- Sí, sucedió. ¡Estás borracho!- ¿Como usted sabe? Traté de formular la oración correctamente.- Ve a darte una ducha fría y a la cama. Mañana hay selección en North B.- ¿Como asi?- Me acabo de enterar aquí en Babilonia, por mis compañeros. Están contratando para varias áreas, pero el foco está en Marketing, Publicidad y esta rama. Se estrenará una nueva bebida... Y no es cerveza. Y se supone que es un éxito en el mercado.- Voy a... Darme una ducha... Y... Cuidar a tres solteros y un bebé. Esta película es nuestra cara, Salma.- Ve al baño, bebé. Tienes que estar en North B. mañana por la mañana.- OK. Buenas noches. Canté Karaoke... Y canto mejor que Ben.- Mierda, ve a dormir, Babi. Ahora.- Te amo, Salma.- Yo también te amo, loco.- ¿Qué paso? Ben ni siquiera podía abrir los ojos.- Salma dijo que tengo que ducharme.- ¿Porque?Todo se volteó y yo estaba confundido, diciendo:- Por el olor a lejía. Creo que le da náuseas.- ¿Querrá acostarse contigo cuando llegue? Me miró, tod
Entré a la recepción del edificio de vidrio y mármol, con un piso que reflejaba más que la imagen especular de mi apartamento. Había una pequeña cola en el mostrador de información. Fui allí y me di cuenta de que todos estaban allí para la selección.Cuando llegó mi turno, dije:- Vine por la vacante en el área de Marketing.- Las vacantes, en su caso. - El asistente sonrió. - Septimo piso. - Me dio una placa. – Está el área de Marketing de la empresa.¿Un piso para la comercialización? ¿"Las vacantes"? Dios, bien podrías reservar al menos uno para esta pobre persona aquí.Tenía seis ascensores, uno al lado del otro. Y sí, todos funcionaron, obviamente.Tan pronto como el ascensor llegó a la planta baja y abrió la puerta, recordé que había olvidado mis documentos. Por supuesto que no podía hacer nada sin los documentos.La racha de mala suerte ya había comenzado. Prácticamente corrí a casa y agarré mi billetera con documentos. Ben todavía estaba muerto en el sofá y Salma ya estaba en
Me quedé allí, sin saber qué decir o hacer, mientras la secretaria cerraba la puerta detrás de mí. Miré hacia atrás, aterrorizada de estar allí a solas con él.Pero ahí estábamos otra vez Heitor Casanova y yo, cara a cara.- Siéntese por favor. - Curvó la boca en una media sonrisa, de manera burlona, como cada vez que lo veía.Me tomó un tiempo hacer lo que me pidió. Noté que miraba fijamente mi currículum en la computadora, sin decir nada, lo que me puso aún más nerviosa.Heitor Casanova no me agradaba para nada como persona y al mismo tiempo sabía que estaba fuera del trabajo. Pero no podía negar lo guapo y atractivo que era. Podía oler un perfume caro desde donde estaba.Vestía traje y corbata y su cabello estaba cuidadosamente peinado. Exudaba masculinidad por sus poros. Y mi corazón comenzó a latir más rápido. Le temía y ni siquiera sabía por qué. Las piernas, ya ni siquiera las sentía. Parecían gelatina, eran tan suaves. Y si eso no fuera suficiente, mi pie comenzó a golpear el
Maserati... ¡Ay, Maserati !Caminé despacio hasta el estacionamiento del maldito, pervertido, sinvergüenza, descalificado.- Hola... - le dije al guardia de seguridad que estaba cerca, atento a todo.- Pues no. ¿Puedo ayudarla?- Si puedes. Está este... Creo que su nombre es Anon. ¿Conoces a alguien con este nombre?- Sí. Me miró fijamente, enderezándose cuando mencioné el nombre del guardia de seguridad de Casanova.- Pidió avisarte que necesita que subas al piso 21 de inmediato. Parece que unas chicas desnudas han invadido la habitación del señor Casanova.- ¡Dios mio! - el se escapo.- Hola, Maserati. Ahora somos tú y yo. Y sé que a su dueño poco le importa nada... Excepto tú. Debe ser su pequeño bebé ... Igual que sería el mío, si lo tuviera. Así que perdóname por lo que voy a hacer. No es nada personal, lo juro.Tomé la llave del departamento y comencé por la puerta trasera, rascando fuerte, quitando la pintura, hasta llegar al final de la puerta principal. Cuando terminé, admiré
Estaba sentado en una silla, vigilado por un policía, mientras el diputado atendía a otras personas que estaban frente a mí. Vi claramente que mi “crimen” era el más leve allí.Mientras esperaba en la fila a los delincuentes, golpeé mis tenis con insistencia en el suelo, con ansiedad, hasta que vi entrar a Ben y Daniel.Ben casi atropelló al policía y vino hacia mí, corriendo. Me levanté y nos abrazamos.- ¿Qué pasó mi amor? ¿Qué te hicieron?- Ben, el bastardo de Casanova me acusó injustamente. - Mentí.- ¿De que?- Yo no sé.- Babi, dime que no te metiste con el CEO de Babylon, por favor. Ben me miró a los ojos.- No es solo el director ejecutivo de Babylon. Él es el director ejecutivo de North B. también. – explicó Daniel.Ben me miró:- No eres más que una piedra en su zapato... Lo sabes, ¿no?Asentí, asustada y dándome cuenta de lo que había hecho y cuanto más podía complicarme la vida, que ya era más que difícil.Antes de que me arrepintiera por completo, el Delegado me llamó po
- No soy tan malo en este momento.- Sr. Casanova... ¿Aceptará un riñón en buenas condiciones?Colgó el teléfono y yo me quedé allí, mirando al vacío. ¿Dónde conseguiría el dinero? '¿Estás p...?' Ben miró al ayudante. - A la mierda, Babi.- ¿De verdad me van a arrestar? Le pregunté al delegado.- Creo que necesita un abogado, señorita Novaes. ¿Alguno de ustedes dos es o al menos conoce a uno? Miró a Ben y Daniel.- Soy... crítico de moda. – explicó Ben.- Y yo cantinero y chofer de la app. Daniel bajó la cabeza.- ¡Necesita un maldito abogado! – el diputado se levantó. – Honestamente, señorita Novaes, ya la habría liberado, con lo que tengo que resolver aquí. Se pasó una mano por la cabeza, visiblemente cansado. “Pero los Casanova acabarían con mi raza.Sonó el teléfono de su escritorio. Respondido de inmediato. Estuvo un rato contestando con monosílabos y colgó.- Bueno, tenemos buenas noticias. El abogado llamó y dijo que el señor Casanova acepta las joyas y retirará la denuncia.N
Fue pintado con spray en la fachada del edificio “CLASIFICADO LOCO”. Y por supuesto ese fue su trabajo: Heitor Casanova.- ¡Mira lo que hizo este bastardo! – Yo estaba cabreado, aturdido, sin pensar bien.- No creo que fuera exactamente él. Seguramente pagó a alguien para que lo hiciera. Ben giró la cabeza hacia un lado, siguiendo la escritura.- Lo bueno es... Nadie sabe que es para ti. - Dijo Salma, entrecerrando los ojos, pensativa.- Si lo viera ahora mismo, le daría tanto... Hasta que no pude soportar más el cansancio en mis manos. “Me imaginé la escena en mi cabeza.- Tendrías que subirte a un taburete, cherry. – Ben habló serio.- Ben, idiota descalificado.- Si yo fuera tú, no usaría más esa palabra. Se está poniendo peligroso, Babi. – reaccionó.Saqué mi celular y tomé una foto de la fachada con el escrito.- ¿Que vas a hacer con eso? – preguntó Salma.- Llévaselo al Delegado y muéstrale lo que hizo Heitor Casanova. Voy a exigir que me pague el daño moral y...- No hará nada.
- Señor, ha pasado media hora... - habló el hombre que lo acompañaba. - ¿No está cansado? ¿Quieres que te recuerde que estás aquí?- No necesita. Levantó la mano, confirmando que estaba bien.Su silla de ruedas era enorme y tenía muchos botones. Sin duda de última generación.- No sé cuál es tu horario, pero puedes pasar delante de mí si quieres. No tengo nada que hacer de todos modos... Estoy desempleado. - Sonreí ante mi condición.- Estoy esperando los resultados de unas pruebas. Yo tampoco tengo prisa.- Yo... Bueno... nunca he visto a un hombre ir al ginecólogo. Juré que solo servían a mujeres. – dije confundido, pero sincero, ya que esa curiosidad me estaba carcomiendo por dentro.Se rió y vi que el hombre que estaba con él también escondía su risa.- Yo no voy al Ginecólogo. - Él explicó. – Estoy esperando al Reumatólogo, que trabaja en esa oficina de allá. – Señaló la puerta.- Mil perdones... No quise ofenderte. Pero tengo que admitir que tenía curiosidad. Nunca he visto homb