Los días pasaron, convirtiéndose en semanas y luego en meses, todo parecía marchar bien, Neizan se había encargado junto con los Bach de hablar con los Constantini y los Zabrek aclarándoles que todo estaba bien con LA SOMBRA ITALIANA, alegando que tenían un trato, ya que Alessandro necesitaba seguir con sus negocios, pero no estaba dispuesto a rebelar su verdadera identidad, su vida junto a Victoria prometía ser tranquila, para todo el mundo la joven Zabet contraería matrimonio con el respetado empresario Italiano Santoro, eso es lo que todos sabría y con ello estaban seguros que tanto Vicky como sus hijas estarían bien y a salvo, pero la mente de Victoria tenía sus propios conflictos, Stefano había dejado atrás el pequeño inconveniente con las adicciones, incluso Zafiro logro que ingresara en un grupo para manejo de la ira, esa misma que a veces le hacía meter la pata, pero parecía que el mundo conspiraba contra su hermano.— ¿Qué sucede gatita? Tienes alguna molestia. — pregunto de
Amir llego al final del pasillo donde su hija había sido llevada, le pidieron que esperara un momento que el doctor la estaba revisando y aguantando la incertidumbre junto con el miedo espero, fueron unos minutos, pero a él le parecieron horas, se relajó un poco cuando el médico, mismo que había traído a Victoria a este mundo, salió para informarle como marchaba todo. — Amir, tranquilo, todo está bien, rompió la fuente, pero ya solo faltaban días para la fecha que habíamos pactado la cesaría, la dilatación es solo de tres, por lo que la bebé aún no está ubicada en el canal de parto. — ¿Y eso quiere decir? — pregunto nervioso y confundido el mayor. — Que la cesaría no saldrá con mayores complicaciones, ahora le están colocando la anestesia, por lo que te pido que sigas a la enfermera así te ayudan a alistarte. — el doctor trataba de mantener la calma, pero por dentro estaba muy nervioso, él conocía a los niños dorados desde que estaban en el vientre de Candy, eran una parte importan
El jueves a primera hora de la mañana Victoria Zabet pidió ingresar a la habitación de su futuro esposo, la medicación que le habían estado suministrando al mayor para mantenerlo en coma estaba siendo retirada poco a poco, para que Alessandro Santoro pudiera despertar, por lo que ahora si estaba en una habitación privada. — Quiero estar sola. — pidió la joven y su madre salió cerrando la puerta tras ella. — Amor mío, no sabes la falta que nos haces. — dijo mientras pasaba su mano por el rostro del hombre, que aun en coma sintió el contacto de la mujer que amaba. — Me gustaría estar en la finca, caminando por los viñedos, bajo tu atenta mirada, porque sé muy bien que me mirabas, siempre sentí tus ojos en mí. — Victoria hablaba anhelando aquel tiempo, sin saber que los dedos del mafioso comenzaban a moverse. — Pase lo que pase Alessandro Santoro, recuerda que soy una cautiva de tu amor, por lo que siempre volveré a ti, mi hermosa sombra, si despiertas antes que yo… cuida a nuestras hi
No hubo poder sobre la tierra que hiciera desistir al mafioso italiano apodado la sombra, para que esperara en su habitación, el hombre tomo a su hija en brazos y en el momento que su hermano le ofreció una silla de ruedas, este lo vio matándolo con la mirada. Él era Alessandro Santoro, también conocido como la sombra, no necesitaba una silla de ruedas, solo necesitaba ver a su futura esposa, dejando a todos sorprendidos, el hombre cambio la bata de hospital por su ropa de calle, tomo una vez más a Alejandra en brazos, con el mismo afán con el que un pirata custodia su mayor tesoro y con paso firme se dirigió a la habitación donde llevarían a Victoria cuando terminara la operación. — Esto debe ser una broma. — dijo el italiano cuando encontró a Hades allí. — Hola primo, veo que traes a mi ahijada para que la conozca. — respondió en tono divertido el ángel de la muerte. — Jodete. — respondió molesto y como si de un niño berrinchudo se tratara cubrió el rostro de su hija con una mant
Ver el rostro de Victoria siempre era un premio para su familia, pero ahora estos hombres sentían miedo, ¿acaso la maldad podía lucir más hermosa?, por fin entendían a la perfección porque LA SOMBRA ITALIANA se había convertido en un cautivo de esta pequeña, como fue capaz de dejar todo por ir tras ella, su Reina, y como no caer ante ella, un perfecto ángel que podía moverse entre el día y la noche, o mejor aún convertir un día brillante en la noche más oscura, como en este momento. — Atalo, pies, manos y que quede desnudo. Fabrizzio cumplió al pie de la letra lo que su jefa pidió, lo que ninguno de los presentes se había percatado era que Alessandro había llegado a aquel lugar, el hombre era astuto, aprendía de sus errores, ya una vez su mujer había escapado de él, y aunque ahora todo era distinto, el miedo nos lleva a hacer locuras, fue por eso que el italiano le coloco un rastreador en el anillo de compromiso, y cuando descubrió que su bella gatita no estaba, se dio a la tarea de
El día de la boda llego y con él los rumores, ante la vista de todos los empresarios y los Paparazzi que allí se encontraban, Victoria Zabet era la Reina de las sombras, parecía que el incauto, respetado empresario y viudo Alessandro Santoro, seria atrapado por el lado oscuro gracias a la joven con cara de Ángel, y es que nadie nunca dudaría del tipo de vida que tenía Santoro.Si alguien de la realeza se hubiera casado el mismo día, no hubiera tenido tanta importancia o cobertura como lo tenía la pareja, y es que nadie podía pasar por alto las personas que allí se encontraban, la familia Bach, no solo estaba Lucero esposa de Eros Zabet, también estaban Liam Simons y Kimberly Bach, el Ángel de la muerte y su sucesor Hades, junto a la madre del joven, Melody, mejor conocida como el susurro de la muerte, el Clan Constantini estaba representado por los señores Marco y Prieto además de los mellizos Valentina y Donato, que estaban acompañados de sus padres y líderes del clan en Grecia los
18 años habían pasado del día que Victoria Zabet había contraído matrimonio con Alessandro, convirtiéndose así en la señora Santoro, una mujer de conducta intachable, alguien que todo el mundo respetaba al igual que su esposo, atrás habían quedado los chismes, comentarios o rumores de que aquella mujer era la Reina de la sombras o que manejaba la mafia Siciliana, para todo el mundo esta pareja no tenía punto de comparación con el resto de su familia, como el Clan Neizan o los tíos de la mujer, sin embargo nada había cambiado, Alessandro Santoro jamás había dejado de ser LA SOMBRA ITALIANA y a su lado su esposa era quien Reinaba, ahora todo aquello recaería en la mayor de sus hijas Estefanía, que con 25 años se preparaba día a día para tomar el lugar de su padre, manejaría la mafia al igual que su progenitor, desde las sombras, nadie debía conocer quién era en realidad y hasta la fecha lo habían conseguido.Para todos Estefanía Santoro era una mujer culta, servicial, honrada, igual que
Candy y Amir estaban en el jardín de su enorme mansión, observando como sus hijos habían crecido, buscando similitudes y diferencias entre ellos, la mansión se sentía un poco vacía luego de la partida de Eros y Zafiro a la universidad, junto con ellos marcharon sus sobrinos y quienes ellos habían casi criado al completo, Hades y Dulce, ahora solo quedaban en aquel lugar su hija adoptiva, Rosita de 13 años, que destacaba de sus hermanos adoptivos por sus rasgos de descendencia mexicana, la joven sabía perfectamente que era adoptada, Candy se aseguró de contarle como habían sido sus padres y lo mucho se habían amado, como su madre Rosa murió por complicaciones en el parto, algo que a pesar de todo lo que la medicina había avanzado no se pudo evitar y como su padre Miguel quien era el chofer de la familia Zabet la cuido durante dos años y amo con todo sus ser, hasta que de una forma heroica entrego su vida, por salvar a Candy, y los pequeños Eros y Hades. Rosita sabía que ellos la adopt