Héctor abrió los ojos y me miró, tomándose su tiempo, haciendo que cada minuto pareciera una hora:
"Puedes..." dijo con voz débil.
Me acerqué a él, lentamente, sabiendo que tal vez sería el último beso, la última vez, como siempre fueron nuestros encuentros: una incógnita, una mezcla de emociones y sentimientos siempre al límite... Así que cada segundo necesitaba ser puesto a prueba. buen uso.
Me arrodillé y toqué su cuello, sintiéndolo estremecerse bajo mi toque. Sonreí y llevé mis labios a los suyos, cerrando los ojos y dejando que el momento me llevara al cielo, que era como me sentía cuando estaba a su lado.
Los labios de Héctor rodearon los míos, chupándolos suavemente. Sentí sus manos recorriendo mi espalda, resbaladizas con espuma, y estaba completamente excitada.
Ese beso se sinti&o
- Puedo hacer lo que hace la rubia peróxido - dijo - De hecho, cualquiera puede. ¿Quién no baila sobre un palo?- Tú - se rió - ¿Recuerdas que dije que cuando haga esto debo tenerla hospitalizada?- Ponme entonces, descalificado. – Fui hacia la barra de pole dance, completamente confundido, una explosión de emociones dentro de mí, tratando de entender cómo no sabía quién era mi amiga Salma, ya que tenía una hija con ella.Se sentó en la cama, curioso, con los ojos siguiéndome.- Vamos a jugar un juego - dije - Hago una pregunta y cada respuesta que das, si eres honesto y de acuerdo a lo que quiero saber, me quito una prenda... Y bailo para ti.- ¿Quién dijo quiero que me bailes, descalificado?- ¡Yo digo! – lo señalé – ¡Nadie deja de tener sentimientos profundos tan rápido, maldita
Sentí mi cuerpo ablandarse:- Necesito una cuchara - dije, sin querer.- Tengo varios... Pero mis manos también pueden hacer eso - me miró. – Quítate las bragas y derrítete en mis brazos, Bárbara Novaes.- Espera... Cuarta pregunta... - Dije con dificultad.- Había tres.- No hago acuerdos.- ¿Y yo no sé esto? - Se rio.- ¿Estás borracho?- No mucho... - Confesó.Lo empujé hacia la cama, mientras él se sentaba.- Las respuestas no fueron exactamente lo que esperaba... Pero me parecieron sinceras.- Fui honesto, incluso con tus preguntas siendo las más locas que me han hecho en mi vida.- Bailaré para ti... En calzoncillos... En la barra del pole dance. – dijo, volviendo a poner la música.Sus ojos no se apartaban de los míos mientras yo bailaba al comp&aacut
- Aquí está la cosa: ya no quiero nada de ti, Bárbara. – dijo serio.- ¿Estás borracho? Pregunté, mientras apoyaba mi cabeza en la almohada, tratando de encontrar una respuesta a todo eso.- Tal vez un poco. Pero sumergirme en la tina me hizo un poco mejor y más lúcido.- ¿Por qué bebes tanto? Lo miré fijamente, abriendo mis piernas, involuntariamente, mientras mis brazos pasaban detrás de mi cabeza.- Porque me gusta. Porque tengo una puta vida que no me deja vivir de verdad.- Sé que no puedo venir aquí de la nada y pedirte que me perdones por las cosas malas que he hecho. Dije palabras horribles para alejarlo de mí. Pasé por momentos difíciles.- “Tú” haces los momentos difíciles – se sentó en la cama, a mi lado – Porque quiere. Porque no quieres ser feliz. Porque crees q
Recogí mi ropa, sintiéndome triste y enojado al mismo tiempo.- Le di una oportunidad a lo que estaba sintiendo y lo destrozaste todo - dijo - Este puto amor no existe. Escribí lo que realmente sentía en ese mensaje.- No tengo dudas... Desde la parte que yo era uno más que pasaba por tu cama. - reí, amargamente, mientras me ponía la blusa.Fui a buscar las bragas, y él pasó su mano sobre ellas rápidamente, antes que yo. Lo miré fijamente, con mi mano hacia él:- ¡Devuélveme!- De ninguna manera. es el quinto Arqueó la ceja juguetonamente.- ¿Lo vas a quemar o lo vas a tirar con los demás? Traté de tomarlo, pero él levantó su brazo con él en su poder, no dándome la oportunidad.- No necesitas mis jodidas bragas. Grité furiosamente, saltando con mis manos tratando de alcanzarlas
Dejó caer los brazos a los costados, rindiéndose. Ya estaba dentro del ascensor. Presioné el botón cuando dijo:- Simplemente no quiero que sufras...- Demasiado tarde. Estoy destruido...- Yo también estoy destruido - dijo antes de que la puerta se cerrara... Para siempre.Anon quería llevarme a casa y me negué. Insistió y lo dejé esperar conmigo hasta que llegó mi taxi.- El señor Casanova me matará cuando se entere que te dejé ir solo.- Envía al señor Casanova al hijo de puta.Se rió y yo también me eché a reír, tocándole el hombro:- Oh, Anon, me gustas.- Usted también me gusta, Sra. Bongiove.- Gracias por no hablarme de Cindy. Ahora sé que no quisiste lastimarme.El no dijo nada. Cuando el auto se detuvo, pregunté, antes de abordar:-
- ¿Tu no entiendes? Además de toda mi confusión sobre todo lo que está pasando, ¿me estás trayendo más problemas cuando en realidad se supone que debes ayudar? Ah, ya no te quiero en esta casa, ni en la vida de mi hija.Se rió con desdén:- "¿Su hija?- La mía... Sí, la mía. Yo soy quien la cuida. Salma se fue y sabes muy bien la relación que tuvimos.- Sin embargo, ella nunca será "tuya".Sentí una lágrima caer por mi ojo derecho, secándolo con fuerza:- De todo lo que puedes decir para llegar a mí, tocar su nombre es la peor manera. Si supieras lo que siento por este niño, nunca me lastimarías de esta manera.- Ya basta de ser amable contigo, Babi.- ¿Alguna vez fuiste?- Créeme, lo hice.Dio la espalda y se fue. Cerré la puerta y me
- Lunes. Su día libre. Eso nos da tiempo y estará más relajado para que podamos lanzarle la bomba.- Dios, de solo pensarlo se me retuerce el estómago y siento que voy a vomitar de tanto miedo y ansiedad.- ¿Ya no te llamó?- No. Y apenas he tenido tiempo de pensar en él esta vez y lo sabes.- Exacto: necesitas separar tu vida de la de Maria Lua. No puedes vivir sólo para ella. Vas a enfermarte. ¿Cuánto tiempo ha tenido una noche completa de sueño?- Ella me hace olvidar todo lo malo.Levantó mi barbilla:- ¿Qué sientes por Héctor?- Hace tiempo que no aparece en los medios. La última imagen que tengo de él es Cindy entrando al apartamento. Entonces siento ganas de romperlo todo… Entonces recuerdo el “te amo” saliendo de su boca… Y todo se vuelve aún más confuso.-
No había escapatoria a la verdad. Había que resumir en unos minutos cómo vino al mundo Maria Lua. Cuando terminamos, mi abuela se sentó en la cama y me miró fijamente:- ¿Cómo quedó embarazada Salma de Héctor?- ¿Y sabré los detalles? La verdad es que no usó condón, o Maria Lua no estaría aquí en este momento.- ¿Pero se escapó de él por miedo a que Héctor supiera que estaba embarazada?- Seguro que sí, sino no tendrías problemas para mostrarte a él, abuela. Trato de entender y no puedo. Al principio tenía ira, odio, celos. Entonces traté de entrar en la mente de Salma y recuperar cosas que nos había dicho, como un embarazo planeado, todos seríamos ricos y todo eso. Resulta que me involucré con Héctor más tarde y creo que ella estaba molesta. Ni siquiera s