiciones cuando se trata de obtener algo.—Hablaré con ellos, debo prepáralos con anticipación, de ellos dependerá que quieren conocerte o no.—Me parece bien, conociéndote ahora, tienes un, pero…—Así es, si no desean conocerte, te largas y desapareces de nuestra vida.—¿Así de fácil? ¿crees q
El ojo por ojo y diente por diente, también aplica con él. —Este es algún tipo de venganza personal contra mi persona—reclama el ogro ruso al leer el contrato que le extendimos. —Es eso o nada—replico en mi defensa—no se siente bien cuando eres tu el que debe cumplir con ciertos requisitos ¿verdad? —Repito, venganza en mi contra. —Y lo tienes bien merecido —No lo niegas, estos años te han hecho más… —Descara, inteligente, con carácter —No dije nada de eso, siempre lo fuiste solo que eras un ave enjaulada. Lo miro con molestia—¿Ya firmaste? —Debería leerlo bien, pero confío en ti. Siendo sincero no se la razón por la cual me haces esto, ya eres una mujer libre Margoth. —Siempre lo he sido, sin embargo, lo que no me dejaba serlo, fue haberme topado con hombres que no me lo permitieron, unos déspotas. Ahora si me permites, necesito el contrato de compra que hiciste con mi padre. —No tengo razones para dártelos. —¿No? ¿seguro? —tomo los documentos que me ha entregado con su fir
Limpio la mesa que hace pocos minutos han desocupado unos clientes, el bar-café por las noches en fines de semana se llena un poco a eso de las nueve.He recibido muchas propinas esta semana, cada una va a parar a la cajita de ahorros que tengo bien escondida debajo de un ladrillo en la habitación de la casa.Estoy segura que con eso, ya puedo pagar el primer mes de renta para un piso de dos habitaciones y un baño. No es muy espaciosa, mas, estaremos tranquilas.—Margoth— me llama el jefe detrás de la barra— Café negro bien cargado para mesa cuatro y una cerveza—coloca el pedido sobre la bandeja, enseguida la tomo y me dirijo hacía donde están esperando dos hombres.—Buenas noches—saludo cortes y les sirvo su pedido y antes dar la vuelta para irme me llaman—Margoth, ¿cierto? —pregunta uno de los tipos, asiento con la cabeza—tu padre es Cornelio Richmond—doy dos pasos hacia atrás tímida—somos amigos suyos—sonríe con suficiencia al ver mi reacción.—Con permiso—respondo con sonrisa ner