La alacena vacía, el frigorífico también y mi bolsillo todavía más. Hace unos días Anthony volvió al trabajo, solo me dejó unos miserables billetes Alana no ha ido para la guardería, no quiero que esté lejos de mí.El que quieran llevársela me aterra, pero a veces, dudó si será lo mejor que esté a mi lado.Hoy solamente ha desayunado, no tengo nada más que darle. Quisiera buscar a Mel, sé que ella le daría algo de comer, pero no tengo valor para mirarla a los ojos desde ese día que me encontró inconsciente en mi casa. Me siento en un pozo sin posibilidades de salir de él.Alana está dormida en mis brazos, dentro de poco se despertará y me volverá a pedir comida. Se durmió entre lágrimas..., soy una pésima madre. Perdóname señor, no debiste darme esa bendición. Si la traje al mundo a sufrir desde su nacimiento.Me levanto de espacio dudando en lo que haré, pero no sé que más hacer. Agarro mi celular y marcó su número, mis manos están frías y no paran de temblar.Después de varios ton
Alma CastilloSergio…, Llegó como un ángel esa noche que sentía que moría y después volvió ayudarnos siendo yo una extraña para él.Tengo miedo, es un extraño y ruego que no haya informado a violencia doméstica. No tiene caso que lo haga, nunca escaparé de Anthony…, él siempre busca la manera junto a su madre de salir ileso, aunque nunca lo he denunciado, pero…, se que será de esa manera. Hombres no debe haber muchos como él, su mujer es muy afortunada de tenerlo. Sonrió agradecida y miró a mi pequeña, que está tan feliz estos últimos dos días, tiene mucha energía gracias a que ha comido mucho mejor.— Mami quiero ver a madrina, ¿podemos ir a su casa? — me pregunta, mientras pone una carita de perrito triste.Esta niña manipuladora observó el reloj y faltan unas pocas horas para que Anthony regrese.—Bueno, pero..., Solo un ratito. No podemos durar mucho. ¿Sí, cariño?—¡Sí, mami! — salta a mis brazos y los enreda en mi cuello. Dejo muchos besos y la apap
Sergio GerberNo tuve más noticias de Alma, continúe con mi rutina. No niego que varias veces pase por su casa, pero nunca la llegué a ver. Espero que esté bien y la niña también, no hay un día que no piense en ellas. Me obligó a creer que si no llamo, es porque está bien. Debe estar bien... ¿quién estará bien en manos del degenerado que la tiene de esa manera? Su hija al igual que ella, está muy baja de peso…, sus ojos azules los veo mientras duermo y me duele porque me hace recordar a...—¡Hermanito! Debes salir de este estudio, anda vamos a almorzar — Samantha me saca de mis pensamientos. Será que no la quieren. ¿Por qué le hice caso el día que sugirió que cada uno tuviera la llave del otro? Llega sin avisar y anda como perro por su casa. Pero es mi hermana y la quiero. Estoy orgulloso de ella, por salir de ese matrimonio abusivo y tóxico que tenía, al igual que lo está aquella joven. —¡Samantha, toca, mujer...! No sabes que puedo estar haciendo — la jodo y ella me saca el dedo
Narrador omniscienteAlma levanta su mirada temerosa ante la mirada fría y llena de ira de Anthony. Quién diría que volvería a verlo y justo en ese lugar y menos que Alana lo reconociera, logra ver solo su ancha espalda cuando sale del restaurante. La mano de Anthony, se posa en su muslo con fuerza y la hace chillar.—Dile a Alana que hable — ordena entre dientes.—Anthony...—No digas nada. En la casa hablamos — el nombrado se levanta de manera brusca.Alma carga a su hija en brazos y camina rápido detrás de Anthony que sale echando humo. —Mami, lo siento — susurra la pequeña, mientras solloza en mi cuello de su madre —. Tranquila, cielo…, todo estará bien.Alma trata de calmarla, pero sabe que nada está bien. Suben al coche y Anthony conduce a toda velocidad.—¡Eres tan zorra, Alma! ¡Me estás viendo la cara! — escupe lleno de celos.—Yo... no... Estoy haciendo nada…, Anthony. Alana, solo se confundió — la voz de Alma tiembla.—¡Tú, Nunca has sabido mentir!— pega un fuerte golpe al
Ese malnacido debe llegar en algún momento, no quiero que ellas sigan aquí. ¿Cómo puede ser capaz de dañar a una mujer de esta manera e irse como si nada? No merece tenerlas, no merece ni respirar, un degenerado de esos debería estar a tres metros bajo tierra y sino preso por todo su vida y me encargaré de eso, pero libre no estará. Y menos seguirá dañando a Alma y su hija. Al llevarla en mis brazos, mi corazón late fuerte, si pudiese borrar todo ese dolor que le ha causado. Si..., tan solo hubiera insistido en que buscara ayuda. No estaría de esta manera. Escucho a la niña decirle algo a Felipe, pero solamente quiero llevarla rápido a una clínica, abro la puerta trasera del coche y subo con ella dejando su cabeza apoyada en mis piernas, en este momento me alegro de que mi coche sea lo suficientemente grande para que ella pudiese ir cómoda, Felipe no sale de la casa. Me incliné hacia el volante y tocó la bocina, varias veces. Alma, no está bien. En eso sale con la niña en brazos,
Un gran peso salió de mí, después que recibimos el informe de que Alana, estaba bien. No había signos de abusos en ella, pero si está muy desnutrida y eso no me lo debe decir la doctora, se ve físicamente en la niña. Sus delgados brazos, sus labios resecos y pálidos, pesa como una pluma cuando la tienes en brazos. Sam, le dio un baño en la clínica y la vistió con pijama de capitán América, le queda muy grande, pero es mejor que su vestido mojado. Nosotros también nos cambiamos de camisa, por unas que trajo. Estoy con la niña en la cafetería, vamos a ver a su madre y lo mejor es que me la llevé de aquí, mientras ella no despierta, no puedo tener a Alana en este lugar.—¿Terminaste, cariño?— se chupan los dedos y ríe con sus labios llenos de mermelada —. Sí, ya quiero ver a mami. Su cabello está recogido en dos coletas, que me dejan fascinado viendo cómo llegan hasta su cintura, aún tengo intriga de saber cómo me llamo. Es tan pequeña, pero inteligente, ni Izán sabe el código para llama
Octavio sale con el peor semblante en su rostro. Mis cimientos se tambalean, sin embargo, mi mejor amigo sostiene de ellos con su mano en mi hombro y respiro profundo al oír al doctor.—La paciente sufrió un paro respiratorio, por un coágulo de sangre que obstruyó la vena más importante que lleva sangre al corazón — explica y coloca su mano en mi otro hombro—, logramos reanimarla, pero su estado es crítico, también está sufriendo de arritmias cardíacas. Está dormida… No la quiero sedar, necesitamos que su cerebro, vuelva a su estado actual.—No sé... cómo pagarte esto qué haces por ella. Pensé…, que la había perdido — la voz se me quiebra. —No lo iba a permitir. Ahora, lo siento — sus ojos viajan a Felipe —, amigo, debo registrar su ingreso y dar información de la paciente, sobre su estado a las autoridades.—¡Joder, Octavio! Danos un tiempo más. Aunque sea para que Alma, esté fuera de peligro. — suplico Felipe, y Octavio se masajeó la sien.Miré a Felipe y veo su aflicción como la
Las horas pasaron y no entre más en la habitación de Alma, me fui a dar una ducha y regresé a esperar a su amiga que llegará dentro de unas horas. Felipe luce cansado también, le pedí que se marchará, pero, no quiso. Aún no han llegado las autoridades y eso es extraño, ni tampoco servicios sociales.Estoy sentado con la cabeza entre mis manos, pensando que haré, no puedo dejar que regrese con ese hombre su amiga debe ayudarme a convencerla. Pienso también en la niña me llamó hace unas horas, quiere ver a su madre, no quiero traerla, siento algo en mi pecho.—Serch, deberías llamar a Sam. Creo que el mastodonte que viene ahí, es el esposo de Alma — levantó la mirada y, se me revuelve el estómago, cuando mis ojos caen en ese animal. Está vestido muy formal, y tiene tres hombres a su lado, que parecen unos mismos matones. Le grita a la enferma que está en la recepción y ella no sabe ni cómo responder, me levanto de prisa y caminó hacia él, pero Felipe me detiene.— ¡Detente, Sergio! ¡N