Después de todas las cosas que le había dicho Steve, después de la forma en la que la había tratado o, mejor dicho, maltratado, Larissa no pretendía quedarse con sus brazos cruzados. Ella era consciente de que Steve estaba buscando cualquier excusa para terminar la relación, así que llevarle la contraria, reprocharle o contestarle cualquier cosa, sería el fin para ella.Tenía que ser muy cuidadosa con sus movimientos y eso es exactamente lo que estaba haciendo, a pesar de la rabia contenida que tenía, supo controlarla y hacer como si no hubiese sucedido nada.Cuando estuvo completamente segura de que no había rastro de Steve por toda la zona, sacó su celular de su bolso y marcó el número de la única persona que estaría dispuesta a consolarla a cualquier hora y sin importar las circunstancias.—¿Qué le habré hecho yo de bueno al mundo para que el universo me responda con esta grata sorpresa? —dijo la voz masculina del otro lado del teléfono.—Qué exagerado eres Mick —le respondió ella
Luego de aquella propuesta inesperada, Chelsea estuvo toda la noche sin dejar de pensar, llena de angustia y de dudas. Era como si el universo se hubiese empeñado en ponerla a prueba en esas semanas, dos propuestas irresistibles por parte de Fred que la ponían en jaque frente a su propia realidad. Ya había aceptado trabajar con él por la misma necesidad que tenía de resolver su situación rápidamente. Ahora aquella segunda oferta sumamente tentadora la mantenía despierta, realmente casarse con Fred, era el sueño de toda mujer hecho realidad, era guapo, adinerado y sincero.—¿Qué más necesitas Chelsea? —Se confrontó a sí misma.Nuevamente ella y sus sentimientos pasaban a segundo plano, debía hacerlo para poder tener dl dinero y quevsu madre recuperara la salud o por lo menos que sus años de vida se alargaran un poco luego de que aquella terrible enfermedad la atacara.Susane era una mujer fuerte o parecía serlo, trabajaba de sol a sombra para darle a Chelsea todo lo que necesitaba. Cua
Chelsea salió apresuradamente de la habitación hasta el dormitorio de su madre, Susane estaba pálida y mostraba tensión en el rostro, él dolor parecía tenerla en shock.—Vicky ve por Fred por favor —le ordenó a la chica, quien fue a toda prisa hasta la habitación.Fred venía saliendo del baño, emocionado y totalmente desnudo para su encuentro con su esposa, cuando Vicky se acercó a la puerta y se topó con la perfecta anatomía de su cuñado.—¡Vicky! —ella se cubrió el rostro y él trató de cubrir su sexo con sus manos.—Disculpa Fred, es que mi tía no está bien, Chelsea me pidió que te llamara.—Ya voy para allá —Ella no se movió de allí, por el contrario se quedó en la puerta, mientras Fred, tomaba su pijama de seda y se vestía frente a ella.Ambos fueron hasta el cuarto contiguo, Susane continuaba privada del dolor, mientras Chelsea buscaba con afán dentro de las cosas de su madre, las píldoras de su tratamiento.—Déjame cargarla —dijo Fred, se acercó y logró levantarla con facilidad
Desde que Chelsea se había marchado de su vida, Steve no hacía más que pensar en ella, no se había percatado de lo fuerte que eran sus sentimientos por ella hasta ese momento, pudo comprobar que no en vano decían “Nunca se sabe lo que se tiene hasta que se pierde”, en efecto, era el refrán más cierto que existía sigue la faz de la tierra.Pasaba noches en vela, reuniones completamente distraído, conversaciones ausentes imaginando cómo sería su vida en estos momentos si hubiese tenido el valor de dejar a Larissa y oficializar su relación con Chelsea, definitivamente ahora sería feliz y no miserable como lo estaba siendo.Últimamente, no era capaz de mirar a Larissa a los ojos, sabía que ella había sido la culpable del despido de Chelsea y eso lo irritaba cada vez más, la repudiaba demasiado y ya no se interesaba en ocultarlo; llevaba varios días sin tocarla, sin estar con ella, no tenía palabras agradables, gestos cariñosos, nada, sencillamente la ignoraba desde su última discusión y e
En cuanto Chelsea sintió esa mano en su hombro supo que no se trataba de Gus, ella podría reconocer ese tacto en cualquier lugar del mundo sin importar el tiempo que pasara además, su olor era inconfundible, antes de girarse hacia él, antes de que él pronunciará una sola palabra ya ella sabía quién estaba a sus espaldas.El diálogo no hizo falta entre ellos dos, en cuanto sus ojos se encontraron supieron lo que estaban necesitando. Steve la tomó por su cintura y la logró poner en pie, ella rodeó su cuello con sus manos parándose en puntillas, dejó caer su cabeza en el cuello de él y siguió dando rienda sueltas a su duelo. Lloró, lloró con todas sus ganas, sacó de dentro de ella todo el dolor que llevaba y Steve se mantuvo ahí abrazándola, acariciando gentilmente su cabello una y otra vez.—Shhhh, tranquila Chel, todo va a estar bien —consiguió decir finalmente.—No, todo no va a estar bien, mi madre ha muerto ¿cómo es posible que haya dejado de existir en este mundo de un momento a ot
La sirena de la ambulancia, las voces de las personas gritando horrorizadas por lo que acaba de ocurrir genera caos en la autopista. Fred siente la humedad sobre su rostro, limpia con su mano y solo ve la sangre, por unos segundos pierde el conocimiento.El grupo de rescate baja, y logra sacarlo del auto amasijado con las vueltas que dio en la pendiente de casi cinco metros de profundidad. Las preguntas del paramédico lo aturden.—Señor me escucha ¿puede escucharme? —Fred se siente mareado, un dolor incesante en su muslos izquierdo lo mantienen en absoluto stress.—Mi pierna, mi pierna. —se queja, mientras sl paramédico coloca una dosis de analgésico bastante fuerte para tranquilizarlo.En tanto, en la clínica, Chelsea aguarda por la entrega del cadáver de su madre, era un deseo suyo, ser incinerada y que sus cenizas fuesen esparcidas debajo del gran árbol sembrado a la orilla del río en el pueblo donde vivió durante más de cuarenta años.Repentinamente escucha las sirenas y ve la amb
La vida de Chelsea acababa de dar un giro de 180°. Primero la muerte de su madre y ahora Fred, acababa de sufrir aquel terrible accidente, por suerte estaba con vida. Aún recuerda las palabras de su prima culpándola de aquello que acababa de pasar. La pobre no había tenido tiempo de vivir el dolor por el duelo de su madre y ahora debía lidiar con la culpa por las consecuencias de aquel terrible accidente.¿Alguien podía ponerse por unos segundos en su lugar? ¿Alguien podía entender su dolor y frustración? Se había comprometido con Fred para poder olvidar a Steve, cosa que no resultó para nada. Se casó con Fred para que este pudiera recibir el dinero y poder salvarle la vida a su madre y ahora Susane estaba muerta, lo peor de todo era que tendría que seguir al lado de Fred, no podía abandonarlo en ese momento cuando él tanto la necesitaba.Se sentó en la cama donde su madre durmió dos días atrás, agarró la biblia que su madre siempre llevaba consigo, la abrió y dejó que las hojas se pa
—¡Doctor! ¿Por qué no puedo sentir mis piernas? —preguntó Fred, aterrorizado.—Señor Sielgman, es muy importante para su condición que mantenga la calma. Acaba de tener una operación bastante complicada en su pierna, lleva varios días acostado; a pesar de ello, no le voy a mentir tampoco, usted sufrió de una pequeña lesión lumbar, siempre existió la posibilidad de que algo como esto pasara a llevar de que lo habíamos descartado, sea cuál sea la causa, tenemos que hacer unas pruebas para asegurarnos de la razón y la connotación que ello podría traer. Dentro de nada estará nuestro mejor traumatólogo con ustedes, con su permiso —y sin decir más salió de la habitación.Fred estaba en un puro nervio, sentía terror solo con la idea de no poder caminar más. A Chelsea, la estaba matando verlo de esa manera, jamás lo había visto tan indefenso, tan pequeño y temeroso, era como si otra persona completamente diferente hubiese ocupado el lugar del Fred que ella había conocido hace meses atrás.Est