MargothCaminamos juntos hasta mi habitación, se queda quieto, no dice nada, abro la puerta para entrar y antes de que lo haga, rodea la cintura con sus brazos, aprisiona el cuerpo contra el suyo. Una electricidad recorre mi columna vertebral y se instala en el centro del estómago.Nuevamente mi corazón corre un maratón, recuesta mi cuerpo sobre la puerta, estoy paralizada, cierro los ojos e instintivamente, mis brazos rodean su cintura, se inclina más de lo que debería, por su tamaño, que pequeña me siento ahora.—No debería —es lo que susurra antes de unir sus labios con los míos, en un beso muy cálido, nervioso de mi parte y protector, a pesar de la herida por el los goles de Tamara, no me incomoda, la sensación que siento cubre por completo el poco dolor por la herida.Subo mis manos hacia su cuello y el me carga mientras mis piernas, se enredan en su cintura. Me recuesta más a la puerta, sin separar sus labios de los míos.Sus manos hacen recorrido por mi cuerpo, por donde muy po
GregoryAl verla llorar, no puedo evitar consolarla para que al fin se desahogue entre mis brazos, y retrocedo a esos años cuando éramos niños, en donde no podía acércame, ni hablarme, mucho menos tomar su mano y consolarla.—¿Qué haremos papá? —susurro sin apartarme de Margoth—Vane…—Estamos esperando a que ciertos sujetos tengan un poco de tiempo—¿Ciertos sujetos? —se aparta de mi lado y limpia sus ojos, acaricio su mejilla y le sonrío con ternura para transmitirle seguridad. Nos sentamos para hablar mejor sobre el asunto—Estoy seguro de que número uno, Lucia, no seguirá escondida de por vida y que tenemos algún plan y dos, no podemos entrar a esa guerra directamente—indico—La guerra es con ustedes sino me entregan—Y no estamos pensando hacerlo, le prometí a tu madre protegerlas y lo haremos—mi padre sorbe de su segundo trago de licor—¿De qué sujetos estás hablando? No quiero que te desvíes del tema Misha—le indico tratando de no perder la paciencia.—Podrías llamarles, mercen
Esto no es un cuento de hadas, mientras el ruso lleva su vida mas “normal”, sigo encerrada, hace tres días fui a la librería, y conocí a Paolo, un italiano carismático, que si no fuese por la intervención de mi guarda espaldas, hubiéramos intercambiado números de teléfono.Molesta, resoplo viendo hacia un lado de la sala de estar, Oscar, le fue con el chisme al ruso de que fui imprudente al hablar con un desconocido, así que, estoy con los brazos en jarra, escuchando su sermón.—Las cosas están calmada, por el momento, mas, no sabemos que está tramando Emilio, o tu abuelo. No es fácil para ti, lo sé, estamos consciente de ello, pero al menos no estas como tu madre escondida en no sé qué lugar.—No he tenido la oportunidad de socializar con libertad, nunca, toda mi vida ha sido controlada por el miedo que le tengo a mi padre, y ahora eres tu quien me lo prohíbe, dijiste que no soy una prisionera aquí, pero eso es lo que parece, con tantas trabas que me pones.—Es la verdad, no eres una
Al regresar de mi breve escape, me doy por enterada de que Oscar, no me perdió nunca de vista, no es de extrañar, es un tipo entrenado. Pongo las cartas sobre la mesa, voy a trabajar como lo hice desde que llegué aquí, es el trato, me siento en deuda con los Novikov. Voy en el automóvil con el ruso, esta callado desde anoche, apenas ha respondido a los buenos días. No está metido en el periódico o en algún libro, menos en su celular, solo está ahí, sosteniendo su barbilla, de piernas cruzadas, se le nota ansioso y serio, perdido en algún lugar. Cuando llegamos al edificio, me pongo manos a la obra, me da ordenes sin tener que salir de la compañía. Corro a la sala de copias, espero no encontrarla llena, entro con esa esperanza, que se va dentro de una alcantarilla, cuando miro a Viviana, usando una de las maquinas —Qué terrible placer, es verte por aquí, respirando el mismo aire que yo—siempre es lo mismo, cada vez que me mira lanza un comentario desagradable sobre mi persona, y m
Despierto de la pesadilla, encontrándome con otra. Vanne, me mira con pesar, extiende un frasco, lo tomo sin ánimos, el cuerpo me duele horrible, como si algo me hubiese arrastrado por kilómetros.—Esto te ayudará con los moretones en el cuello—al tacto duele, no puedo siquiera moverlo, observo el frasco es como si estuviera metida en alguna dimensión paralela a lo que he vivido tiempo atrás y los recuerdos por los maltratos de padre, aparecen, se acerca a mí, toma el ungüento y con sumo cuidado frota en las zonas afectadas.No respondo nada, dejo que me aplique y tomo los analgesicos que ha traído.Oscar entra y me anima a levantarme, estoy en modo automático, me dejo llevar por él hasta el auto, y arranca conmigo dentro. veo la mansión hacerse más pequeña mientras me alejo, hasta perderse.—Estamos por llegar—inica, aparca el auto, me toma del brazo con delicadeza, abre la puerta de un edificio y entramos al elevador, presiona el número cinco y cuando estamos en ese piso, salimos pa
Después de leer veinte capítulos del libro, salgo de la librería, subo al vehículo y recuesto la cabeza, el cansancio está venciendo y a pesar de todo, tengo mucha hambre.—Llévame a algún lugar a comer—cierro los ojos tratando de descansar un poco.—Señorita, el jefe ha estado llamando exigiendo que regresemos—Es tu jefe y entiendo que quieras obedecer, dame teléfono—frunce su señor aun asi me lo entrega, miro el nombre del ruso y lo marco—¿Donde demonios están?—responde al segundo repique—Gregory, ¿estás tan ansioso por terminar el trabajo que dejaste inconcluso anoche?—Margth—su tono cambia a uno quizás ¿preocupado? da igual, siento que hoy desperté bañada en aceite—regresa a casa, necesito hablar contigo, de verdad no fue mi intención lastimarte.—Voy a regresar, pero cuando lo amerite, lo haré por que no tengo otra opción, así que necesito que por favor dejes de llamar a Oscar, o a mi, deseo despejar mi mente de todo este caos. prometo escuchar, obedecer y luego puedes hacer
Abro los ojos, la luz de la ventana abierta recibe a mis pupilas, parpadeo junto a una mueca de dolor, domí incómoda, sin embargo, he logrado descansar un poco más que la noche anterior.. —¿Cómo te sientes?—interrog el estrangulador mientras se acerca colocando una bandeja de frutas sobre mi regazo, cuido de no perder contacto visual —No se como responder a esa pregunta—miro la bandeja y como con paciencia degustando la rica ensalada de frutillas. —Debes perdonarme, me perdí por completo te confundí con otra persona—esta apenado, tiene el rostro triste y los ojos un poco cansados, su rostro refleja que no ha dormido bien en estos dos días y verlo así se me achica el corazón. —Esa versión ya me la sé de memoria, puedes dejarme descansar como compensación de los daños, por favor—se que no tiene culpa de lo sucedido pero no aparta el hecho de que por poco muero. —Solo espero puedas perdonarme y volver a confiar en mí—levanto la mano y acaricio su mejilla, le sonrío con ternura, cier
Tres meses despuésNo hablo de lo que he hecho con mi guardián con nadie, ni los avances que tengo en defensa personal, en el manejo de armas, mucho menos lo que ahora sé de mi familia.Apesar de todo lo que hemos investigado, los detalles sobre ese informe es abrumador y definitivamente no se de donde vendrá la bala.Me siento mal por ello, más, ya no siento la confianza de decirles lo que hago en mis horas libres.Hice un curso intensivo de mecanografía, estudio el italiano para perfeccionarlo y corro todos los días. —Has estado muy ocupada todo este tiempo, ¿Te gustaría ir a cenar hoy?—niego concentrada en unos documentos, sigo huyendo de su contacto físico, se que lo ha notado, sin embargo, no dice nada para no presionarme. —Quiero estar conectada con James temprano —Mis clases son en línea lo solicité así para tener un pretexto para no tener que salir con él o Vanessa.—¿No crees que te estás presionando demasiado?—se acerca y arrastra una silla a mi lado, se sienta y toca mi m