Pobre Lizzie. Bien, y pobre Charlotte. Necesitaba desahogar toda la angustia y el miedo que me causaran las novedades, pero no podía hablar con Trisha ni con Amy. Así que la pobre Lizzie tuvo que ofrecerme su hombro fantasmal para llorar a mares. Esas dos semanas fueron las más largas de la historia, y las pasé luchando contra mi urgencia por dejar todo e irme a Los Ángeles. De hecho, estuve a punto de hacerlo en tres ocasiones.
La peor fue cuando Brandon encontró a Cake hablando conmigo y perdió el control. Me quedé en silencio y no descubrió que era yo, porque había perdido tanto la vista que no era capaz de discernir mi cara en pantalla. Pero se enfureció tanto, sospechando que Cake estaba hablando de él, que no sólo amenazó al hombrón, sino que hasta le arrancó el teléfono de las manos y lo estrelló contra el suelo, pisoteándolo hasta
El episodio abrió con una toma del drone volando sobre el Quabbin hacia mi playita, y luego sobre los árboles. La narración en off de Brandon tenía un eco ominoso que parecía acentuar su tono solemne cuando habló con claridad y lentitud.—Escondido en los campos de Nueva Inglaterra, lejos de multitudes y grandes ciudades, está el lugar que cambió mi vida para siempre: Casa Blotter.El drone aminoró la velocidad cuando alcanzó el jardín, para mostrar la antigua mansión victoriana en toda su gloria bajo un cielo muy azul y brillante.—Fue aquí que vi mi primera aparición.Cortaron a un montaje de ese momento de su primera investigación en la mansión, en la primera temporada del show, mostrando a Brandon que huía despavorido del dormitorio principal, luego de sorprender allí a Ann Marie.Entonces apareció Bra
Un rápido fundido a negro se abrió a una oficina desordenada, con varios escritorios cubiertos de pantallas, teléfonos, papeles, vasos descartables y hasta envoltorios vacíos de comida rápida. La decoración bastaba y sobraba para identificar el lugar. Las paredes estaban cubiertas de posters enormes de cada temporada de Cazadores, y había estantes llenos de placas y trofeos de premios. Era el cuartel general de la pequeña productora de Brandon.Alguien sostenía una cámara.¿Perdón? ¿Era capaz de darme cuenta que estaba sostenida por manos, no por un trípode? Quién lo hubiera dicho.Decía, una cámara filmaba a Brandon sentado al escritorio más grande, por supuesto, arrellanado en un gran sillón giratorio negro. De pie frente a él, al otro lado del escritorio, estaba Jeff, su segundo al mando. Brandon enfrentó la cámara con esa sonrisita que solía hacerme reír primero, y luego saltarle encima para besarlo. Oh, aquellos buenos tiempos en los que podía dejarme lleva
La imagen fundió a negro. Pero en vez de abrir al principio de su visita a la mansión, aparecieron Isaac, Ricky y Ted. Estaban en el salón oriental por la noche. Isaac ocupaba el sofá bajo la ventana, los otros dos flanqueándolo en los sillones de un cuerpo. Isaac habló mirando a la cámara mientras los otros dos asentían, para mostrar que estaban de acuerdo con sus palabras.—Ya todos deben saber que éste es el último episodio de Brandon con Cazadores. Y también es mi último episodio. Sabemos que quiere que lo vean como jamás lo vieron antes, aun si eso muestra sus aspectos negativos. Pero ninguna historia está completa a menos que escuchen lo que el resto de los involucrados tiene para decir. Por eso hacemos esto. —Se frotó la cabeza rasurada mirando a sus compañeros, que sonrieron como para animarlo a continuar—. Seguramente nos matará ape
La transmisión cortó de inmediato para mostrar el cine, donde todo el mundo se incorporó de un salto y se volvió hacia el palco para una ovación plagada de vivas y silbidos.Brandon no reaccionó, ni siquiera cuando sus amigos le palmearon los hombros, al parecer felicitándolo. A su lado, Serena pareció volver a la vida y cubrió la mano de Brandon con la suya. Él se envaró, como sobresaltado, tomó su mano y se puso de pie, dejando el palco con ella.Dejé escapar un suspiro entrecortado, apretándome los ojos. Kujo me lamió la cara, arrancándome una risita reluctante.—Lo amo tanto, mi niño —murmuré—. No sé qué haré si no me deja quedarme con él.—Brandon también ama.Mientras yo seguía tratando de controlar mi llanto, la transmisión me hizo el fa
Hablar del segundo episodio me cuesta mucho. Todavía me hace llorar cada vez que lo vuelvo a ver. Mostró cuanto ya les conté, desde el segundo día de limpiezas en adelante, pero desde su perspectiva. Y vaya que era una perspectiva diferente.A esto me refiero cuando hablo de su valor.Sí, por el efecto dramático para televisión, dirán. Por la historia de redención, dirán. Para hacer inolvidable su despedida del show, dirán. Seguro. Quizás. Pero para lograrlo, tuvo que exponer su lado oscuro hasta el más pequeño detalle. Y eso requiere valor. Mucho valor.Mostraron un breve repaso de las dos limpiezas de ese día, especialmente cómo terminábamos todos, alternando con la entrevista de Isaac, que explicaba que habían ido de mal en peor.Cortaron a pantalla negra, para que ninguna imagen distrajera a los espectadores de las siguientes p
Sentí que Kujo frotaba su cara contra la mía y me di cuenta que estaba conteniendo el aliento, temblando de pies a cabeza. Su roce cálido me hizo reaccionar.Brandon provocó a Kujo hasta que llegué al sótano, intentando quemarlo con su agua bendita. Y luego se me vino encima, desencadenando la reacción de Kujo. Después que Kujo lo atacó, hiriéndome involuntariamente, Brandon se puso de pie de un salto lanzando puñetazos al aire como un lunático. No me pisoteó por pura casualidad, porque yo estaba desmayada a sus pies. Amy corrió escaleras abajo al mismo tiempo que Isaac lograba apartarlo de mí, y lo obligó a sostener la cámara para cargarme en brazos escaleras arriba, mientras Amy mantenía a Brandon a distancia prudencial.—Kujo furioso.—Pero tenías razón —repliqué—. ¡En verdad quería hacerme daño! Y tú lo evitaste. Ya nadie se atreverá a ponerlo en duda.Mostraron a Brandon antes que los siguiera hacia la cocina. Se cubría el lado rasguñado con
Brandon cruzó el jardín al atardecer, las manos tras la espalda, mirando a su alrededor con expresión ausente mientras hablaba.—Tuve que ver ese video para recordar lo que ocurrió, y sus palabras me impactaron. Me llamaba marioneta. Sabía lo que estaba ocurriendo. En ese momento, sólo comprendí que no me permitirían acercarme a ella, sobre todo ahora que Isaac me daba la espalda. No podía creerlo. ¡Me había traicionado! ¿Cuán poderoso era este demonio, para volver en mi contra a quien fuera mi mejor amigo durante los últimos veinticinco años? Estaba atrapado, solo. Tendría que luchar por mi vida. —Miró a la cámara—. Se estarán preguntando si me quedé. La respuesta es sí, me quedé. ¿Por qué? —Soltó una risa amarga—. La verdad es que no lo sé. —Se encogió de hombros—. Estaba tan fuera de mis cabales esa noche, que puedo enumerar al menos media docena de razones por las que me quedé. Y ninguna tiene sentido.Regresaron al time lapse. Lo mostraba vigilando la cámara del s
Me arrastré fuera del saco de dormir apenas Brandon dejó el palco.—¡Gina! —llamé, saliendo a gatas de la tienda.—¿Qué ocurre, Fran?—Lo siento, Gina, pero no puedo quedarme hasta mañana por la noche —dije, enjugando mis lágrimas para hacer lugar a las que venían detrás.—Está bien, Fran. No te preocupes por nosotros.—Kujo protege —agregó él viniendo a pegarse a mi costado.—¿Están seguros?—Sí. Ve a hacer lo que debes hacer.—De acuerdo —murmuré, y regresé a la tienda para buscar mi teléfono.El próximo vuelo de Filadelfia a Los Ángeles no despegaba hasta después de las seis de la mañana. Era sólo medianoche. Mierda. No importaba. Mejor ta