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Narrador omniscienteAlma levanta su mirada temerosa ante la mirada fría y llena de ira de Anthony. Quién diría que volvería a verlo y justo en ese lugar y menos que Alana lo reconociera, logra ver solo su ancha espalda cuando sale del restaurante. La mano de Anthony, se posa en su muslo con fuerza y la hace chillar.—Dile a Alana que hable — ordena entre dientes.—Anthony...—No digas nada. En la casa hablamos — el nombrado se levanta de manera brusca.Alma carga a su hija en brazos y camina rápido detrás de Anthony que sale echando humo. —Mami, lo siento — susurra la pequeña, mientras solloza en mi cuello de su madre —. Tranquila, cielo…, todo estará bien.Alma trata de calmarla, pero sabe que nada está bien. Suben al coche y Anthony conduce a toda velocidad.—¡Eres tan zorra, Alma! ¡Me estás viendo la cara! — escupe lleno de celos.—Yo... no... Estoy haciendo nada…, Anthony. Alana, solo se confundió — la voz de Alma tiembla.—¡Tú, Nunca has sabido mentir!— pega un fuerte golpe al
Ese malnacido debe llegar en algún momento, no quiero que ellas sigan aquí. ¿Cómo puede ser capaz de dañar a una mujer de esta manera e irse como si nada? No merece tenerlas, no merece ni respirar, un degenerado de esos debería estar a tres metros bajo tierra y sino preso por todo su vida y me encargaré de eso, pero libre no estará. Y menos seguirá dañando a Alma y su hija. Al llevarla en mis brazos, mi corazón late fuerte, si pudiese borrar todo ese dolor que le ha causado. Si..., tan solo hubiera insistido en que buscara ayuda. No estaría de esta manera. Escucho a la niña decirle algo a Felipe, pero solamente quiero llevarla rápido a una clínica, abro la puerta trasera del coche y subo con ella dejando su cabeza apoyada en mis piernas, en este momento me alegro de que mi coche sea lo suficientemente grande para que ella pudiese ir cómoda, Felipe no sale de la casa. Me incliné hacia el volante y tocó la bocina, varias veces. Alma, no está bien. En eso sale con la niña en brazos,
Un gran peso salió de mí, después que recibimos el informe de que Alana, estaba bien. No había signos de abusos en ella, pero si está muy desnutrida y eso no me lo debe decir la doctora, se ve físicamente en la niña. Sus delgados brazos, sus labios resecos y pálidos, pesa como una pluma cuando la tienes en brazos. Sam, le dio un baño en la clínica y la vistió con pijama de capitán América, le queda muy grande, pero es mejor que su vestido mojado. Nosotros también nos cambiamos de camisa, por unas que trajo. Estoy con la niña en la cafetería, vamos a ver a su madre y lo mejor es que me la llevé de aquí, mientras ella no despierta, no puedo tener a Alana en este lugar.—¿Terminaste, cariño?— se chupan los dedos y ríe con sus labios llenos de mermelada —. Sí, ya quiero ver a mami. Su cabello está recogido en dos coletas, que me dejan fascinado viendo cómo llegan hasta su cintura, aún tengo intriga de saber cómo me llamo. Es tan pequeña, pero inteligente, ni Izán sabe el código para llama
Octavio sale con el peor semblante en su rostro. Mis cimientos se tambalean, sin embargo, mi mejor amigo sostiene de ellos con su mano en mi hombro y respiro profundo al oír al doctor.—La paciente sufrió un paro respiratorio, por un coágulo de sangre que obstruyó la vena más importante que lleva sangre al corazón — explica y coloca su mano en mi otro hombro—, logramos reanimarla, pero su estado es crítico, también está sufriendo de arritmias cardíacas. Está dormida… No la quiero sedar, necesitamos que su cerebro, vuelva a su estado actual.—No sé... cómo pagarte esto qué haces por ella. Pensé…, que la había perdido — la voz se me quiebra. —No lo iba a permitir. Ahora, lo siento — sus ojos viajan a Felipe —, amigo, debo registrar su ingreso y dar información de la paciente, sobre su estado a las autoridades.—¡Joder, Octavio! Danos un tiempo más. Aunque sea para que Alma, esté fuera de peligro. — suplico Felipe, y Octavio se masajeó la sien.Miré a Felipe y veo su aflicción como la
Las horas pasaron y no entre más en la habitación de Alma, me fui a dar una ducha y regresé a esperar a su amiga que llegará dentro de unas horas. Felipe luce cansado también, le pedí que se marchará, pero, no quiso. Aún no han llegado las autoridades y eso es extraño, ni tampoco servicios sociales.Estoy sentado con la cabeza entre mis manos, pensando que haré, no puedo dejar que regrese con ese hombre su amiga debe ayudarme a convencerla. Pienso también en la niña me llamó hace unas horas, quiere ver a su madre, no quiero traerla, siento algo en mi pecho.—Serch, deberías llamar a Sam. Creo que el mastodonte que viene ahí, es el esposo de Alma — levantó la mirada y, se me revuelve el estómago, cuando mis ojos caen en ese animal. Está vestido muy formal, y tiene tres hombres a su lado, que parecen unos mismos matones. Le grita a la enferma que está en la recepción y ella no sabe ni cómo responder, me levanto de prisa y caminó hacia él, pero Felipe me detiene.— ¡Detente, Sergio! ¡N
En sus ojos no había una chispa de vida, solo miedo y tristeza en sus pupilas. Le sonrío con cariño y paso mi mano por su cabello. —Alma, si confiaste en mí. En el momento que enseñaste a tu hija mi número de teléfono. Confía en mí de nuevo. No estás sola... No están solas — limpio las lágrimas que salen una a una y corren por su sien—, tengo miedo…—No lo tengas, yo estoy contigo... Es hora que le pongas fin a todo esto — beso su frente y su amiga solloza a un lado nuestro.El tatuaje que tiene en su mano no deja de darme vuelta en la cabeza, debo informar al detective. Aunque puede ser una jodida casualidad y sino lo es. Yo mismo lo mataré y lo alejare de Alma. —Le pido que entre las autoridades — le pregunta con cautela Mel, a Alma y ella asintió, tomando mi mano con fuerza—. Sí… Alma CastilloSu voz me hizo desvanecer en la camilla. Mi cuerpo dolía de manera extrema, estoy viva de milagro. Observó su gran altura a mi lado, y sus ojos azules me ta
Todos estaban contra el reloj, el Dr. Octavio, sale en busca de su amigo Felipe y su colega la doctora Olga. Debe tener su palabra, que no dirá nada si llegan a interrogarla, ya que ella estaba de turno junto con él, el día que ingresaron a Alma. Está consciente de lo que va a hacer, pone en riesgo su profesión por la que tanto se quemó las pestañas..., Sin embargo, esto vale más, porque siente que hace lo que nadie hizo por su madre, que murió en manos de su padre; dicho hombre nunca fue condenado por ser marino de alto nivel. Es realista y sabe que esa joven, que no tienen ventajas delante de aquella bestia, así como nunca la tuvo su madre. Al salir todos lo miran esperando que diga algo, respira profundo…, ya no tendrá marcha atrás.—Señores, policías, militares y amigos. Les pido que abandonen la sala, ya que la paciente no puede tener más visitas. Acaba de tener una recaída, su arritmia es severa y hace pocas horas, tuvo una reanimación. Si aún, no están enterados —se cruza de b
Mientras Samantha hacía su magia en el registro. Felipe llega junto a Mel en la casa de la nombrada. Saca las llaves de Sergio y al entrar, ven que todos los muebles están dispersos y la música de HI5 – 5 sentidos, inunda la estancia. Marc y los niños están bailando haciendo todo lo que pasan en la TV. Felipe niega, y carraspea muerto de vergüenza. —En serio, no piensas madurar —le cuestionó.—Ni que fuese plátano, para madurar — contraataca burlón, Marc.En eso la niña gira y sus ojos azules caen en Mel. Corre hacia ella y su hermoso cabello dorado revolotea.—Madrina... — chilla y se lanza en sus brazos.—Mi preciosura, mi bebé, como te extrañe. ¿Estás bien?, ¿Dime te han tratado como una princesa? —La pequeña se oculta en su cuello, no quiere responder ni levantar su carita, Mel le acariciaba su espalda —Bebe... Ya estoy aquí, todo estará bien.—Mi mami, lloró mucho... Grito, muy feo..., mi mami. Mel, el señor... El monstruo, daño a mi mami. — solloza y Felipe busca su rostro y q