Elizabeth
Durante estos 5 meses que han pasado mi vida a cambiado mucho, de no tener amigos ahora tengo mi propia manada como le dicen ellos, he conocido a todos en sus familia, siempre que los visito me dicen lo agradecidos que están conmigo ya que desde que me volví Luna sus vidas cambiaron para bien, oír sus palabras vuelven mi corazón muy cálido.
Con respecto al hermano de Karla, gracias a las cesiones de Luna durante las tardes he podido evitarlo cada vez que puedo, aun cuando me compre un nuevo teléfono consiguió mi número, debo admitir que es muy agradable y atractivo pero mi corazón solo le pertenece a Dario, no he dejado de pensar en él y deseo que el tiempo pase rápido para volver a verlo, espero que el también piense a mi como yo lo hago.
Hoy es el último día con los suegros de Karla, nos hemos entretenido mucho con sus extrañas formas de enseñar, pero aprendimos todo lo necesario. Estábamos terminado la lección de idiomas con la Luna de la manada cuando las alarmas comenzaron a sonar, todos comenzaron a correr asustados, mis lobos corrieron en mi encuentro pues para ellos es imperativo mantenerme con vida.
La Luna no llevaba al refugio que estaba cerca de su casa pero en el camino vi como atacaban a Max, por más fuerte que me jalo del brazo Karla no pudo evitar que fuera en su ayuda, no podría permitir que le hicieran daño, como me habían enseñado use mi baja estatura comparada con las de ellos y de manera muy ágil salte sobre él girando mi cintura y colocando mis piernas a su alrededor haciendo que callera al suelo, Max estaba sorprendido de lo que veía y desesperado me grito - ¡Luna! Cuidado con su mano – vi cómo se levantó para venir en mi ayuda y al devolver mi vista al lobo que tenía debajo de mi vi como en su mano sujetaba algo como un cuchillo que enterró en mi hombro.
Mi grito de dolor no se hizo esperar haciendo que todos mis lobos miraran en mi dirección, pero no podía dejar que vieran que su Luna era débil, había aprendido que era mi deber protegerlos y así lo haría, con otro grito saque el cuchillo y con fuerza lo enterré en su pecho. Los aullidos comenzaron a sonar y los lobos que nos atacaban se retiraron del lugar, los demás se acercaron a mí y viendo la escena frente a ellos todos hicieron una reverencia.
Por la herida en mi hombro perdí mucha sangre, por lo que en medio de su reverencia me levante y los mire con una gran sonrisa, todos estaban bien, podía escuchar la voz de Karla a lo lejos pero ya no podía ver bien, mis piernas ya no podían mantenerse de pie, sentía como iba acercándome cada vez al suelo cuando las manos de Max me sostuvieron y cerré mis ojos.
Los recuerdos de las tardes que pase con Dario pasaban frente a mí, quería tenerlo cerca, lo extrañaba mucho, ¿que estará haciendo ahora? De pronto recordé lo sucedido en la manada de Karla y desperté de golpe, ella estaba acostada a mi lado, podía ver que estuvo llorando, cuando intente girarme hacia ella mi hombro dolió, un pequeño quejido salió de mis labios haciendo que Karla despertara
- Tu sí que estas loca mujer ¿Qué hubiera hecho si algo te sucedía? No vuelvas a asustarme así
- Lo siento, pero tenía que hacerlo ¿todos se encuentran bien? Max ¿Cómo esta Max? Tengo que verlo
- Tranquila, él está bien, todos lo están, tuvimos heridos pero nadie murió
- Me alegro mucho, estaba muy asustada de que les hubiera pasado algo a mis lobos
- Ellos están bien, han estado fuera de la casa estos días esperando a que despiertes
- ¿estos días?
- Si, llevas al menos tres días dormida, tuve que pedirles a mis padres que llamaran a los tuyos para decirles que saldríamos a nuestra casa de campo por unos días y que vendrías con nosotros
- Muchas gracias Karla, no sé cómo les explicare todo esto
Ella me ayudo a vestirme, y arreglarme un poco, mi cara tenía ojeras y estaba pálida, bajamos con cuidado las escaleras para luego salir, mis lobos aullaron de felicidad al verme, corrieron para abrazarme, todos habían estado preocupados y no querían volver a casa hasta verme bien. Fuimos interrumpidos por el Alfa y su Luna que nos pidieron con Karla seguirlos a su despacho, les pedí a mis lobos que esperaran un poco más porque tenía que hablar con ellos y todos asintieron, entremos al despacho y nos sentamos
- ¿ya se encuentra mejor Luna Elizabeth?
- Si, muchas gracias por su ayuda, pero solo dígame Elizabeth
- Soy yo quien tiene que agradecerle, vera, después de perder a mi amado hijo nos hemos visto amenazados por muchas mandas ya que al no tener un futuro alfa quieren atacarnos para quedarse con nuestras tierras, pero gracias a usted hemos sobrevivo
- No se preocupe, yo solo hice lo que tenía que hacer
- Usted mato al alfa de la manada líder de esta ciudad, una de las manadas más poderosas, eso le da derecho de tomar su manada o la nuestra, como así lo decida
- Con todo respeto Alfa yo no tomare su manada, le pertenece a Karla y solo ella sabe lo que es mejor para toda su manada, tampoco tomare la del alfa que ataco pues como vera mi maraca pertenece a mi alfa que espera por mí, vere que podemos hacer con la manada y le informare mi decisión
- Veo que ha aprendido muy bien, será una gran Luna en su manada
Le gradecimos a ambos por su ayuda y salimos del despacho, como le dije en un principio a Karla comencé a tomar más atención en las personas a mi alrededor y me había dado cuenta de muchas cosas, por lo que ya sabía lo que haría, llegue con mis lobos lo cuales seguían en la misma posición en mi espera, caminamos alejándonos de la manada de Karla confirmando lo que ya sospechaba
- Muy bien mis lobos, ahora levantaran la mano quien haya encontrado a su pareja destinada en esta manda – tres de ellos lo hicieron – muy bien, ya lo hable con Karla, ella a accedido a que formen parte de su manada de ahora en adelante si así lo desean
- Mi Luna, nosotros la seguiremos a donde valla, usted nos salvó y le entregamos nuestra lealtad solo a usted
- Pero sus parejas están aquí, pertenecen a este lugar, en cambio yo, mi manada está muy lejos y aunque aún no puedo volver, en algún momento lo hare
- Nos quedaremos aquí mientras usted lo este, cuando sea hora de partir la seguiremos
- Veo que no los puedo convencer de lo contrario, Max, tu pareja pertenece a la manda que nos atacó ¿no es así?
- Luna yo… no la dejare
- Pues lo aras, sabes cuales son las reglas cuando matas a un alfa ¿cierto? – el solo asintió – pues no me puedo quedar a cargo por lo que te dejare como alfa de esa manada junto con tu pareja, los que quieran seguirte pueden ir, solo será por un tiempo luego iremos a nuestra verdadera manada cuando sea el momento
Todos asintieron de acuerdo con lo que les dije, partimos a la manada donde Max quería a cargo, al llegar todos me miraban con desprecio pues solo soy una humana débil para ellos, se juntaron en medio del lugar para escuchar mis palabra, muchos se opusieron a mis reglas otros solo las acataron sin decir nada pues mis clases con Karla me habían enseñado a no verme débil sin tener que parecer una mala persona. Todos juraron lealtad a Max y su Luna y se firmaron acuerdos con la manada de Karla para brindar apoyo en caso de necesitarlo.
Todo estaba marchando de maravilla había pasado una semana de lo sucedido cuando me encontraba en el centro de la ciudad, quería comprar adornos para la casa pues ya faltaban días para año nuevo, dentro de una de las tiendas sentía que me observaban, no eran mis lobos de eso estaba segura, por lo que sin despertar mayor sorpresa metí mi mano en mi cartera y saque mi cuchillo de plata que mantenía siempre conmigo, fue un regalo del suegro de Karla, por precaución dijo que sería bueno estar siempre preparada.
Seguí caminando como si no pasara nada, salí de la tienda para no crear un desastre dentro, como lo supuse me estaban siguiendo, tome mi teléfono y llame a uno de mis lobos, este me contesto de inmediato, les di mi ubicación y hacia donde me dirigiría para que me encontraran en ese lugar. Ya estaba por salir del estacionamiento pero no veía a ninguno, seguí mi camino cuando dos hombre aparecieron frente a mi
- Así que tú eres la humana que acabo con Leo, eres tan insignificante ¿Cómo pudiste acabar con él?
- No sé de qué me hablas, creo que estas equivocado
- No lo creo, según las descripciones que nos dieron eres tú, pero ¿qué are contigo? Por tu aroma sé que el Alfa al que perteneces es muy poderoso ¿me arriesgo a una posible guerra? O ¿solo disfruto un poco de ti y te dejo ir?
- No te me acerques o lo lamentaras
Levanto su mano dando la orden para que me atacaran, el primer golpe no llego a mi pues ya lo esperaba, recordando todo lo aprendido en los entrenamientos, saque mi cuchillo que mantenía oculto dentro de la manga de mi chaqueta y dando un giro la enterré en una de sus piernas, rápidamente me dirigí hacia el segundo lobo que se acercaba cortando parte de su rostro y brazos, ambos gritaban de dolor pues por lo que se la plata los debilita y mucho. Aún estaba en posición de ataque ya que quedaba uno más, este corrió a gran velocidad pero pude esquivarlo enterrando mi cuchillo en su pie, pero no pude detener el golpe que llego con fuerza en mi rostro, todo se volvió borroso cundo escuche su vos - ¡van a morir todos! – Dario se acercaba furioso, de un solo golpe dejo inconsciente a todos, ¿estaba soñando? Esperaba que no, deseaba con todo el corazón que realmente estuviera aquí.
DarioEstos meses han sido un martirio, el día que se fue, yo estaba en el aeropuerto mirándola desde lejos, aun cuando la llame y le mande miles de mensajes ella no contesto, no podía hacer nada, dejaría que se fuera y sea feliz, Tim todos los días me contaba como estaba, que hacía, y como mejoraba cada día en la escuela.Después de enterarse mi padre me obligo a casarme, pero el día de la boda desaparecí sin que se diera cuenta, cuando volví después de una semana mi madre me dijo que Alina había encontrado a su mate en una de las manadas que nos visitaban para presenciar la boda, gracias a eso mi padre no siguió con la idea de querer casarme pero tarde o temprano encontraría a otra candidata para cumplir con su deseo, encontraría la forma de evitarlo eso era seguro.Aun después de todo este tiempo no he dejado de pensar en Eli, la extrañ
Elizabeth Pero que bien, después de todo el tiempo que nos costó pasar un momento juntos tenía que aparecer este idiota, ¿Qué quería? No lo sé y tampoco quería saber, Karla no me contestaba solo significaba una cosa, la manada estaba siendo atacada, tome mi teléfono y llame a Max ordenándole que fuera en su ayuda y mandara a un grupo a mi encuentro, eran muchos para enfrentarlos entre nosotros solos, su voz se escuchó más cerca de nosotros - Pero que alegría encontrarlos aquí, no creí que la diosa luna estuviera de mi lado - ¿Qué es lo que quieres? Por qué no nos dejas en paz - Veras querida, tienes algo que quiero y para eso solo tengo que matarte, es muy simple - Estas equivocado si crees que podrás hacerme daño, terminaras igual a ¿Cómo dijiste que se llamaba? A si Leo - ¿Crees que por que tu perro está aquí evitara que te destruya? Somos más de los que crees, después de mi vendrán muchos mas Di
ElizabethNunca había dormido tan bien en mi vida, quise girar pero un brazo me sujetaba con fuerza mientras gruñía, los recuerdos vinieron de golpe a mi cabeza y no pude evitar sonrojarme, era un vista hermosa, su rostro totalmente en calma, como subía y bajaba su pecho, no quería que este momento se acabara, si por mi fuera nos quedaríamos para siempre en esta habitación- Si es lo que deseas, podemos quedarnos para siempre así- me asusto, creía que estaba durmiendo – no lo estoy, desperté cuando te giraste- Dario no he dicho nada- ¿Cómo qué no? Te escuche decir que nos quedaríamos para siempre en esta habitación, ¿te estas retractando de tus palabras? – comenzó a hacer pucheros muy adorables- No lo hago, pero enserio no dije nadaAbrió sus ojos que aun mantenía cerr
Dario ¿Qué debería hacer? ¿Debería quedarme con ella? ¿Volver con mi manada? Después de escuchar a mi abuelo no sabía que hacer, si decido no volver mi manada podría dejar de existir, pero si vuelvo tendría que dejar a Eli, mi padre no la quiere y buscara la forma de deshacerse de ella y no quiero que la lastime. Sabía que Eli se encontraba en la habitación de Karla, la había visto subir, solo quería estar cerca de ella, pero antes de llegar a las escaleras fui detenido por mi abuelo, quien me llevo fuera de casa, solo caminaba en silencio hasta que me miro serio. - Debemos volver a casa hijo, tu padre te necesita - No puedo volver abuelo, no ahora, tengo que estar al lado de Eli - Si te quedas morirás - ¿Pero qué estás diciendo abuelo? - ¿Has visto sus ojos cuando se enfrenta al peligro? – solo asentí – son del color de tu lobo por una razón, si bien ella es humana, es una muy especial, tu lobo la ama tanto que
ElizabethYa han pasado 5 años desde que llegamos a esta manada, si se preguntan que pasa conmigo y Alek, la respuesta es nada. Mi pequeño Ilias es un niño muy inteligente y aunque no quería, Alek lo ha criado como un alfa, acepte solo porque sabía que no podría ocultarlo por siempre.Hoy he decidido que volveré a mi hogar, es tiempo de que mis padres conozcan a Ilias, tenemos todo preparado para irnos, mis lobos han decidido seguirme una vez más y Alek ha dado su autorización para que las parejas de ellos vinieran con nosotros. Por más que lo intente no pude evitar que Alek nos acompañara, pero Ilias se había encariñado con él así que no pude negarme.Estamos en el aeropuerto esperando nuestros autos para dirigirnos a la manada de Karla en primer lugar, volver a esta ciudad me trae malos recuerdos, por un instante los recuerdos de los alfas a los que les qui
ElizabethSali de casa con la esperanza de encontrar a mi pequeño, unos aullidos llegaron a mis oídos, mis lobos llegaban agitados entre el bosque, algunos estaban heridos, otros apenas tenían unos rasguños- Luna, ¿se encuentra bien?- ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué están heridos?- Tuvimos que huir de la manada, el alfa Tim está planeando acabar con usted, y como le juramos lealtad mando a sus guerreros a acabar con nosotros, sabíamos que venía por usted así que seguimos su aroma y llegamos aquí, en el camino sentimos el aroma del pequeño alfa así que cuatro de nosotros lo siguieron, dicen que está en la manada- Muchas gracias mis lobos, tenemos que buscar a mi hijo, necesito que dos de ustedes entre a la casa y traigan a Alek, iremos a la manada de MaxTodos asintieron, y nos
Dario“Entre nosotros, tú eres el cobarde” Sus palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza, tenía razón, estaba siendo cobarde, y sabía que lo lamentaría toda la vida. Su mirada fría que me daba por última vez rompió mi corazón, una vez desapareció mi abuelo quiso que nos fuéramos de inmediato, peor yo sentía que tenía que ir tras Eli, todo mi cuerpo me lo ordenaba.Después de una discusión con mi abuelo salí de casa directo a la manada de Tim, pero al llegar la noticia de que se había ido con el lobo que la había reclamado como suya, hicieron que las palabras de mi abuelo fueran ciertas, me fui con el corazón destrozado, en mi manada todos me esperaban con esperanza de que todo mejorara.Al mes de estar al mando de mi manada me entere que Alina había encontrado a su mate, como era un guerrero de una
DarioSalimos de la habitación de Karla y caminamos por el pasillo en un silencio incomodo, mi pequeño se había quedado dormido en mis brazos, era muy hermoso como su madre en eso no había duda. El primero en despedirse fue Alek entrando en una de las habitaciones, seguimos caminando hasta llegar a la siguiente puerta- Esta es mi habitación, puedes darme a Ilias, él duerme conmigo – dijo dulcemente- Está bien, yo lo llevo, solo abre la puertaPodía oler el nerviosismo en ella, abrió dejándome pasar y acosté a mi pequeño bajo su atenta mirada, acaricie su rostro y le di un beso en su frente, me levante y me dirigía a la puerta cuando pase a su lado, su aroma me volvió loco que no pude evitar abrazarla por la espalda, hundiendo mi nariz en su cuello para sentir el esquicito aroma que desprende, su cuerpo se tensó al mo