Me senté en mi tocador, sintiendo el dolor punzante en el corazón. Aún estaba afligida y no podía creer que Ángelo siguiera ocupando un lugar en mis pensamientos. Era doloroso, especialmente después de todo lo que me habían hecho. Las tantas veces que mandaron gente a la cárcel para torturarme. Debo ser ahora aún más fuerte para poder soportar esto.La fiesta había culminado, pero la cara de Esmeralda no lucía contenta. Sospechaba de algo y hasta que no encontrara respuestas, no estaría satisfecha. No entendía quiénes eran esas dos chicas que interrumpieron su compromiso, ni por qué Ángelo actuó como si las conociera. Lady C había robado toda la atención; se habían marchado, pero todos seguían hablando de su belleza imparable. Eso dejó a Esmeralda con un odio aún mayor.Ya no había con quién descargar su coraje. Cuando se enojaba, solía pagar a quien fuera para que le diera una paliza a Nadin. Sin embargo, Nadin había salido de la cárcel antes de tiempo, y nadie sabía su paradero. Frus
—¡No mezcles las dos juntas! Black y yo somos cosa del pasado, y tarde o temprano tendremos que enfrentarnos nuevamente.—¡Y ella es un presente que necesitaré!—¡Tú estás loco!Veo cómo Alejandro rehincha los ojos y se deja caer sobre el sofá. Necesito a Lady C, y siento que ella y yo compartimos mucho en común. Quiero aproximarme a ella. Pensando en ella, me llega un correo.—¡Hola, belleza! Un gusto conocerte. Siento que te tomaste la molestia de investigar.—¡Claro! Eres un don que se atreve a besar a una chica en dos ocasiones, sin su permiso. Eso es mérito de investigación, ¿no crees?—¡Me parece que subestimé a una mujer fuerte!—¡Dejemos los rodeos, directo al grano! ¿Quién eres y por qué me ayudaste esas dos veces?—¡Suscito que me conoces, belleza! Entraste en mi base de datos y considero que ya descifraste todo.—¡No soy de término medio! No puedo basarme en mis pensamientos o en lo que tal vez suponga. Me gusta la claridad, ¿comprendes?—¡Wow! Qué directa, eso me gusta.—¿¡
Justo así fue. En la mañana, había escrito un correo con una dirección anónima. Desearía estar presente cuando ellos recibieran ese mensaje, disfrutar sus caras y que sintieran lo mismo que yo sentí: la desesperación y la agonía que me destruyó.Redacté mi correo con cuidado, algo que realmente daba escalofríos. Después de leer mis propias palabras, me pregunté: ¿en serio soy así de malvada? Ellos son los causantes de esto. Ahora sabrán que estoy de vuelta, que volví para vengarme, para beberme la sangre que me sacaron. Me convertiré en una Sangrienta, un aceite animal que acumula y tengo que ver sangre para vivir. Quiero ser vampira; quiero hacer que paguen. Quiero que ellos vivan lo que yo viví.“Hola, querida hermana. ¿Cómo estás? Espero que estés de lo mejor. Te escribí para informarte que volví. Volví para poder verte. Quise hablar contigo, pero no tuve tiempo; tuve que marcharme pronto. Estuviste hermosa en tu fiesta, y mira, eres la prometida de Ángelo. Ese mismo Ángelo, quién l
—Iré directo al grano. Supuestamente me conoces, sabes quién soy porque estoy aquí, y las razones por las que debería buscarte. Quiero que ya conozcas esa palabra, no vale la pena que yo quiera mencionarla para decirte lo que quiero.—Una mujer con palabras clave y directa es una que no se encuentra a menudo. ¡Me agradas bastante!—Y a mí me pareces un hombre muy hablador. Ellos ya no me hacen falta; voy a decirte eso.—¡Ruda! Eso es bueno. Una mujer ruda que no se doblega, me gusta mucho más.—Quiero aliarme contigo, y supongo que sabes cuál es el motivo.—¿Aliarte conmigo? Supongo que ya me conoces. ¿Por qué quieres salir conmigo?—Diría que poco, pero no me importa. Lo poco que sé, porque del poco saco mucho, y de lo mucho rinde muy poco.—¡Palabras célebres! Eres muy buena. Supones o ya sabes que aliarte conmigo es como venderle tu alma al diablo.Exploté en risas; no esperaba que él dijera eso. Pero si yo sabía algo, es que no tenía alma. Era algo que ya estaba muerto. Si le perte
La tarde era hermosa y luminosa en el valle. La conversación entre Jerder y Nadin prosiguió, pero llegó un momento en que una hermosa sonrisa se dibujó en los labios de Nadin. Me preguntaba qué la mantenía tan sonriente; nada concreto se me vino a la mente. No había hecho nada para mantenerla así. Tenía una sonrisa encantadora. Lucía dulce y atractiva, muy atractiva. Los hoyuelos la hacían aún más hermosa.NarradorLa mañana fue caótica en la SR Corporación. Esmeralda nunca en su vida esperaría un correo electrónico así. Había llamado a varios hackers para rastrear la dirección IP del mensaje, pero al enterarse de que provenía de la emperadora, nadie más quiso aceptar el caso. No querían más problemas. Esmeralda estaba enfadada; trató de comunicarse con Ángelo, pero todo fue en vano. Nadie podía aguantar su humor en la empresa.La reunión de la mañana fue un desastre. Nadie imaginaba que un correo pudiera sacar a la presidenta de sus cabales. Quien fuera que había conseguido esa hazaña
Nadin sentía una inquietante sensación de desesperación y agravio acumulándose en su pecho. Estaba atrapada en un torbellino de emociones, deseando liberar todo el dolor y la tortura que la atormentaban, pero sabía que no era el momento adecuado. Tenía que enfrentar a Ángelo, que debía saber que ella era Nadin Stomcling. Sin embargo, el día en que él descubriera que era la mujer que había arrojado a la prisión aún no había llegado.Mientras tanto, Jerder notó la preocupación y el disgusto en ella. Con un tono conciliador pero firme, habló para salir del lugar:—¡Señor Clindy! Mi mujer ha bebido mucho y se pone un poco enojona. Me retiro para que no lo vaya a enfadar.Al escuchar eso, Nadin se levantó primero y tomó camino hacia la salida. Pero al pasar cerca de Ángelo, notó una frase muy corta que resonó en sus labios: “Nadin, sé que eres tú”. Ella hizo caso omiso, como si no lo hubiera escuchado, como si esas palabras no hubieran sido pronunciadas. Hizo todos los gestos, habló de toda
—No vale la pena llorar por él. Solo me doy cuenta de lo estúpida que fui. ¡Qué ingenua y sin cerebro fui por amar a una persona tanto tiempo! Ni siquiera dudó en arrojarme a la prisión, dejarme pudrirme. Una persona que no me ha escuchado, que se encargó personalmente de incriminarme y dejarme medio muerta en todas las City Olens. ¿Quién era yo? ¿Por qué debería llorar?Jerder escuchaba atentamente, esperando que su explicación fuera una oleada de emociones complejas. La luz que apareció en su rostro le hizo entender que esta mujer no estaba llorando por él, sino porque había sido una estúpida al quedarse enamorada de alguien que no la merecía. Se preguntaba cómo había llegado a convertirse en lo que era. Quería llegar al fondo de su corazón y ver el mar ensangrentado de lodo oscuro que llevaba dentro. Deseaba entrar en su corazón y limpiar el dolor que ella sentía. Él quería que fuera la mujer más feliz del mundo, pero justo como ella, él también cargaba una pesada liga de emociones
Jerder llamó a Shasa, su chica de confianza, pidiéndole que trajera un conjunto de dormir para Nadin y que la cambiara. Shasa, sintiéndose celosa, nunca había visto a su jefe con una mujer tan pegada a él. Cuando entró en la habitación y vio a Nadin, se sorprendió al notar una marca en su cuerpo. Sin cuestionarlo, pensó para sí misma que esta mujer debía haber pasado por mucho en la vida. A pesar de sus celos, se tragó sus sentimientos y cambió a Nadin, saliendo rápidamente de la habitación con una mezcla de frustración y curiosidad.Jerder terminó su baño y entró en otra habitación, donde decidió descansar. La noche había sido larga y llena de emociones, y necesitaba un momento de calma. Mientras se acomodaba en la cama, no podía evitar pensar en Nadin. Su belleza, su vulnerabilidad y la fuerza que había mostrado, a pesar de todo lo que había pasado, lo intrigaban. Sin embargo, también sabía que debía ser cuidadoso; el pasado de ella era un terreno delicado.Por la mañana, Nadin se de