Estaba apurada por dejar ese rincón donde este bastardo me había retrasado. De pronto, sin mirar, choqué con un tipo y caí al suelo. Mientras miraba hacia abajo, vi esos zapatos de marca y sentí que su presencia encendía un fuego de miedo en mí. Era un trauma difícil de superar. En mi mente solo llegó el nombre de Ángelo, y me dio pereza levantar la mirada para verlo.No quería encontrarme con él de repente. Eso no era de mucha ayuda. Pero sentí que esa mirada se posaba en mi espalda. Mi pelo cubría mi cara, y vi cómo una mano larga, con tatuajes salvajes, se extendía ante mis ojos. Cuando me di cuenta, supe que Ángelo no tenía tatuajes en el brazo. Me sostuve de su mano y me levanté.La presencia de este hombre me hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Un olor a peligro se apoderó de mí. Cuando finalmente enfrenté su rostro, mis ojos se encontraron con los suyos. Casi vuelvo a caer, pero presioné con fuerza contra el suelo para mantener mi postura.Tenía ojos negros, piel morena y
Me concentré en cómo podía entrar mentalmente en este edificio camuflado. Desaté la idea y decidí divertirme con mis presas. Llegué al depósito, donde el ambiente estaba podrido. El olor a sangre y a descomposición invadía el aire.Mis chicos estaban allí, cada uno interrogando salvajemente a los hombres que habían capturado. Mis leales, Pulpo y Gk, son unos salvajes corpulentos. No tienen ni una pizca de piedad. No conocen la amabilidad; son verdaderos monstruos. Pulpo es un marino, en alta mar, y hace honor a su nombre por su brusquedad y frialdad en cada misión. Gk, por otro lado, es un demonio que no conoce límites ni perdón.Al entrar, los encontré muertos de miedo. Mis hombres son orondos, lo sé, pero estos son aún peores por ir en mi contra. Nunca doy la cara; nadie me conoce. Mis hombres hacen todo el trabajo, y los resultados son de los mejores. Me siento en mi sofá, tomo un bocado de tabaco y exhalo el humo. Un sorbo de whisky me acompaña mientras espero las noticias. Siempre
Utilicé mi fuerza para apartarlo, pero me fue imposible. «Es demasiado fuerte». Me sentía acorralada por él. En un instante, sentí su aliento y un cálido sabor a menta entrar en mis labios. Los suyos eran suaves. Mi mente se quedó en blanco y mi cuerpo no recibió señal de peligro, por lo que obedeció. Los hombres volvieron a pasar y, al vernos besándonos, decidieron seguir su camino. Mis seis sentidos humanos habían desaparecido. No sabía a dónde diablos habían ido, pero no estaban aquí en este momento. Cuando finalmente separé mis labios de los suyos, sentí un vacío inmenso.Con la conciencia interrumpida, deseaba más de ese beso. «¡SINVERGÜENZA!» me reclamé a mí misma, pero luego me di cuenta de que no era nada malo. Volví a mis sentidos y me despegué de él, atónita por lo que acababa de suceder. En mi mente, finalmente vino la información adecuada: «¿Quién demonios era él? ¿Y por qué me salvó?». Estuve a punto de decírselo cuando vi un auto negro detenerse y él me dijo que subiera.
Estaba enfadada y nerviosa a la vez. ¿Quiénes eran? No tengo idea, pero acababa de enfrentarme a ellos. Les agradezco que me salvaran, pero hasta aquí llego. Por lo visto, saben más de mí que yo misma. No les daré la oportunidad de encontrarme. Me adentré más caminando hacia el mar. Cualquiera que me viera pensaría algo distinto. Mi cara ardía de ira. Todo aquel que me miraba pensaba que me iba a tirar al agua.En un momento, corrí y me bajé hasta la arena. Miré a ambos lados, para asegurarme de que no me seguían. Me senté en la arena, dejando que el agua chocara contra mis pies. Una vez relajada, me recosté en el piso, sintiéndome una con el mar y la arena. Estaba en mil mundos, pensando en ese beso. De repente, mi celular sonó, sacándome de mi mundo imaginario.—¡Nadin! ¿Dónde estás?—Abajo, en el mar.—Uff, gracias a Dios.—¿Qué pasa?—Nada, solo vi que no entraste y me preocupé.—Gracias, amiga, por preocuparte por mí.—Boba, ¿desde cuándo no me preocupo por ti? ¡Entra que tengo qu
Soy un hombre amante de la limpieza. Me quito la chaqueta, pero no dejo de pensar en ella. Esos labios, ¡oh Dios! Qué textura. He probado numerosos labios, pero ella tiene un sabor distinto. La verdad, no quería despegarme de esos labios. Lo hice porque debía controlarme. Tomo la chaqueta y su olor me invade; es dulce y suave.Una mujer exquisita. Quiero volver a verla. Pero no entiendo por qué me confundió con uno de los hombres de los Clindy. Eso me enojó y tiré la chaqueta, metiéndome al baño. Salí cuando me sentía limpio, pero mi cuerpo seguía sudoroso. Esa chica me saca de mis cabales.Me pongo mi bóxer, tomo mi laptop y verifico varios correos. Luego, hago una videollamada con uno de mis hombres en Atlanta. Confirmo cómo va todo y que el contrato salió firmado. Unos billones estarán listos el mes entrante. Eso es un buen punto. Me recuesto y mi timbre suena. Me pongo mi bata y presiono en la tablet el botón del ascensor que lo trae directo. Es uno de mis hombres.—¿Alejandro, est
Ya era tarde en la noche cuando terminé de preparar los audífonos. Decidí probarlos y salí buscando a Black. La encontré sentada viendo series. Le di un manotazo y ella saltó del sillón, soltando una carcajada. Estaba disfrutando de una serie llamada Alice.—¡Vete a la m****a! Me acabas de dar un espanto.—Deja de ser niñita, no es para tanto. Toma y lárgate de aquí para probar esto.—Ya está listo; luce hermoso y es muy pequeño. Si alguien no está cerca de ti, no lo puede ver.—Claro, para eso me decían rara, ¿no? Sabía cómo hacer de todo.—Ahora me doy cuenta.—¡Lárgate!Ella soltó una carcajada y se marchó en dirección a la playa, alejándose hasta que ni mis ojos la podían ver. Pero el micrófono le repetía a qué distancia estaba. Con mi voz, podía activar la frecuencia para hablar con todo el equipo, o si era solo con uno. Black sería "B", mientras que yo sería "C". Los otros chicos serían números y letras, una combinación perfecta para no ser detectados por nadie.Ella causaba un r
—Samantha, por fin estás en casa —se escucha en la otra línea.—¿Quién es Samantha? —le pregunto a Fendy.El Dr. Fendy me mira y solo sube los hombros. En un momento, siento la respiración de Black. Le hablo para mantenerla tranquila.—Black, soy yo. Mantente con calma, te iremos a buscar —digo, tratando de que no haga nada estúpido.—Hmmm, sí… está... bien…Escucho cómo su voz se corta, pero responde disimuladamente. Me pongo nerviosa y enojada a la vez. Sigo escuchando.—Samantha, tanto tiempo. No pensaste visitarme después de la cárcel. Ohhh, bien dicho, eres cobra negra, ¿verdad? Black —habla la persona desde la otra línea.Me quedo helada. Black es Samantha. ¿Cómo no lo sabía? Volteo y miro a Fendy, y él me mira como si no entendiera nada.—¿Samantha es Black, cierto? ¿Una tal cobra negra es ella también?—Sí, es ella. Se llama Samantha Clindy.Estoy en shock. Samantha Clindy era la chica que la familia Clindy tenía prohibido mencionar. Ahora entiendo su odio hacia la familia. Con
Le di replay al video grabado. Disfruté un momento de la cara de asombro de Alejandro.—¿No me explico cómo una niña mimada tiene tales habilidades? Seguro que es de la familia Stomcling.—Sí, es ella. Para tu información, no era una niña tan mimada; ella era la cabeza de todo. Mayormente, dirigía las empresas de su familia. Su cerebro era la máquina que podía arreglar todo en la sombra, pero todos la conocían. La podías ver a ella y no a la ahora heredera única.—Después de usarla, su propia familia la echó. ¿Y tú piensas hacer lo mismo? ¿Acaso no fue lamentable esta mujer en su vida?Me sorprende que ahora este bribón la esté defendiendo.—¿Y a ti qué te pasa?—Tú lo has dicho, su familia jugó con ella. A que es el cerebro, ellos la cambiaron y la reemplazaron con una llamada hija única. La auténtica heredera. ¿No lo encuentras demasiado raro?—Está muy complicado si lo ves fuera de los temas en los cuales ella fue acusada.—¿Qué terminaste por considerar?—Ella es una joya. No piens