Elizabeth
Desperté con un dolor de cabeza pero insoportable, como quisiera haber traído paracetamol, esos son milagrosos, una vez que recordé todo lo que había sucedió me levante de golpe de la cama directo al baño a revisar mi cuello, y si, ahí estaba su marca, parecida a la de Karla, tendría que pedirle que me enseña a ocultarla, no me explicándoles a mis padres todo lo sucedido, la puerta se abrió dejándome ver a mi amiga
- ¿Cómo te sientes? Al principio duele un montón pero pasara, ven siéntate debes comer algo
- Muchas gracias, Karla, no sé qué hubiera pasado si no llegabas
- Descuida, entre Lunas nos ayudamos, tendré que enseñarte a ocultarla, aunque su aroma será difícil, en la escuela se te acercaran todos los lobos para mostrar respeto, así que no te asuste si comienzan a hacer reverencia cuando volvamos
- Si que sabes mucho de esto, solo quiero volver a casa y estar con mis padres
- ¿sabes que tendrás que volver, cierto?
- ¿Por qué tendría que hacerlo?
- Ya veo que el tarado ese no te dijo nada, veras la mate del Alfa se le llama Luna, ella es la fuerza de la manada, su deber es estar al lado del alfa y ayudarlo en todo, eso es solo una parte, cuando un lobo encuentra a su pareja de vida no pueden estar separado, ellos se debilitan y lo que él sienta tú lo sentirás así como él sentirá lo tuyo, y la marca solo intensifica más el dolor, la felicidad, el deseo, pero como no está completa si el muere tu seguirás viva
- Yo solo quiero ir a casa, terminar mis estudios, comprar una casa, un auto, no sé, tener un gato no a una manada de lobos
- Pues así lo quiso el destino, le diré a los profesores que no te sientes bien por algo que comiste así nos quedaremos en la habitación todo el día
Salió de la habitación con dirección a los profesores, mi teléfono tenía mucho mensajes, todos eran de Dario, de pronto comenzó a sonar, era él, no quería hablar en estos momento así que lo apague y lo deje en el velador junto a la cama. Karla volvió con mucha comida, nadie creería que estaba enferma pero se aseguró que ya se hubieran ido todos antes de traerla.
Pasamos todo el día viendo películas, también le conté sobre su hermano y las ocasiones en las cuales hable con él, ella solo se reía, me conto que su hermano había salido con lobas de su manada pero siempre lo dejaban, cada lobo tiene su pareja destinada y una vez que la encuentran jamás vuelve a amar a alguien más.
- Hay algo que quería decirte, no sé cómo paso, jamás había escuchado que sucediera antes, pero Tim el beta de Dario es mi pareja, bueno yo soy su pareja destinada
- Eso es malo ¿verdad?
- No es malo, pero tampoco sé si es bueno, no sé cómo lo tomaran en la manada, él dijo que me seguiría a donde fuera, así que volvera con nosotras mañana
- Tienes que aprovechar esta oportunidad que tienes de ser feliz y si no lo aprueban en tu manada pues que se jodan, yo estaré contigo siempre
Me abrazo fuerte, aunque no podía verla sabía que estaba sonriendo y eso alegraba mi corazón, seguimos con nuestra tarde de películas, en un par de horas todos llegarían de vuelta de el ultimo recorrido y tendría que hacerme la enferma frente a los profesores.
Ya estábamos listos para partir, quería encender mi teléfono pero eso significaría querer ver a Dario, estaba decidida a volver a casa, terminar mis estudios y conseguir trabajo para juntar dinero, si Karla decía la verdad él esperaría por mí. En la ciudad de Berna nos encontramos a Tim quien venia solo, no pregunte por Dario y Tim tampoco dijo nada.
Llegamos de vuelta a nuestros hogares, mis padres me recibieron cálidamente, los había extrañado mucho, mis hermanos corrieron a abrazarme. Era día Sábado así que no tendría clase, pretendía dormir hasta las 2 de la tarde pero mis planes fueron frustrados por aquella voz que me hablaba con dulzura
- ¡Ya levántate de una vez Eli! Son las 10 de la mañana y he intentado llamarte pero esta apagado tu teléfono
- Déjame dormir unas horas más por favor, ¡necesito dormir!
- Yo también quería dormir hasta el lunes pero no puedo por culpa de cierto animal que no deja de decir ¿cuándo vendrá ella? ¿Podemos visitarla? ¿Por qué no la invitas a nuestra casa?
- ¿Hablas de tu hermano?
- Si, el mismo, estoy cansado de escucharlo decir “Ella es tan hermosa” “Es tan inteligente” “Se que a mamá le agradara ella”, estoy harta, vamos de compra, así no tendré que verle la cara por una horas
Molesta por que habían cortado mis horas de sueño me levanté y tome una ducha, me aliste para salir y me despedí de mis padres, recorrimos en centro comercial durante todo el día, compramos ropa nueva, accesorios y maquillaje para poder ocultar la marca en mi cuello. La incite a quedarse en mi casa a lo que acepto feliz, hablamos durante la noche sobre Tim y su manada, habían aceptado que ella tuviera un nuevo mate, pero Karla no estaba dispuesta a tomar el cargo para siempre, una vez que se volviera la Luna oficial buscaría a un hombre lobo apto para tomar el puesto y con la ayuda de Tim le enseñarían todo lo necesario.
Después del entretenido fin de semana con Karla tenía que volver a clases, era horrible tener que despertarme a las 6 de la mañana, pero solo quedaba la mitad de semestre para terminar. Karla tenía razón en que los lobos de la escuela se me acercarían para presentar sus respetos, aunque era incomodo los aceptaba con una amplia sonrisa.
Pero durante la hora del almuerzo Karla se retiró antes de clases, era extraño que no me dijera nada pero luego le preguntaría. Estaba llegando a la mesa donde comería cuando comenzaron los gritos, una pelea, en medio del patio de la escuela, no sabía por qué pero me levante y fui directo a ellos, un chico de segundo año era golpeado por uno de mis compañeros de clase.
Me acerque lo suficiente a ellos y les grite que se detuvieran, ambos me miraron y se pusieron de pie frente mío, al mismo tiempo se inclinaron en una reverencia ante mí, no necesitaban decírmelo, eran lobos, no permitiría que esto siguiera pasado, si yo era tan importante como parecía lo usaría para bien
- No quiero que esto vuelva a suceder, ¿entendido?
- Si Luna, ahora me retirare, con su permiso – mi compañero se dio la vuelta y volvió adentro
- Tu ven conmigo, tenemos que curar tus heridas
- No es necesario Luna, puedo hacerlo yo después
- Vamos ahora, y solo llámame Elizabeth
Tome su mano al ver que me seguiría y lo lleve a la enfermería de la escuela, con mucho cuidado limpie su rostro, aunque hacia muchas de dolor no decía nada, termine con todo y le tendí la mano para que se levantara, el con mucho temor la tomo sin mirarme, aun no se mucho de todo este mundo de los lobos así que no me quedaría con la duda
- ¿Cuál es tu nombre?
- Me llamo Max mi Luna
- Ya te lo dije, solo dime Elizabeth, ¿por qué fuiste golpeado?
- ¿No lo sabe? ¿O esto es una prueba para luego obligarme a cambiar de escuela?
- ¿Por qué haría que te cambiara? La verdad soy nueva en todo esto, hace solo unas semanas que me entere de lo que son
- Entonces como agradecimiento por haberme salvado le daré un consejo, no se acerque a los que no tenemos manada, no le verán bien si lo hace
- ¿Por qué no tienes manada? ¿hay lobos que no las tienen?
- Si, aquí en la escuela somos 10 lobos y lobas que no tenemos manada, por distintas razones y lo mejor será que no se nos acerque, no somos bien vistos
- Yo decido a quien ver y a quien no, si yo quiero ser tu amiga nadie podrá evitarlo así que ahora me llevaras con los demás para conocerlos
- Como usted diga mi Luna
Me sonrió por primera vez desde que nos conocimos y caminamos por los pasillos de la escuela, uno por uno me presento a los lobos y lobas que no tenían manada, todos eran muy educados y amables conmigo, no sabía si era por mi rango o porque realmente me veían como una amiga. La mayoría había perdido a sus manadas en ataques y otros fueron exiliados por no seguir las instrucciones de su alfa y como nuestra escuela se encontraba en un territorio que pertenecía a los humanos podían vivir sin problemas, pero constantemente eran acosados por los lobos de las manadas vecinas que asistían con nosotros.
Sentía que debía protegerlos y así lo haria, me asegure que cada lobo de la escuela recibiera el mensaje de que si se atrevían a tocarlos tendrían problemas, y la intimidación seceso. Así comenzaron a pasar los meses que quedaban, después del cumpleaños de Karla comenzamos a visitar su manada, ella creía que era buena idea que yo también aprendiera a ser una Luna digna de la manada, yo no quería aceptar pero se me ocurrió una idea que no pudo rechazar.
Yo la acompañaría todas las tardes después de clases si mis lobos sin manada también asistían para prepararlos en combate, le dije que sería bueno que ellos supieran defenderse y así cuidarme a mí y como ella no quería pasar horas con sus suegros sola acepto, así empezamos nuestro entrenamiento. En ocasiones también me unía en los entrenamientos de combate, aunque por ser humana era más débil que ellos me enseñaron a defenderme y a como ser más ágil, me divertí mucho con ellos y mis lobos cada vez eran más aceptados en la escuela lo que me hacía feliz.
Elizabeth Durante estos 5 meses que han pasado mi vida a cambiado mucho, de no tener amigos ahora tengo mi propia manada como le dicen ellos, he conocido a todos en sus familia, siempre que los visito me dicen lo agradecidos que están conmigo ya que desde que me volví Luna sus vidas cambiaron para bien, oír sus palabras vuelven mi corazón muy cálido. Con respecto al hermano de Karla, gracias a las cesiones de Luna durante las tardes he podido evitarlo cada vez que puedo, aun cuando me compre un nuevo teléfono consiguió mi número, debo admitir que es muy agradable y atractivo pero mi corazón solo le pertenece a Dario, no he dejado de pensar en él y deseo que el tiempo pase rápido para volver a verlo, espero que el también piense a mi como yo lo hago. Hoy es el último día con los suegros de Karla, nos hemos entretenido mucho con sus extrañas formas de enseñar, pero aprendimos todo lo necesario. Estábamos terminado la lección de idiomas con la Luna de la manada
DarioEstos meses han sido un martirio, el día que se fue, yo estaba en el aeropuerto mirándola desde lejos, aun cuando la llame y le mande miles de mensajes ella no contesto, no podía hacer nada, dejaría que se fuera y sea feliz, Tim todos los días me contaba como estaba, que hacía, y como mejoraba cada día en la escuela.Después de enterarse mi padre me obligo a casarme, pero el día de la boda desaparecí sin que se diera cuenta, cuando volví después de una semana mi madre me dijo que Alina había encontrado a su mate en una de las manadas que nos visitaban para presenciar la boda, gracias a eso mi padre no siguió con la idea de querer casarme pero tarde o temprano encontraría a otra candidata para cumplir con su deseo, encontraría la forma de evitarlo eso era seguro.Aun después de todo este tiempo no he dejado de pensar en Eli, la extrañ
Elizabeth Pero que bien, después de todo el tiempo que nos costó pasar un momento juntos tenía que aparecer este idiota, ¿Qué quería? No lo sé y tampoco quería saber, Karla no me contestaba solo significaba una cosa, la manada estaba siendo atacada, tome mi teléfono y llame a Max ordenándole que fuera en su ayuda y mandara a un grupo a mi encuentro, eran muchos para enfrentarlos entre nosotros solos, su voz se escuchó más cerca de nosotros - Pero que alegría encontrarlos aquí, no creí que la diosa luna estuviera de mi lado - ¿Qué es lo que quieres? Por qué no nos dejas en paz - Veras querida, tienes algo que quiero y para eso solo tengo que matarte, es muy simple - Estas equivocado si crees que podrás hacerme daño, terminaras igual a ¿Cómo dijiste que se llamaba? A si Leo - ¿Crees que por que tu perro está aquí evitara que te destruya? Somos más de los que crees, después de mi vendrán muchos mas Di
ElizabethNunca había dormido tan bien en mi vida, quise girar pero un brazo me sujetaba con fuerza mientras gruñía, los recuerdos vinieron de golpe a mi cabeza y no pude evitar sonrojarme, era un vista hermosa, su rostro totalmente en calma, como subía y bajaba su pecho, no quería que este momento se acabara, si por mi fuera nos quedaríamos para siempre en esta habitación- Si es lo que deseas, podemos quedarnos para siempre así- me asusto, creía que estaba durmiendo – no lo estoy, desperté cuando te giraste- Dario no he dicho nada- ¿Cómo qué no? Te escuche decir que nos quedaríamos para siempre en esta habitación, ¿te estas retractando de tus palabras? – comenzó a hacer pucheros muy adorables- No lo hago, pero enserio no dije nadaAbrió sus ojos que aun mantenía cerr
Dario ¿Qué debería hacer? ¿Debería quedarme con ella? ¿Volver con mi manada? Después de escuchar a mi abuelo no sabía que hacer, si decido no volver mi manada podría dejar de existir, pero si vuelvo tendría que dejar a Eli, mi padre no la quiere y buscara la forma de deshacerse de ella y no quiero que la lastime. Sabía que Eli se encontraba en la habitación de Karla, la había visto subir, solo quería estar cerca de ella, pero antes de llegar a las escaleras fui detenido por mi abuelo, quien me llevo fuera de casa, solo caminaba en silencio hasta que me miro serio. - Debemos volver a casa hijo, tu padre te necesita - No puedo volver abuelo, no ahora, tengo que estar al lado de Eli - Si te quedas morirás - ¿Pero qué estás diciendo abuelo? - ¿Has visto sus ojos cuando se enfrenta al peligro? – solo asentí – son del color de tu lobo por una razón, si bien ella es humana, es una muy especial, tu lobo la ama tanto que
ElizabethYa han pasado 5 años desde que llegamos a esta manada, si se preguntan que pasa conmigo y Alek, la respuesta es nada. Mi pequeño Ilias es un niño muy inteligente y aunque no quería, Alek lo ha criado como un alfa, acepte solo porque sabía que no podría ocultarlo por siempre.Hoy he decidido que volveré a mi hogar, es tiempo de que mis padres conozcan a Ilias, tenemos todo preparado para irnos, mis lobos han decidido seguirme una vez más y Alek ha dado su autorización para que las parejas de ellos vinieran con nosotros. Por más que lo intente no pude evitar que Alek nos acompañara, pero Ilias se había encariñado con él así que no pude negarme.Estamos en el aeropuerto esperando nuestros autos para dirigirnos a la manada de Karla en primer lugar, volver a esta ciudad me trae malos recuerdos, por un instante los recuerdos de los alfas a los que les qui
ElizabethSali de casa con la esperanza de encontrar a mi pequeño, unos aullidos llegaron a mis oídos, mis lobos llegaban agitados entre el bosque, algunos estaban heridos, otros apenas tenían unos rasguños- Luna, ¿se encuentra bien?- ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué están heridos?- Tuvimos que huir de la manada, el alfa Tim está planeando acabar con usted, y como le juramos lealtad mando a sus guerreros a acabar con nosotros, sabíamos que venía por usted así que seguimos su aroma y llegamos aquí, en el camino sentimos el aroma del pequeño alfa así que cuatro de nosotros lo siguieron, dicen que está en la manada- Muchas gracias mis lobos, tenemos que buscar a mi hijo, necesito que dos de ustedes entre a la casa y traigan a Alek, iremos a la manada de MaxTodos asintieron, y nos
Dario“Entre nosotros, tú eres el cobarde” Sus palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza, tenía razón, estaba siendo cobarde, y sabía que lo lamentaría toda la vida. Su mirada fría que me daba por última vez rompió mi corazón, una vez desapareció mi abuelo quiso que nos fuéramos de inmediato, peor yo sentía que tenía que ir tras Eli, todo mi cuerpo me lo ordenaba.Después de una discusión con mi abuelo salí de casa directo a la manada de Tim, pero al llegar la noticia de que se había ido con el lobo que la había reclamado como suya, hicieron que las palabras de mi abuelo fueran ciertas, me fui con el corazón destrozado, en mi manada todos me esperaban con esperanza de que todo mejorara.Al mes de estar al mando de mi manada me entere que Alina había encontrado a su mate, como era un guerrero de una