10. La academia de magia
La academia se parecía mucho al castillo, aunque era un poco más pequeña. Tenía muchas torres, ya que durante las antiguas guerras había sido utilizada como fortaleza para defender la ciudad. Los patios eran amplios, y en ellos se veía a numerosos jóvenes entrenando con espadas y todo tipo de armas: lanzas, hachas, mazos, entre otras.
Los salones del interior estaban divididos por disciplinas.
—Hola, mi nombre es Luca. El director me ha pedido que te muestre la academia —dijo un joven con energía contagiosa.
—Hola, yo soy… —por un momento dudó, recordando que ahora tenía un nuevo nombre—. Soy Serena.
—Un gusto, ven conmigo. Imagino que ya viste los campos de entrenamiento. Ahí es donde aprenderás a usar armas para el combate. También es el sitio principal para aquellos que no pueden usar magia y aspiran a formar parte de la guardia. Vamos, entremos al castillo.
Serena comenzó a sentirse entusiasmada con el recorrido, contagiada por la actitud positiva de Luca.
—Bueno, aquí en la planta