Aiden Baker
Tomé su mano con más fuerza de lo normal. Los nervios se estaban evaporando...la quería en mi cama, quería recorrer cada centímetro de su piel, como hace tiempo lo he anhelado. Haré una noche especial... una que jamás olvide.
—¿Estás nerviosa? —dije al ayudarle a entrar a mi habitación. Ella negó con sutileza. Sé que no estaba planeado pero sé que lo desea igual o más que yo.
Caminé hasta el mueble y saqué mi corbata favorita, "Azul eléctrico". Me puse detrás de ella y cerca de su oído susurré:
—¿Confías en mí? —Asintió sin dudar. —Perfecto. —Bajé un poco el cierre de su vestido y bajé lentamente la tela de su hombro hasta dejarlo descubierto. Mis labios se posaron delicadamente en su piel. Sentí como el escalofrío del placer nos abrazó.
—¿Lo sentiste? —susurró sorprendida...
—Si... esto es lo que somos. Dos amantes a punto de conocer el mapa de nuestras pieles. No necesitamos la vista, solo
Charlotte Murphy Estaba acostada boca abajo y antes de pensar en algo más, sus labios dejaban un camino de besos por mi espalda desnuda. Sonreí en la forma que me hacía sentir. Me había entregado por fin a él, y no me arrepentía. Inclusive después de la primera vez, quería más... —Despierta... Toda la tarde habíamos hecho el amor como dos locos hambrientos, y ya no tardaba en ir a cenar para festejar a Lizzy en el restaurante del muelle. Aiden había reservado la terraza para nosotros. Me incorporé poco a poco hasta sentarme y recargarme en el respaldo de la cama. Busqué la sabana para cubrir mi desnudez, pero al tomarla me fue arrebatada. —Desnuda. Te quiero desnuda siempre... —¡No puedo estar siempre desnuda, Aiden! —reí cuando sus manos se fueron a mis pies e intento jalar de ellos. —He dicho desnuda...siempre para mí. —su cuerpo me cubrió y sus labios atraparon a los míos, dejando sin aire a a
Aiden BakerEs como si el tiempo se hubiese detenido en esa fracción de segundo cuando las palabras salieron de mi boca. Sus lágrimas caían en completo silencio por sus sonrojadas mejillas. Sus labios entreabiertos soltaban lentamente el aire que estaba reteniendo.—Aiden...yo...El corazón latió desbocado, a punto de salir de mi pecho, inclusive tenía el pensamiento que ella podría escucharlo latir a gran velocidad.—Yo...Apenas empecé a armar las palabras siguientes. Podría ser que era demasiado rápido, y en estos momentos estuvieran corriendo por su mente miles de preguntas, dudas y más preguntas. Estos dos meses habían sido lo mejor de mi vida a su lado, hoy nos habíamos entregado por completo no una, varias veces, y yo estaba en modo: FELIZ y creía que era el mejor momento.«¿Habr&aac
Andrew Baker¿Había escuchado eso? ¿Mi hermano era un gigoló? ¿Tenía sexo con Úrsula? ¿Desde cuándo? Los dientes tiritaban de furia. Úrsula intentaba zafarse del agarre de Aiden. Después de lo que dijo Charlotte mi ira aumentó.—Aléjate de mi hermano.Apenas pude hablar cuando los pensamientos más bizarros aparecían en mi mente. Mi pequeño hermano seducido por la prostitución...Tomé el brazo de Charlotte y me puse delante de ella en modo de protección. Aiden estaba pálido.—Andrew...yo...—intentó explicarse Úrsula. Pero negué levantando al mismo tiempo una mano en el aire para que se detuviera.—Escuché claramente todo. No es necesario que lo intenté cambiar... haga el favor de largarse ahora mismo de la oficina, o
Charlotte MurphyEstábamos los cuatro en la mesa en medio de la terraza, una noche estrellada -me lo contó Aiden- para nuestra suerte y el temperamento de Andrew se había apaciguado por el momento. Aiden sostenía mi mano por debajo de la mesa, y con su dedo acariciaba mi anillo de compromiso. Estaba feliz a excepción del momento de Úrsula.—¿Estás bien? —su voz llenó mis oídos.—Si...—¿Qué tienen ustedes? Andan muy risitas y susurradores....La voz de Lizzy nos hizo pinchar la burbuja en la que estábamos.—Nada. ¿Cuántos cumples? —cambió de tema rápido Aiden a Lizzy.—Eso no se dice porque...—Treinta años...—Andrew la interrumpió.—¡No es cierto! —exclamó Lizzy entre risas y su to
Aiden Baker Estaba nervioso. Simplemente nervioso. Estaba al lado de mi padre en la parrilla de acero inoxidable que le habíamos regalado en la navidad pasada. Desde aquí podía ver a Charlotte sentada platicando animadamente con Lizzy, mi hermana, mi madre y Andrew. Ava correteaba con el papalote que le había traído Lizzy. Se veía feliz corriendo por todo el jardín. —¿A qué horas vamos a anunciar tu compromiso? Quiero ver la cara de tu madre y la de tu hermana cuando escuchen y vean el anillo de compromiso de mi madre en el dedo anular de Charlotte. Podía ver la sonrisa de mi padre expandiéndose poco a poco por todo su rostro. —Gracias. —¿Por qué? —Por el anillo. Podía comprar uno, ¿lo sabes? —Pero no uno con historia. Ese anillo ha pasado más de cinco generaciones, y esta no será la excepción. ¿Hablaste lo de la operación? Benjamín llega mañana y le envié el informe médico de ella
Las noticias habían corrido como pólvora cuando Aiden Baker y Charlotte Murphy anunciaban su compromiso. Las revistas estaban locas por obtener la primicia del evento, y los reporteros ansiaban saber más de la mujer que había atrapado el corazón del multimillonario: Aiden Baker.El mundo se sorprendió al descubrir que la hermosa mujer de ojos marrones, maestra de piano de uno de los mejores conservatorios de música de la ciudad, era una ex concertista, que debido a un accidente había quedado ciega. Y el amor por la nueva protagonista, para muchas eran como un cuento de hadas y con el príncipe al rescate.Era una historia que estaba en boca de todo mundo.Hasta qué...—Eso no puede ser cierto. Yo...yo...—Tartamudeó, negó confundido, ladeó su rostro, de un lado y luego del otro, se pasó ambas manos por el uniforme naranja chillón, las manos c
Charlotte Murphy El miedo que me embargaba era demasiado grande. Tenía temor de no poder recuperar lo que una vez tuve. Prometía dentro de mí que si la operación era exitosa, me dedicaría a ser feliz. A seguir valorando lo que tenía alrededor y verlo con un nuevo color. Aiden acariciaba mi espalda para tranquilizar los nervios mientras esperábamos al doctor en su consultorio. —Calma. —susurró cerca de mí. Debió sentir mi cuerpo tenso. —No me pidas eso, es imposible detener mis nervios. Había decidido operarme antes de nuestra boda. Quería ver a Aiden esperando en el altar. Quería ver mi vestido de novia y al resto del mundo. Sabía que tenía seis meses para la boda, a pesar de las quejas de Aiden que quería festejarlo en tres meses, se cambió a seis. Quería estar bien de mi vista cuando diéramos el «si» ante el mundo, a nosotros mismos. No quería estar recién operada. Necesitaría ad
Aiden BakerCUATRO DÍAS DESPUÉS.«DÍA DE LA OPERACIÓN»Estábamos todos en la sala de espera, Charlotte había entrado hace doce horas al quirófano. Casi no pude estar a su lado, tenía Benjamín que hacerle muchos estudios desde el día de ayer. Aflojé mi corbata, estaba empezando a impacientarme.—Hijo, tienes que tranquilizarte. —mi madre apretó mi mano.—No puedo madre. Tengo los nervios a tope, tengo que saber que ella está bien.—No puedes entrar en medio de una operación para preguntar eso, hermano. —soltó Andrew mientras me entregaba un vaso con café de una máquina. Lizzy estaba sentad