Charlotte Esta vez fuimos hasta un pequeño apartamento que tenía, hoy era yo quien iba a poner las reglas y él, debió obedecerme en absolutamente todo. Le hice señas a la persona que me estaba acompañando que quedó en el carro para que me siguiera, fuimos en mi carro. A pesar de que las ganas están consumiendo mi cuerpo de una buena vez, tenía que ser coherente con mis actos, porque es claro que un mal movimiento, podría convertirse en una mala jugada para mí. Voy conduciendo, sin sentirme siquiera intimidada por las miradas constantes por parte de Adriano. Mi teléfono sonó, revisé la pantalla y Luciano marcaba de forma insistente. Respondí, evitando que Adriano pudiera escuchar algo de aquella charla que pudiera tener. —Estoy demasiado ocupada, habla rápido y dime ¿qué se te ofrece? —le dije mientras giraba, aún estábamos a unos kilómetros para llegar al apartamento.—Me enteré que encerraste a Nicol, ¿Pudiste encontrar algo? —él cuestiona con su voz baja, aparentemente como si
Adriano Quisiera poder decir que las cosas me están saliendo tal y como las planee, sin embargo, es todo lo contrario. Esa mujer de algún modo está ganando y no lo puedo permitir, está ganando metiéndose en mi cabeza. Dejó las cosas en mi mesa, mientras tanto, voy a servir un poco de agua. Escucho algunos ruidos provenientes del pasillo y eso hace que me ponga completamente alerta. Tomo mi revólver y lo cargo, luego voy despacio, abro la puerta lentamente hasta observar unos pasos, algunas personas girando al fondo del pasillo de nuestra casa. Sigo sus pasos, apresuro mi caminado, en pasos silenciosos, cuando los encuentro, apuntó haciendo que esas dos personas me miren, no obstante, bajo el arma de inmediato, mi hermano estaba pasado de copas con la hermana de Charlotte. —¿Qué significa esto? —Lo miré enfadado. —Una amiga, ella es Lía. ¿No te parece linda? —habla Enzo con su voz carrasposa. —¿Cómo estás Lía? —Estiró su mano. —Muy bien, mucho gusto. —La miró de arriba a abajo.
CharlotteCamine directo a la oficina, el ambiente era demasiado tenso para mi gusto. Espero la llegada de Luciano, mientras reviso las cámaras del lugar. Me sirvo una copa, me impacienta que alguien esté trabajando a mis espaldas, que alguien me esté traicionando y yo sea tan estúpida que no me de cuenta. Está semana no nos fue muy bien, la verdad tuvimos una venta de mercancía a muy bajo precio y eso hizo que hubiera un desbalance en nuestra contabilidad. Sonrió mirando mis piernas, imaginar las manos de Adriano pasar por mi cuerpo, hace que me erice por completo. Es uno de los mejores amantes que he tenido y sin duda es el que más me motiva a repetir, imaginar su boca recorriendo mi cuello, sentir su aliento contra mi piel, son cosas que me electrocutan completamente. —Charlotte… —giro mi cuerpo al ver como Luciano entró—. Estabas muy distraída ¿Estás bien? —¿Cómo quieres que lo esté? me robaron, no solo eso, alguien entró a una de mis bodegas y sacó a Nicol, como el gran salv
Charlotte.Volví a la casa, al menos había buscado una solución coherente a todo esto, debo buscar de que forma deshacerme de Ferrari, al menos luego de que trabajé para mi, es claro que si llega el comandante desde Roma, él se puede torcer y no puedo dejar que eso pase. Sé que el dinero es el que lo mueve todo y él no es inmune a caer ante otro pez más grande que quiera ofrecerle mejores cosas. Lancé mis cosas a la enorme cama, mientras pensaba que era lo que estaba pasando a mi alrededor, no solo son las cosas que aparentemente pasan en el negocio y no solo con eso, creo que tantas preocupaciones están haciendo que mi cuerpo se vea afectado. —Hermana ¿estás disponible? —Lía se asoma a la puerta de mi habitación. Limpió mi rostro lleno de sudor y la invité a pasar. —Ven, siéntate. Hace mucho no teníamos una charla entre hermanas, ¿Cómo vas? —ella se hace a mi lado y me sonríe. —Me he enamorado —dice, abro mis ojos sorprendida al escucharla. —¿Quién es el afortunado? —ella sonr
CharlotteVi en sus ojos rabia, dolor y algo de confusión. Temía que este día llegara y que ella lo fuera a descubrir de esa forma. Solté a la traidora y le ordené que se sentará, mientras tanto, ella mantenía una sonrisa irónica. Creí que esa carta estaba oculta en un lugar que ni Julie podía encontrar, pero al parecer alguien la sacó de su puesto. —¿Sabías de esto? —ella muestra las cartas, solo puedo bajar la cabeza, me siento nerviosa, porque sé que eso de algún modo va a cambiar las cosas en mi negocio. —¿Saber qué? no puedes entrar a habitaciones ajenas para cuestionar cosas de ese tipo —le dije. —Y tú si puedes atacar a esta mujer. Pues no Charlotte, no voy a permitir que controles mi vida, sé que puedes saber que significa esto, así que exijo una respuesta —ella habla con notorio enfado, subiendo su tono de voz una y otra vez. Supongo que debemos decir la verdad en algún momento, respire profundamente y luego le di la mejor de mis sonrisas.—Está bien, hablaremos, pero nec
CharlotteEl viento golpeaba mi cabello, mientras mi mente solo intentaba buscar la forma de darse cuenta quien había dicho todo a ella, quien le había dado esa carta, porque estoy segura que esa persona tendrá suerte por muy poco tiempo. Mis manos rodean su cuerpo, no puedo evitar sentirme cómoda, sentirme amena a su lado. Él manejaba sin detenerse, no tenía idea hacia donde me iba a llevar este camino, sin embargo, tenía tanta seguridad y confianza hacia él, algo que era difícil que una persona despertara en mí, pero él transmitía en mi eso y mucho más, en estos momentos estoy comprobando algo, sin duda mis sentimientos hacia él van en aumento, temo lo que llegue a suceder, temo poderme enamorar y que eso sea mi perdición. Nos detuvimos bastante retirado de la ciudad, bajé y retiré mi casco, él me imitó y luego miré donde me trajo. —¿Qué es todo esto? —le dije, él pasó su mano por mi mejilla, su cálida mano me dejaba sin aliento. —Una sorpresa que te tenía ¿Te gusta? —se ubica
Me vestí con algo casual y ligero para poder hacer la entrega, me puse en contacto con Luciano, hoy teníamos que entregar dos contenedores y con eso yo moza conseguir una gran cantidad de dinero para recompensar todo lo que se perdió. Nos quedamos encontrar cerca al puerto, Angie íbamos a hacer el acoplamiento con la familia a la que le íbamos a entregar todo. No supe nada más de Adriano, su confesión claramente me dejó un poco fuera de lugar, prácticamente salir huyendo es la única solución que encontré y aunque no me representa en lo absoluto, debo decir que me sirvió para no cometer cualquier estupidez. Fabrizio me lleva hasta un lugar cercano, no quiero que se dé cuenta de la cantidad de mercancía que vamos a mover hoy. —Señora ¿Está segura que no quiere que la acompañe? —Lo estoy, la verdad quiero hacer esto sola, servirá para despejarme por favor te encargo que vigiles a mi hermana. No quiero que ella cometa cualquier idiotez con todo lo que ha pasado en la casa. También nec
Adriano Me senté a beber un poco, no pensé que el rechazo de esa mujer fuera a afectarme tanto. La verdad es que necesitaba tener el control de esto, sin embargo, ella una vez más mostró que no soltara el control. Sonrió en el interior, no puedo creer que me enamoré, que me perdí en ella. Intenté evitarlo de muchas maneras, procuré hacer todo lo contrario, hacer que ella se enamorara de mi, pero no, tuve que meter el corazón en esto, tuve que meter los malditos sentimientos en todo esto, ahora siento que la embarré en todo sentido. No me siento capacitado para llevar a cabo mi plan, sin embargo, tampoco me siento capacitado para soltarlo y que sea otro que lo lleve. —¿De nuevo bebiendo? —escucho la voz de Donato, esa voz de burla que tanto me impacienta—. Al parecer es lo único que te la pasas haciendo, porque no te veo haciendo nada productivo. —Eso no es asunto tuyo, te pido amablemente que salgas de aquí, que me dejes solo. Porque no tengo la más mínima intención de soportar