- Un regalo. No lo rechazarás, ¿verdad? Me sentiría muy ofendido si lo hicieras.Saqué la caja de la bolsa, rasgué el empaque y lo abrí. Era un teléfono celular de última generación.Miré a mi abuela, sin saber qué decir.- Sólo di gracias. - Ella sonrió. – Sé que conseguir trabajo sin al menos un celular es muy difícil. Además, no quiero tener que molestar a Ben oa Salma cada vez que tengo que hablar contigo.- Gracias abuela. - dije, levantándome de la silla y abrazándola.Podía negarlo, pero vivir sin celular era lo peor del mundo.- Sé que Bon Jovi estará en Noriah North. – Dijo ella, como si no quisiera nada.También podría ofrecerme un boleto. Confieso que aceptaría con mucho gusto, sin hacer dramatismo.Sin embargo, ella dijo:- Que locos son los precios de las entradas. Lo busqué, pensando que te daría un regalo. Pero no tendría las agallas para pagar lo que quieren ver a un hombre gritando en un micrófono durante una hora. Es casi el precio de un ternero.- Sí... Un ternero.
Saqué la entrada del concierto de Bon Jovi del sobre y grité desesperadamente. Ambos me abrazaron con fuerza y no pude resistir las lágrimas.- Ustedes son los mejores amigos que alguien puede tener en la vida. Y ahora sé que Dios se llevó a mi madre, pero dejó ángeles en su lugar.- Ah, Babi, no tengo nada de ángel. – Salma nos soltó.- Soy un angelito... Hermoso y maravilloso. Ben parpadeó repetidamente.- Chicos... voy al concierto de Bon Jovi. Grité y salté hasta que me cansé, con los dos mirándome como si no fuera una persona normal.El teléfono de Ben sonó y me quedé allí, besando el boleto una y otra vez.- Si babeas sobre el periódico, no irás al espectáculo. - Salma se sentó en el sofá.- A continuación, amigos: el Síndico pidió que dejen de gritar o nos multan. – dijo Ben mientras colgaba el teléfono.- Y voy a multar al casero por no hacer funcionar el puto ascensor. - Yo hablé. “No puedo recordar la última vez que fui tan feliz en mi vida. - Miré a los dos.- ¿Cuándo funci
Ben la abrazó:- Estamos contigo, amigo. Y... Si no soy el padrino, me enfadaré mucho.Empezamos a reír:- Por supuesto que serán padrinos... Y un poco de mamás también. - Ella sonrió. - Sé que puedo contar contigo para que me ayudes con la educación de esta criaturita que se está formando aquí dentro.- No hay suficiente cuchara para acompañarme, chicas. – Ben sonrió, apretando fuertemente a Salma entre sus brazos. “Me voy a derretir por este bebé. No puedo creer que voy a ser mamá. Si no fuera por que tuviste este hijo, esto nunca hubiera pasado en mi vida.- Sí... Un bebé con tres mami. - Salma sonrió.Nos abrazamos cariñosamente, los tres. Poder contar con Salma y Ben en mi vida fue un regalo, algo que jamás podría agradecer a la vida.- ¿Se puede bailar embarazada en Babilonia? pregunté con curiosidad.- Claro que no. - Ella rió. “A medida que crezca la barriga, lo revisaré.- Sería bizarro una bailarina embarazada en la caja de cristal. Pero al mismo tiempo... Diferente. - Ben s
- Sí, sucedió. ¡Estás borracho!- ¿Como usted sabe? Traté de formular la oración correctamente.- Ve a darte una ducha fría y a la cama. Mañana hay selección en North B.- ¿Como asi?- Me acabo de enterar aquí en Babilonia, por mis compañeros. Están contratando para varias áreas, pero el foco está en Marketing, Publicidad y esta rama. Se estrenará una nueva bebida... Y no es cerveza. Y se supone que es un éxito en el mercado.- Voy a... Darme una ducha... Y... Cuidar a tres solteros y un bebé. Esta película es nuestra cara, Salma.- Ve al baño, bebé. Tienes que estar en North B. mañana por la mañana.- OK. Buenas noches. Canté Karaoke... Y canto mejor que Ben.- Mierda, ve a dormir, Babi. Ahora.- Te amo, Salma.- Yo también te amo, loco.- ¿Qué paso? Ben ni siquiera podía abrir los ojos.- Salma dijo que tengo que ducharme.- ¿Porque?Todo se volteó y yo estaba confundido, diciendo:- Por el olor a lejía. Creo que le da náuseas.- ¿Querrá acostarse contigo cuando llegue? Me miró, tod
Entré a la recepción del edificio de vidrio y mármol, con un piso que reflejaba más que la imagen especular de mi apartamento. Había una pequeña cola en el mostrador de información. Fui allí y me di cuenta de que todos estaban allí para la selección.Cuando llegó mi turno, dije:- Vine por la vacante en el área de Marketing.- Las vacantes, en su caso. - El asistente sonrió. - Septimo piso. - Me dio una placa. – Está el área de Marketing de la empresa.¿Un piso para la comercialización? ¿"Las vacantes"? Dios, bien podrías reservar al menos uno para esta pobre persona aquí.Tenía seis ascensores, uno al lado del otro. Y sí, todos funcionaron, obviamente.Tan pronto como el ascensor llegó a la planta baja y abrió la puerta, recordé que había olvidado mis documentos. Por supuesto que no podía hacer nada sin los documentos.La racha de mala suerte ya había comenzado. Prácticamente corrí a casa y agarré mi billetera con documentos. Ben todavía estaba muerto en el sofá y Salma ya estaba en
Me quedé allí, sin saber qué decir o hacer, mientras la secretaria cerraba la puerta detrás de mí. Miré hacia atrás, aterrorizada de estar allí a solas con él.Pero ahí estábamos otra vez Heitor Casanova y yo, cara a cara.- Siéntese por favor. - Curvó la boca en una media sonrisa, de manera burlona, como cada vez que lo veía.Me tomó un tiempo hacer lo que me pidió. Noté que miraba fijamente mi currículum en la computadora, sin decir nada, lo que me puso aún más nerviosa.Heitor Casanova no me agradaba para nada como persona y al mismo tiempo sabía que estaba fuera del trabajo. Pero no podía negar lo guapo y atractivo que era. Podía oler un perfume caro desde donde estaba.Vestía traje y corbata y su cabello estaba cuidadosamente peinado. Exudaba masculinidad por sus poros. Y mi corazón comenzó a latir más rápido. Le temía y ni siquiera sabía por qué. Las piernas, ya ni siquiera las sentía. Parecían gelatina, eran tan suaves. Y si eso no fuera suficiente, mi pie comenzó a golpear el
Maserati... ¡Ay, Maserati !Caminé despacio hasta el estacionamiento del maldito, pervertido, sinvergüenza, descalificado.- Hola... - le dije al guardia de seguridad que estaba cerca, atento a todo.- Pues no. ¿Puedo ayudarla?- Si puedes. Está este... Creo que su nombre es Anon. ¿Conoces a alguien con este nombre?- Sí. Me miró fijamente, enderezándose cuando mencioné el nombre del guardia de seguridad de Casanova.- Pidió avisarte que necesita que subas al piso 21 de inmediato. Parece que unas chicas desnudas han invadido la habitación del señor Casanova.- ¡Dios mio! - el se escapo.- Hola, Maserati. Ahora somos tú y yo. Y sé que a su dueño poco le importa nada... Excepto tú. Debe ser su pequeño bebé ... Igual que sería el mío, si lo tuviera. Así que perdóname por lo que voy a hacer. No es nada personal, lo juro.Tomé la llave del departamento y comencé por la puerta trasera, rascando fuerte, quitando la pintura, hasta llegar al final de la puerta principal. Cuando terminé, admiré
Estaba sentado en una silla, vigilado por un policía, mientras el diputado atendía a otras personas que estaban frente a mí. Vi claramente que mi “crimen” era el más leve allí.Mientras esperaba en la fila a los delincuentes, golpeé mis tenis con insistencia en el suelo, con ansiedad, hasta que vi entrar a Ben y Daniel.Ben casi atropelló al policía y vino hacia mí, corriendo. Me levanté y nos abrazamos.- ¿Qué pasó mi amor? ¿Qué te hicieron?- Ben, el bastardo de Casanova me acusó injustamente. - Mentí.- ¿De que?- Yo no sé.- Babi, dime que no te metiste con el CEO de Babylon, por favor. Ben me miró a los ojos.- No es solo el director ejecutivo de Babylon. Él es el director ejecutivo de North B. también. – explicó Daniel.Ben me miró:- No eres más que una piedra en su zapato... Lo sabes, ¿no?Asentí, asustada y dándome cuenta de lo que había hecho y cuanto más podía complicarme la vida, que ya era más que difícil.Antes de que me arrepintiera por completo, el Delegado me llamó po