A la mañana siguiente, decidí que no precisaba chaperona para ir a ver a Hugo. Tuve que respirar hondo antes de entrar al hotel, y la desilusión al no ver a Brandon me hizo sentir una estúpida. Hugo había dejado mi nombre completo en la recepción, así que me dejaron pasar sin inconvenientes. Esperar el ascensor fue otra dura prueba para mis nervios. Ni rastros de Brandon por aquí tampoco. Bien, era de esperarse.
Hugo me recibió con un breve abrazo y besos en ambas mejillas, invitándome a entrar a su suite con su sonrisa plácida. Igual que el día anterior, tenía el té listo y me invitó a sentarme en la alfombra a tomarlo.
No me pregunten cómo hizo, pero ni cinco minutos después estábamos hablando de Brandon. Y en menos de diez minutos yo lloraba como una magdalena, proclamando mis dudas y remordimientos. Hugo trajo una caja de pañuelos des
El príncipe Harry me llevó a mi hotel barato en su auto de lujo, bajó para abrirme la puerta y me dio un estrecho abrazo.—Me alegra haberte conocido, Fran —me dijo al oído—. Hasta mañana.—Gracias por este día maravilloso.—Y la diversión apenas comienza, nena. Cuídate.Retrocedió con un guiño, subió a su auto y se marchó. Cuando me disponía a entrar al hotel, vi venir a Amy y Trisha. Las dos se volvieron para mirar el auto de Harry y luego me enfrentaron interrogantes.—¿Ése no era el nieto de Hugo? —preguntó Amy cuando llegaron a mi lado.—Sí, Harry —asentí entrando con ellas al hotel—. Una dulzura total. Pasé el día con él.—¿Soltero? —preguntó la descarada de Trisha.—Gay —replic&oa
Huelga decir que el pobre Hugo tuvo que soportar otra tanda de lágrimas y medias palabras, y gastar otra caja de pañuelos descartables en mí. Cuando fui capaz de callarme, para variar, me palmeó la mano sonriendo.—¿Lo amas, querida?Asentí muy seria, sonándome la nariz.—Ése en el pasillo era él. ¿Amas también esa parte de él?—Sí. Todos tenemos nuestro carácter. ¡Pero no puede venir a decirme que me ama con otra mujer en su cama!—¿Por qué no? El sexo no tiene nada que ver con el amor.—¡Vamos, Hugo! —Traté de respirar hondo sin demasiado éxito—. No siento que me esté siendo infiel ni nada parecido, ¿comprendes? Pero necesita bajar los humos por una vez y no hacer un escándalo como un maldito niño consentido si las cosas no son exactamente como él quiere.—¿Por qué no? Mira a tu alrededor, querida. Es la gente como él quien siempre obtiene lo que quiere, porque hacen tanto escándalo, que el universo se contorsiona para darles gusto
El viernes por la mañana amaneció frío y ventoso, con pronóstico de lluvias repentinas hasta el atardecer. Al menos no llovería para la fiesta. Me abrigué bien y emprendí mi caminata de cuatro kilómetros a lo largo de Central Park hasta Columbus Circle, escuchando mi lista de buen humor y cantando en voz alta mis canciones favoritas de No Return.Ni rastros de Brandon en la recepción. Los conserjes ya no precisaban buscar mi nombre en la lista de visitantes, y me saludaban sonriendo con gesto de que pasara hacia los ascensores. Brandon tampoco apareció por allí. Bien, habérmelo encontrado el día anterior seguramente había sido una casualidad, porque era aún más respetuoso que Trisha del primer mandamiento de los búhos nocturnos: prohibido levantarse antes de las diez.Hugo y yo tomamos té platicando de temas triviales. Intenté preguntarle sobre sus creencias, pero en vez de responderme, me distrajo preguntándome por Kujo. Cuando terminamos el té, me mandó a lavarme las
Tal como Trisha anticipara, ella y Amy estaban entre los primeros en entrar al salón. Me felicitaron por lo bien que me veía y se fueron derecho al bar. Los asistentes resultaron ser mayormente grupos reducidos y gente sola, con pocas parejas. Harry recibía a todos con su sonrisa aplomada, estrechando toda mano que le tendían. Yo también tuve que estrechar un montón de manos, con una sonrisita amable pegada a la cara, agradeciendo a Dios que los tacones cuadrados eran casi cómodos.Ubiqué al ex de Harry de inmediato. Alto y musculoso como el príncipe, pero rubio, pálido y con unos ojos azules impactantes. Harry lo trató como a cualquier otro, estrechando su mano con un cabeceo de saludo.—Stan —dijo, como decía el nombre de todos los invitados que reconocía.—Harry —respondió el ex, y demoró un momento más de lo necesario en sol
LIBRO 1: LA SOMBRA DEL CAZADOREn lo más oscuro de la nocheEsperando que llegue la luzCuando los demonios en tu menteTe recuerdan el daño causado.Siempre hablando, tanto por decirComo un fantasma que acosa desde la tumbaY el cielo parece tan lejano.—Daughtry, Changes Are Coming.* * *Cien PalabrasTodos conocemos a Brandon Price. Sabemos que es innovador y temerario. Carismático, arrogante, seductor, y la larga lista de adjetivos que críticos y admiradores de todo el mundo compiten por endilgarle.Para mí, Brandon Price es el hombre que enfrentó sus miedos más profundos, que toleró un dolor indescriptible, sólo por ayudarme.Porque no necesitaba venir. Seamos realistas: hay cien lugares mejores para un final de temporada. ¿Los que me vienen a la cabeza? Waverly Hills, Trans Allegheny, Brushy Mountain State Pen. Todos ofrecen material para una temporada entera, y un final de temporada por todo lo alto.Pero él regresó a Casa Blotter. Y lo hizo sólo para ayudarnos, a mí y a la e
Me sorprendió ver entrar al abogado menos de cinco minutos después, un señor mayor con un traje impecable, una carpeta de cuero negro y una sonrisa agradable.—Señorita Garner —me saludó, con modales tan impecables como su traje—. ¿Té, café?—No, gracias.—Entonces al asunto que nos ocupa. —Se sentó a la cabecera de la mesa y descansó ambas manos sobre la carpeta antes de volver a enfrentarme—. Dígame, señorita Garner, ¿le habló su difunta madre de la señorita Grace Blotter?Asentí. Sí, mamá me había contado sobre esta señora, una renombrada profesora de literatura que fuera su mentora en la universidad. Pero no se me ocurría qué podía tener que ver conmigo. ¿Y cómo era que este abogado de ricos y famosos sabía que mamá había muerto?Imagino que mi cara me delató, porque Jenkins sonrió y se explicó con tono de abuelo leyéndole un cuento a su nieto.—Su madre fue la alumna preferida de la señorita Blotter, entre todos los estudiantes que tuvo durante sus décadas de docencia en Harvard,
Los pasos me despertaron a medianoche. Parecía que alguien recorría la galería del segundo piso, bajaba las escaleras y se alejaba hacia la biblioteca.Contuve el aliento, paralizada de miedo, mi corazón batiendo como un tambor. Hasta que recordé donde estaba: una casa revestida en madera por dentro y por fuera en el medio de la nada. No era un ladrón. Era la casa crujiendo. Me di la vuelta y seguí durmiendo.Me tomó un par de días aburrirme de explorar la mansión, revisar cada habitación, admirar la decoración y las pinturas, estudiar cada retrato de los Blotter, vagar por el bosque hasta el Quabbin. Sentía que era imposible cansarme de disfrutar el paisaje y llenar mis pulmones con ese aire tan puro que olía a árboles. La mansión también tenía su olor particular. A casa antigua, por supuesto, pero también olía a hogar. El hogar de alguien que no era yo, aunque me sentía cómoda viviendo allí.De lunes a sábado, Susan y Mike llegaban a las nueve y se movían con sigilo, limpiando y arr
Una mañana salí a caminar más temprano de lo que solía, para no tener que andar esquivando a Susan y Mike. No sé por qué, pero cuando llegué al Quabbin, no me dio por sentarme a escuchar música y disfrutar el paisaje como hacía siempre. Sentía que necesitaba aprender más sobre comunicación con fantasmas y todo eso, así que decidí ver algo de lo que Trisha había llamado los profesionales.Después de tantas horas de Youtubers cazafantasmas, había notado que todos hablaban de un equipo llamado Los Cazadores, alabándolos como si fueran los abuelos de la investigación paranormal, superiores a los Warren y Hans Holzer. Una búsqueda rápida me informó que aunque distaban de haber sido los pioneros de ese género televisivo, ya iban por su novena temporada y eran considerados lo mejor de lo mejor. Las fotos me recordaron las bandas de rock que le gustaban a mamá: cuatro tipos vestidos de negro de pies a cabeza, en poses de macho que se precia, con un líder sexy y fornido. Su nombre era Brandon