CharlotteMe acerqué a ella, sus ojos brotaban de miedo, sus pupilas estaban completamente dilatadas. Analizo el desorden de mi oficina y de inmediato me imagino lo peor. Aunque recuerdo que ella dijo que todo estaba bien, no puedo negar que un mal presentimiento aparece —¿Qué sucedió? porque sencillamente no me respondes, te da miedo la reacción que pueda tener —dije, ella solo miraba a todo lado—. Solo que no deberías tener miedo, no soy un ogro —dije, guiñando mi ojo. —No, no pasó nada grave. Estaba dejando las cuentas listas del pedido que entregamos. —Ella se pone de pie, haciéndose a un lado para que pueda pasar a sentarme—. Tan solo fue que me confundí con algunas cosas —habla sin sostenerme la mirada. —Ah eso es bueno, porque en estos momentos estoy dispuesta a escucharte, para que te puedas retirar. Necesito todas las cuentas claras, ya sabes que no me gustan los rodeos. —Claro, ¿Quieres algo de beber? —pregunta con su cabeza abajo, como siempre la mantiene hacia mí. Su
CharlotteMis planes habían cambiado, liberar todo ese estrés que tengo en el momento en mi cabeza no será tan sencillo. Miro el mensaje, creo que el dueño de ese mensaje es el indicado para que eso suceda.Observó la dirección una y otra vez, formas de que me dijera que no iba a caer tan fácil, es difícil resistirse a la pasión que corre al menos de mi parte. Mi cabeza aún estaba caliente, la tradición es lo peor que puede existir en este negocio, y Nicol se encargó de ponerme a prueba y de eso no saldrá bien librada. Le envié un mensaje a Luciano, con la indicación de que esa traidora no salga de ese lugar al menos de que quiera hablar y decir la verdad, igual tengo que averiguar sí Julie de verdad tuvo que ver o simplemente fueron cosas que ella inventó. Una dirección era lo único que tenía, claramente este hombre me daba demasiada confianza, algo que no había ocurrido ocurrido con absolutamente nadie. Primero fui hasta la casa, ya que darme un baño era fundamental para poder ca
CharlotteMis pasos eran firmes, tenía que mostrar la seguridad que quizá por dentro me faltaba. Creo que esta es la peor idea que Adriano pudo tener y es que todo está jodidamente decorado y hace que en mis emociones haya un revoltijo. Adriano sirvió dos copas, con su boca no decía absolutamente nada, sin embargo, con su mirada estaba buscando ponerme nerviosa y eso no era tan fácil de hacer o al menos eso era lo que yo creía. —Quisiera saber ¿A qué se debe todo esto? Porque hasta donde recuerdo, no hay ninguna fecha especial para poder hacer este tipo de cosas —le dije y él se acercó y extendió una de las copas sobre mi mano mientras dio un suave beso en la otra y a su vez subió su mirada.—No necesita haber un motivo para celebrar, no obstante, en esta ocasión sí que lo hay. Quiero agradecer todo lo que has depositado en nosotros, la confianza que nos brindaste ha sido incluso mi mayor motivación, bueno nuestra mayor motivación. —Él guarda silencio y da un sorbo largo—. En reali
Charlotte Esta vez fuimos hasta un pequeño apartamento que tenía, hoy era yo quien iba a poner las reglas y él, debió obedecerme en absolutamente todo. Le hice señas a la persona que me estaba acompañando que quedó en el carro para que me siguiera, fuimos en mi carro. A pesar de que las ganas están consumiendo mi cuerpo de una buena vez, tenía que ser coherente con mis actos, porque es claro que un mal movimiento, podría convertirse en una mala jugada para mí. Voy conduciendo, sin sentirme siquiera intimidada por las miradas constantes por parte de Adriano. Mi teléfono sonó, revisé la pantalla y Luciano marcaba de forma insistente. Respondí, evitando que Adriano pudiera escuchar algo de aquella charla que pudiera tener. —Estoy demasiado ocupada, habla rápido y dime ¿qué se te ofrece? —le dije mientras giraba, aún estábamos a unos kilómetros para llegar al apartamento.—Me enteré que encerraste a Nicol, ¿Pudiste encontrar algo? —él cuestiona con su voz baja, aparentemente como si
Adriano Quisiera poder decir que las cosas me están saliendo tal y como las planee, sin embargo, es todo lo contrario. Esa mujer de algún modo está ganando y no lo puedo permitir, está ganando metiéndose en mi cabeza. Dejó las cosas en mi mesa, mientras tanto, voy a servir un poco de agua. Escucho algunos ruidos provenientes del pasillo y eso hace que me ponga completamente alerta. Tomo mi revólver y lo cargo, luego voy despacio, abro la puerta lentamente hasta observar unos pasos, algunas personas girando al fondo del pasillo de nuestra casa. Sigo sus pasos, apresuro mi caminado, en pasos silenciosos, cuando los encuentro, apuntó haciendo que esas dos personas me miren, no obstante, bajo el arma de inmediato, mi hermano estaba pasado de copas con la hermana de Charlotte. —¿Qué significa esto? —Lo miré enfadado. —Una amiga, ella es Lía. ¿No te parece linda? —habla Enzo con su voz carrasposa. —¿Cómo estás Lía? —Estiró su mano. —Muy bien, mucho gusto. —La miró de arriba a abajo.
CharlotteCamine directo a la oficina, el ambiente era demasiado tenso para mi gusto. Espero la llegada de Luciano, mientras reviso las cámaras del lugar. Me sirvo una copa, me impacienta que alguien esté trabajando a mis espaldas, que alguien me esté traicionando y yo sea tan estúpida que no me de cuenta. Está semana no nos fue muy bien, la verdad tuvimos una venta de mercancía a muy bajo precio y eso hizo que hubiera un desbalance en nuestra contabilidad. Sonrió mirando mis piernas, imaginar las manos de Adriano pasar por mi cuerpo, hace que me erice por completo. Es uno de los mejores amantes que he tenido y sin duda es el que más me motiva a repetir, imaginar su boca recorriendo mi cuello, sentir su aliento contra mi piel, son cosas que me electrocutan completamente. —Charlotte… —giro mi cuerpo al ver como Luciano entró—. Estabas muy distraída ¿Estás bien? —¿Cómo quieres que lo esté? me robaron, no solo eso, alguien entró a una de mis bodegas y sacó a Nicol, como el gran salv
Charlotte.Volví a la casa, al menos había buscado una solución coherente a todo esto, debo buscar de que forma deshacerme de Ferrari, al menos luego de que trabajé para mi, es claro que si llega el comandante desde Roma, él se puede torcer y no puedo dejar que eso pase. Sé que el dinero es el que lo mueve todo y él no es inmune a caer ante otro pez más grande que quiera ofrecerle mejores cosas. Lancé mis cosas a la enorme cama, mientras pensaba que era lo que estaba pasando a mi alrededor, no solo son las cosas que aparentemente pasan en el negocio y no solo con eso, creo que tantas preocupaciones están haciendo que mi cuerpo se vea afectado. —Hermana ¿estás disponible? —Lía se asoma a la puerta de mi habitación. Limpió mi rostro lleno de sudor y la invité a pasar. —Ven, siéntate. Hace mucho no teníamos una charla entre hermanas, ¿Cómo vas? —ella se hace a mi lado y me sonríe. —Me he enamorado —dice, abro mis ojos sorprendida al escucharla. —¿Quién es el afortunado? —ella sonr
CharlotteVi en sus ojos rabia, dolor y algo de confusión. Temía que este día llegara y que ella lo fuera a descubrir de esa forma. Solté a la traidora y le ordené que se sentará, mientras tanto, ella mantenía una sonrisa irónica. Creí que esa carta estaba oculta en un lugar que ni Julie podía encontrar, pero al parecer alguien la sacó de su puesto. —¿Sabías de esto? —ella muestra las cartas, solo puedo bajar la cabeza, me siento nerviosa, porque sé que eso de algún modo va a cambiar las cosas en mi negocio. —¿Saber qué? no puedes entrar a habitaciones ajenas para cuestionar cosas de ese tipo —le dije. —Y tú si puedes atacar a esta mujer. Pues no Charlotte, no voy a permitir que controles mi vida, sé que puedes saber que significa esto, así que exijo una respuesta —ella habla con notorio enfado, subiendo su tono de voz una y otra vez. Supongo que debemos decir la verdad en algún momento, respire profundamente y luego le di la mejor de mis sonrisas.—Está bien, hablaremos, pero nec