Miré tranquilamente en su dirección.- ¿Señor Casanova? No me di cuenta de que estaba aquí. Me disculpa. Me llevé la mano a la cara, fingiendo sorpresa.- Por supuesto que me viste, Bárbara. Al igual que te vi con este hombre. Su familia es peligrosa. Tenga cuidado: puede despertarse en una silla de ruedas.El mesero se acercó a la mesa de Héctor, levantando su silla. Todos los ojos estaban puestos en nosotros.- ¡Siéntate, Thor! – dijo Cindy, con el rostro enrojecido.La miré y sonreí. Iba a saber con quién estaba tratando.- Ella no corre ese riesgo, porque no es una sinvergüenza, como su padre. – respondió Sebastián.Héctor se incorporó y me di cuenta de que estaba jadeando. Y muy enojado. Y empeoraría. Estaba con Cindy otra vez. En otras palabras, nada cambiaría jamás. Menos mal que no le creí ni le di una oportunidad. Porque seguiría siendo el amante de esa rubia que bailaba sobre la verga del medio. Casanova no era bueno, al igual que su padre y el resto de su familia.El camare
- Nadie va a venir al puto baño mientras estemos aquí y lo sabes.- ¡No puedo creer que hayas cerrado la puerta!- ¿Por qué crees que vine a este restaurante en el fin del mundo, Bárbara?Arqueé una ceja, confundida.- Por tí. Me miró a los ojos, acercándose de nuevo.- ¿Me sigues, Héctor?- Un poco... Sólo un poco. Necesito saber si todo está bien, Bárbara. Y que no estás con Sebastian.- No puedo darte esa garantía.- ¿Como estas?- Que no estoy con Sebastian. Lo miré a los ojos.- ¿Qué quiere de mí? Pregunta, y lo haré.- Hubo un momento en que realmente quería sacar a Cindy del camino. Ahora no me importa. No quiero seguir con esto más, bajo ninguna circunstancia. Yo no creía en los cambios repentinos y ahora creo aún menos. Me demostraste que la gente no cambia.- ¿Seré alguna vez comparado con tu maldito ex?- Sí... Y te servirá de comparación para el próximo.- No habrá una próxima. Tomó mis muñecas y presionó su cuerpo contra el mío.- Sebastián ya es el siguiente. La cola se
¿Cuántas veces todavía pediría perdón por los errores que había cometido?- Tienes que madurar, Héctor. - Le toqué la cara.- Por favor, ayúdame. ¿Cómo lo hago?- No sé cómo hacerlo... Yo también lo estoy intentando. Así que no podemos hacerlo juntos.- Los dos seríamos inmaduros, ¿no? - Sonrió con tristeza.- Sí, creo que sí. Pero dime una cosa antes de irte, por favor.- Por supuesto... Lo que quieras.- ¿Cuántas veces te encontraré con Cindy cuando nos crucemos?- Espero que ninguno. Además de convencerla de comprar otro apartamento, también la llamé para ponerte celoso.- ¿Qué? ¿Sabes cuánto la odio y sigo insistiendo en ello? Héctor, eres la creación de la palabra “descalificado”. - Estaba furioso.- Tal vez... Volveré a mi pequeño mundo: CEO de North B. de día y CEO de Babylon de noche. Y un borracho en el medio. Él se rió. Eso es todo lo que puedo hacer sin ti.- Mientras dejes de perseguirme, haz lo que quieras.- No sabes lo que dices, Bárbara.- Inmaduro al cuadrado.- Loco
- Vamos, discúlpate. – ordenó Héctor.- Lo siento... Bárbara. – Dijo el hombre, casi sin voz.- Fuerte... Ella necesita escuchar. – dijo Sebastián.- Lo siento, Bárbara. - Repitió, pero no creo que su voz saliera más fuerte que eso.- Devuélvele el dinero. – habló Héctor con los dientes apretados. - ¡Ahora!- Suéltame... Y te lo devolveré... No sé cuánto... Pero tengo... Te lo devolveré.- Puede que ni siquiera lo recuerde. ¿Cuántas mujeres debe haber robado ya este descalificado?Una persona estaba grabando y al ver que lo observaban, comenzó a caminar rápidamente.- Toma el celular, Anon... Rompelo y luego paga el daño. – ordenó Héctor.- Sí señor.Anon fue tras el hombre, que salió corriendo con su teléfono celular todavía en la mano.- No necesitas eso, Héctor. - Yo hablé.- Si no hago exactamente eso, mañana Sebastian y yo saldremos en todas las noticias como matones de un buen acompañante masculino, que no hizo más que intentar cenar tranquilos en un restaurante."No tienes que
Pelear con Cindy frente al restaurante estaba incluso en mis planes. Pero preferí portarme bien, ya que le había quedado muy claro que yo tenía poder sobre Héctor. Simplemente no vi a nadie que no quisiera ver. Y ella era demasiado inteligente para no entender.Le di la espalda y subí al auto.- ¿Qué fue eso? Empecé a reír, todavía nerviosa.- Un hombre que lucha por el honor de su hermana. - El respondió.- Y... ¿Dónde entra Héctor en esta pelea?- Honestamente, no quiero pensar más en su actitud, o mi cabeza se enredará aún más.- ¿Crees que realmente podría gustarle?- ¿Incluso con Cindy a cuestas? Me miró de reojo. – ¿Quieres que te diga la verdad?- Porfavor, quiero.- Que Heitor Casanova es un sinvergüenza, todo el mundo lo sabe. Que siempre ha tenido a Cindy pisándole los talones, todo el mundo lo sabe. Que no le importa nadie más que él mismo, todo el mundo lo sabe. Pero él armando un escándalo en un restaurante de lujo para mi hermana... Todos lo vieron, pero no sé cómo se lo
- Y nadie cuestionó tu embarazo, ¿verdad? – preguntó Ben.- Acerqué un poco la barriga. - Ella rió. - Me da un dolor infernal en la columna.- Ben, tu comida es maravillosa. Simplemente no es mejor que el de Salma.- ¡Descalificado! Me sacó la lengua.Sonó la campana. Nos miramos, sorprendidos.- No quiero compartir la comida. – Salma miró las cacerolas, temiendo que no se repitiera.- Es que no ofrecemos. - Sugerí.- ¿Y si es Sebastián? ¿Ofrecemos o no? - Ben estaba en duda.- Sí, es mi hermano.- Daniel también puede comer un poco. - Salma sacó una sartén, tratando de asegurarle una parte.- No creo que sea Mandy, pero ella también tiene derecho... Incluso puede sentarse a la mesa con nosotros. Me levanté, preparándome para responder.Abrí la puerta y me encontré cara a cara con Milena. Me quedé quieto, sin saber qué decir.- ¡Hola Bárbara! Ella asintió tímidamente.- Hola... - Nada más salió de mi boca.Está bien, le pedí a Héctor que rompiera contigo, pero no fue para lastimarte.
- ¿Qué paso?- Nada grave, pero necesito que vengas.- No me preocupes, carajo.- Estoy bien, lo juro. Yo solamente te necesito.- Estaré allí en quince minutos.- OK.Me dirigía a la puerta cuando recordé mi abrigo, recogiendo a cualquiera en el frente y arrojándolo sobre mis hombros.Necesitaba resolver la situación entre Sebastian y Milena de una vez por todas. Me dolía verlos sufrir a los dos cuando se amaban y habían sido apartados por sus familias egoístas y mezquinas.Si no se llevan bien, bien. Pero al menos se verían y decidirían si perdonar o acabar con todo y seguir con sus vidas.Me senté en el sofá, ya renunciando a mi comida que estaba en la mesa y ciertamente se había enfriado.- ¿Cuál es tu relación con Cindy? Yo pregunté. – ¿Entonces ella te dirá estas mentiras?- No somos amigos... Tampoco somos enemigos.- ¿Pero sabías que ella tuvo una aventura con Héctor?- Si lo sabia. Ella bajó la cabeza.- ¿Y aceptaste?- ¿Pruebas? – se burló Ben.- No, no estoy juzgando. Solo
- Para que estés aquí... Algo salió mal.- No es lo mismo. Y cuando eso suceda, te necesito conmigo.- ¿Qué hora es?- Dos de la mañana.- ¿Qué paso?No pude ver a Ben porque las luces estaban apagadas, pero la luz de la calle iluminaba un poco su rostro. Acaricié su suave mejilla, su piel suave y bien cuidada.- No admitirá lo que siente. – dijo lleno de sentimientos.- ¿No lo asumirás por ti mismo o por los demás?- Ya se las arregló para tomarlo por sí mismo. Pero no hará eso con la familia.- ¿La perra lo amenazó?- Sí.- Pensé que Tony estaba preparado para asumir lo que sentían el uno por el otro.- Me ama y no tengo ninguna duda al respecto. Aún hoy me lo repitió varias veces. Aún así...” Su voz se apagó.- Amor es amor. No puedo entender este prejuicio. Su elección es vivir una vida de mentiras... ¿Para siempre?- Lamentablemente si. Y como he dicho antes, eso no me sorprende.- Sé que esta vez te enamoraste de verdad.- ¿Ahora entiendes que las otras veces no fue amor? Pero a