Brianna
«He escrito y reescrito este correo tantas veces que he perdido la cuenta y el sentido de mis palabras, tratando de explicarte lo que realmente sucedió en ese bar y en esa fiesta, el por qué me vi con esa mujer y por qué no te dije nada; pero cada una de mis palabras suenan a estúpidas excusas que ni yo mismo quisiera escuchar. Necesito que sepas que no te he engañado, jamás lo haría, y que estoy perdido por ti. Sé que lo sabes, muy dentro de ti sabes que nunca pasó nada con Dayanne. Por favor vuelve a casa, nena, te extraño. Sé que ya no estamos casados, pero te amo y no me importa lo que diga un maldito pedazo de papel. Por favor, Brianna, vuelve»
Leo y relee el correo que me ha enviado Dante hace dos días y no puedo evitar suspirar cada vez. Le creo. Creo en cada una de sus tontas palabras y no sólo porque Dany
BriannaDecir que mi viaje de regreso ha sido el más largo que he tenido jamás, ahora me parece un eufemismo; las cinco horas que llevo aquí sentada esperando a tener noticias de él, eso sí es estar en vilo. Se supone que ha salido ya de la cirugía y el doctor dice que fue un todo un éxito, pero aún no dan noticia alguna. Si ha despertado o cuando podremos verlo.—Tu cena —dice Dany, se sienta a mi lado y me tiende una bolsa con un perro caliente de la calle. Que lindo mi cuñado.Nunca esperé, al llegar esta tarde de mi viaje, encontrarme con esta noticia. Un horrible accidente donde dos personas resultaron muertas; por fortuna, él no fue una de ellas. No logro dejar de mover mis piernas con desespero e inquietud. Siento esta extraña opresión en mi pecho que me dice que lo malo apenas está iniciando.—No tengo hambre, Dany,
BriannaToco a su puerta para saber si ya está listo, pero no contesta y eso me irrita. Cada día luego de ese accidente se ha comportado de la misma manera; irritante, molesto, gruñón, patán y odioso. Creo que me faltan algunos insultos más para mi flamante ex-esposo. Detesto que se comporte de esa manera tan infantil, siempre con lástima hacia sí mismo y encerrado en ese mundo tan oscuro.—Dante, ábreme, por favor —le ruego.Y como era de esperarse, no recibo respuesta alguna. No le he visto en toda la semana y, a estas alturas, me provoca golpearlo para que entre en razón y deje de compadecerse.—Estoy aquí —lo escucho y miro al final del pasillo.—Creí que no estabas listo.—¿Para ir a que me juzguen por asesinato? Por supuesto que estoy listo.—No mataste a nadie, ya basta de eso &md
Dante—Mirar el teléfono fijamente no la traerá de vuelta —dice Lina, deja un sándwich y un jugo junto a mí, suelto el teléfono enseguida y vuelvo a mi trabajo.He vuelto a diseñar, necesito sacar adelante el sensor inteligente que nos están pidiendo esos alemanes de Schell Robotics. Es un buen contrato que ha logrado conseguir Brianna, pero no me gustan esas reuniones. Me vi obligado a acompañarla a la última reunión que tuvieron hace dos semanas en un jodido restaurante, y no me gustó nada ver como el dueño de la empresa, un sujeto tan viejo que podría ser su abuelo, y su hijo, que podría ser mi padre, se la comían con la mirada. Ella es mi mujer. Estar en esta maldita silla de ruedas sólo me vuelve un chiste de hombre que no supone riesgo alguno.¿Cómo podría defender a mi mujer de imb&eacut
Brianna—Brianna, hija, de no tener otra alternativa, te aseguro que…Ruedo los ojos, cansada de esta plática, callando así sus disculpas sin sentido. No me gusta la grandiosa idea de mis padres, no me interesa en lo más mínimo. Estoy cansada de rogar y buscar alternativas, que podrían resultar efectivas, para no ceder ante esa absurda petición. Amo a mis padres, haría muchas cosas por ellos y lo saben, pero esto me parece una completa locura. Aún más viniendo de ellos siendo personas tan liberales y sensatas.—¿Estás seguro de que no hay otra manera de salvar la empresa, papá? —digo, como así pudiera lograr que entren en razón.Mi padre niega, mientras parece exasperarse por mi continuo andar por toda su oficina, y mi madre, a su lado, se muerde las uñas como siempre que está tensa. No estamos en bancarrota, no estamos ni de cerca de ello, pero vivimos en un mundo competitivo y cada vez hay más competencia y más opciones de entretenimiento que podrían desbancarnos en menos de nada.Me
Dante¿A quién mierda se le ocurre llamar a la medianoche? Maldito teléfono. Debí apagarlo.—Aló —contesto soltando un gruñido, odio que no me dejen dormir.—¿Qué es esa manera de hablarle a tu madre, Dante?Me quejo y miro mi teléfono, odiándolo.—Lo siento, mamá. No me fije en quien era. ¿Qué necesitas?Si estuviera aquí ya estuviera jalando de mis orejas.—Tu prometida llegará mañana. Quiere conocerte —chilla, y juraría que está saltando en un pie.La emoción de mi madre es imposible que se me contagie. No sé cómo espera que me sienta igual que ella, luego de haber sido presionado por papá para que aceptara este absurdo negocio.—¿Y qué quieres que haga?—Pues
BriannaMe levanto temprano como cada día, para compensar mi día de ayer con ejercicio. Me pongo un conjunto de pantalón y blusa cortos, ambos grises, unas zapatillas negras y recojo mi cabello en una coleta, algo de música, una toalla, agua, mi sudadera y bajo para gastar algo de energía.Permanezco en el gimnasio una hora y media, ignorando miradas tanto de hombres como de mujeres, que sólo me enojan. Trotadora, spinning y algo de pesas sin tratar de exagerar en ello. Cualquier cosa parece buena en este momento para no pensar en él.Esa cena de anoche fue cualquier cosa menos placentera. No entiendo qué pasó. Aún intento encontrarle sentido a todo lo sucedido. Un estúpido beso, sus manos dentro de mi vestido… Por más que intenté desquiciarlo para que intentara detener este absurdo, al ver que él no estaba más feliz con
DanteEsta mujer me desconcierta y es irritante de muchas maneras, sobre todo con esa mirada de superioridad que lleva en todo momento. Tiene una gran capacidad para actuar como si nada le importara o como si no le afectaran las cosas.Irritante en verdad.Aunque mi pene no piense lo mismo que mi cerebro, me resisto a quedar encantado por esas piernas tan suaves y tentadoras que provocaba morderlas hasta marcarlas.¿Me pregunto qué habrá comprado en Victoria Secret?Será algo interesante para ver, así parezca un acosador por enviado a seguirla con la excusa de cuidarla, al ella no conocer muy bien la ciudad. Por más enojado que estuviera, nunca la dejaría sola a su suerte. Cómo desearía verla en uno de esos sexys conjuntos y poder recorrer libremente ese fabuloso cuerpo que tiene. Esa mujer de demasiado hermosa y caliente.Siento un golpe en mi cabe
BriannaA estas alturas de la semana, y luego de soportar durante cuatro días los mensajes y llamadas de Dante, ya me siento cansada. El idiota acosador con el que me casaré tiene el descaro de molestar incluso en la madrugada. Por supuesto que lo he ignorado, pero ya no soporto sus estúpidas bromas. Sé que lo hace con el único fin de fastidiarme.Hostiga a mi secretaria todos los días a toda hora, lo mismo con Susan y por supuesto a mí. El sonido del teléfono de mi apartamento es lo primero que escucho al despertar. Pobre de Susan, aunque no parece molesta, se ve más bien encantada por hablar con él. Ahora, incluso, ha metido a mis padres en su estúpido juego, quienes me han llamado casi a diario alegando que es perentorio que hable conmigo.En verdad lo detesto.Me alegra finalmente estar terminando mis últimos pendientes para dejarle mi pu