Alessandro Santoro llego a la gran casa que había adquirido para su hija y hermano, su rostro mostraba una clara advertencia de que nadie debía molestarlo.
— ¿Y a ti que te sucede? — Luis lo observo un momento antes de hacer la pregunta.
— Candy me hizo firmar un documento donde se estipula que no tengo relación alguna con MI hijo, ¿lo puedes creer? — La vena en el cuello del hombre estaba a punto de estallar.
— Claro que lo puedo creer, ella es Candy Ángel, te convence por las buenas o por las malas de todo, pero, de todas formas, ¿Cuál es el problema? — Luis no podía creer que su hermano, el gran mafioso y estratega estuviera pasando por alto un gran detalle.
— ¿Me estás viendo la cara? — pregunto incrédulo Alessandro.
— No, claro que no, solo que no entiendo, si le dices la verdad a Vicky, ella jam&aacut
Victoria sentía que Estefanía mentía, Alessandro no estaba muerto y por un momento creyó que todo era un truco y su mafioso entraría por ella de un momento a otro, hasta que reconoció la pena y dolor de la pequeña, debía saber que era lo que había sucedido, porque la única hija de aquel hombre le deseaba la muerte.— Victoria reconoce a esta niña como su hija y ustedes también lo harán. — ordeno con voz firme y rostro de asesina la matriarca de la familia.— Candy. — Amir era el más reacio a aceptar aquello, no por Estefanía si no por el secuestrador de su niña.— Estoy segura qua Vicky hablara con nosotros luego, ¿acaso mi esposo tendría el alma tan negra para lastimar a una pobre niña? — dijo para presionarlo una vez más, sabía cuál era el punto de quiebre de su esposo.
El almuerzo termino y luego que todos comieran su postre los más pequeños fueron llevados a dormir la siesta, por lo que por fin los adultos hablarían, nadie estaba seguro de nada, algunos sabían la verdad a medias, otros la suponían y el resto se negaba a creer toda esa locura.— Bien hija, creo que es hora de que hables, sabes que no te juzgaremos.Amir estaría con su hija siempre, sin importar nada y no era el hecho de que ella era la preferida, o que la quisieran más, todo se basaba en el sentir de padre, el amor incondicional, quien es padre sabe que el hijo preferido será aquel que es más débil o que este enfermo, ese que más ayuda necesite, era esa la razón por la que no solo Amir giraba alrededor de Victoria, pero esta joven jamás dejaba de sorprenderlos y hoy no sería la excepción.— Mamá ya se los conto, me enamore de Alessandro,
Lucero Bach se enfrentaba a un dilema, ante ella estaba el famoso mafioso italiano, el único y verdadero… La Sombra, al fin estaba a su alcance y lo mejor de todo, es que estaba completamente vulnerable, era su oportunidad, solo debía dar aviso de donde estaba y quien era realmente, pero eso implicaba romper el pedido de sus suegros, el cual fue claro y preciso una vez que Eros, Stefano y Mateo salieron de la mansión Zabet, nadie haría o diría nada a Alessandro, claro que en ese momento no estaban al tanto que él era la sombra italiana.— Eros… debemos informar… — hablo bajo y cerca del oído de su esposo, pero aun así Santoro la escucho.— Mi verdadero nombre es Alessandro Santoro, hermano de Luis Santoro, padre de Estefanía Santoro, reconocido empresario italiano y líder de la mafia siciliana, puedes informar a los Bach que sabes mi identidad,
Una semana había pasado, siete días en los que parecía que el tiempo se había detenido, no solo para Alessandro, para todos era igual, la joven rubia ya no estaba en terapia intensiva, el embarazo seguía su curso, estaba fuera de peligro, aun así una bandas con cables en el abdomen de Vicky dejaban saber cuál era el estado de Alejandra, su corazón bombeaba un poco más fuerte que el de su madre, mientras los doctores trataban de descifrar porqué de la demora de Victoria en despertar, era demasiado tiempo, más en alguien tan joven, ya habían descartado cualquier complicación en la herida por la que fue ingresada, la operación había sido un éxito, por lo que a los médicos solo les quedaba apuntar al coagulo que Victoria tenía en su cabeza, algo había ocasionado que la joven no despertara.Candy llego al hospital y como cada mañana, enc
Como se esperaba la cena transcurrió en un silencio incomodo, si bien todos trataban de no hacer o decir nada que pudiera estresar a Victoria, era inútil, aún quedaban muchas cosas por aclarar, Alessandro trataba de mostrar su mejor cara aun sabiendo que su mujer no podía verlo, este hombre ya había aprendido que ella sentía todo lo que pasaba a su alrededor, sin necesitar sus ojos para saber cómo se sentía cada uno, los niños fueron llevados a descansar y ahora si la charla pendiente se llevaría a cabo, aunque el mafioso italiano tenía claro algo, no importaba lo que sucediera esa noche, Victoria era su mujer y nadie separaría a su familia.— Creo que deberíamos hablar mañana, Vicky debe estar cansada. — dijo Candy un poco preocupada por la forma en la que sus hijos miraban a Alessandro.— No te preocupes mamá, mientras antes terminemos con esto, mejor será para mi salud mental. — la rubia fue honesta, el estrés la agotaba de sobremanera.— Valiente, eso eres y eso serás, debería apr
Victoria solo una vez se había sentido tan indefensa y expuesta, fue la primera vez que Alessandro la tomo, la única vez que había atado sus manos, por lo que comenzó a sentirse nerviosa y el mafioso se dio cuenta. — Tranquila gatita, este castigo te gustara y si no llega a ser el caso solo dime que me detenga y lo hare. — mientras le hablaba al oído Alessandro llevo su mano a uno de los pechos sensibles de Victoria y apretó su pezón, provocando que un gemido saliera de los labios de la joven. — Solo disfruta… si puedes. — y es que el italiano realmente la castigaría, la llevaría a suplicar por un orgasmo. Victoria paso de sentir el cuerpo caliente del hombre, a quedar sola nuevamente en la cama, la alfombra que cubría el piso de la habitación tampoco ayudaba para saber qué era lo que el hombre estaba haciendo. — Ale. — lo llamo mientras su rostro se movía de un lado a otro, tratando de agudizar su oído, pero no obtuvo respuesta. Al cabo de unos minutos sintió como Alessandro tom
Los días pasaron, convirtiéndose en semanas y luego en meses, todo parecía marchar bien, Neizan se había encargado junto con los Bach de hablar con los Constantini y los Zabrek aclarándoles que todo estaba bien con LA SOMBRA ITALIANA, alegando que tenían un trato, ya que Alessandro necesitaba seguir con sus negocios, pero no estaba dispuesto a rebelar su verdadera identidad, su vida junto a Victoria prometía ser tranquila, para todo el mundo la joven Zabet contraería matrimonio con el respetado empresario Italiano Santoro, eso es lo que todos sabría y con ello estaban seguros que tanto Vicky como sus hijas estarían bien y a salvo, pero la mente de Victoria tenía sus propios conflictos, Stefano había dejado atrás el pequeño inconveniente con las adicciones, incluso Zafiro logro que ingresara en un grupo para manejo de la ira, esa misma que a veces le hacía meter la pata, pero parecía que el mundo conspiraba contra su hermano.— ¿Qué sucede gatita? Tienes alguna molestia. — pregunto de
Amir llego al final del pasillo donde su hija había sido llevada, le pidieron que esperara un momento que el doctor la estaba revisando y aguantando la incertidumbre junto con el miedo espero, fueron unos minutos, pero a él le parecieron horas, se relajó un poco cuando el médico, mismo que había traído a Victoria a este mundo, salió para informarle como marchaba todo. — Amir, tranquilo, todo está bien, rompió la fuente, pero ya solo faltaban días para la fecha que habíamos pactado la cesaría, la dilatación es solo de tres, por lo que la bebé aún no está ubicada en el canal de parto. — ¿Y eso quiere decir? — pregunto nervioso y confundido el mayor. — Que la cesaría no saldrá con mayores complicaciones, ahora le están colocando la anestesia, por lo que te pido que sigas a la enfermera así te ayudan a alistarte. — el doctor trataba de mantener la calma, pero por dentro estaba muy nervioso, él conocía a los niños dorados desde que estaban en el vientre de Candy, eran una parte importan