AvaLuca era... Un idiota. Podía notar que tanto Marco como a Dante no lo soportaban y mi jefe no dejaba de apretar el puño debajo de la mesa mientras él hablaba de la empresa, y de paso, del robo millonario que hubo dónde ahora el principal sospechoso es él, el tío, una persona que debería ser de confianza. Solo que obviamente, los únicos que sabían eso por el momento era el señor Dante y yo.¿Será verdad lo que dijo? ¿Su hermano realmente lo envió a este lugar o es solo una pantomima? Realmente desconfío de él, sin contar que sus constantes miradas me tienen incómoda. No deja de llevar sus ojos hacia mis senos, y lo peor es que ni siquiera disimula. Es como si quisiera que todos sepan que tiene algún interés en mi.Tal vez yo nunca haya tenido novio, pero no soy tonta. Se perfectamente como funcionan las cosas.-Ava, ¿Me acompañas al baño? - Alba se levanta y yo me levanto varios segundos después, de inmediato. Necesito salir de este lugar, aunque una parte de mí no quiere dejar a
Pocos minutos después, es el señor Dante quien da por terminada la cena y Alba me da una mirada que no soy capaz de entender. No deja de mirar hacia un lado y aunque yo miro hacia donde ella señala, no soy capaz de encontrar nada que sea lo suficiente importante para tener que captar mi atención, a menos que se refiera a los morenos guapos que están a la distancia. Algo ligero se escucha caer, y cuando voy a dirigir mi mirada, Alba vuelve a abrir esos ojos grandes y yo le hago un gesto con mis hombros y mi rostro para que entienda que no la estoy entendiendo por mucho que me haga señas. Por el rabillo del ojo noto que Dante se inclina, pero no soy capaz de saber o notar para qué. Todo por culpa de Alba y su extraño lenguaje. Si viera como yo la estoy viendo ahora, solo mandaría un mensaje. -Ava.- me giro hacia Dante.- Vamos - busco la mirada de Alba y su expresión cambia por completo. Sus ojos se abren ligeramente y sonríe feliz, terminando de tomar un poco del juego de mango. -Al
Dante Apenas entre a la habitación de hotel, observe la llave de la habitación de Ava en mi mano. No sé la razón por la que lo hice, pero esa que tenga en la mente no pudo haber sido. No quiero tener que verla nuevamente, y aunque debo dársela, quiero hacerla sufrir un poco... Para que aprenda a ser responsable. Dejo la llave en la mesa junto a la puerta y voy directo al baño. Tal vez se haya dado cuenta que yo la agarre y se encuentre en este momento tocando la puerta, molesta. Puedo escuchar su tono profesional pasivo agresivo recriminandome por mi acción y lo poco profesional que me estoy comportando.Ese tono me gusta y más después de verla defendiendose a si misma del imbécil de Luca. Es un idiota insoportable que cree que porque mi padre le tiene lastima, tiene algún voz en esta empresa.Mi padre también es un idiota, y una pequeña parte de mí quiere que él conozca a Ava. ¿Le caería bien? ¿Mi madre la aceptaría?... ¿Por qué mierda mi madre tendría que aceptarla? Es solo una as
Dante No sé cuando tiempo duro observando a Ava dormir de esa forma tan extraña. Solo se que la película termina y yo sigo ahí, hasta que la situación comienza a ser incómoda hasta para mí. Mucho contra mis pensamientos unos largos segundos y después solo me digno a cargarla. Pensé que se iba a despertar, pero solo se mueve un poco cuando la acuesto sobre la cama y le quito los zapatos. Del movimiento, su vestido se subió un poco, dejando una buena parte a la vista. Las ganas de tocarla, de pasar mis dedos suavemente de abajo hacia arriba, para entrar en zonas prohibidas son grandes. Sin embargo, sé perfectamente que no puedo hacer algo de esa calumnia porque Ava inmediatamente me pondría en mi lugar. Observo todo el lugar y fijo mi vista en el sofá, que ahora me parece muy incómodo. No pienso dormir ahí cuando está habitación costó tanto. Por eso mismo, me giro hacia la enorme cama y me acuesto a su lado, lejos de ella. Una parte de mí no puede creer que esté en la cama con una m
Ava Estaba en shock y me odiaba... Me odiaba por ser tan débil. ¿Cómo era posible que todo mi control huyera de mi apenas el daba unos pasos cerca? Estuve a punto de exigirle, de implorar que me diera un beso, que por favor uniera nuestros labios porque yo necesitaba saber que se sentía ser besada por decisión propia. Quería tanto que él hiciera lo prohibido, que fuera contra toda regla sin importar ninguna consecuencia. Si el me hubiese dicho en ese momento cualquier cosa, dudo realmente que me hubiese negado. No tenía la fuerza de voluntad... Pero él si la tuvo, y aunque una parte de mí lo odia por eso, la otra la agradece demasiado, porque gracias a él, no arriesgue mi trabajo. Sin embargo, por mucho que piense que fue lo mejor, no dejo de pensar en el enorme y grandísimo: Y si... ¿Hasta donde habría llegado? ¿Acaso mis demonios se hubiesen quedado lejos? Yo tuve muchos momentos oscuros, dónde me sumergía en la miseria y en las pesadillas, dónde me ahogaba en momentos donde el m
Ava El resto del desayuno... No sé que hacer conmigo misma. Es como si hubiese entrado en un frenesí incontrolable de emociones peligrosas. No dejaba de observar sus movimientos y aunque estaba escuchando todo lo que decía, no lo escuchaba como antes. Él no lo notaba, en realidad después de decir lo que me volvió loca, comenzó hablar de trabajo únicamente y yo casi ni podía comer. Cuando en di cuenta de que realmente estaba pasando por un mal momento, los temblores en mi mano comenzaron a hacerse presente, ya que está situación no la podía controlar. No podía decirle a mi corazón que dejara de sentir, y a mí cerebro que dejara de imaginar. Eso me estresaba, demasiado. - ¿Por qué no anotas nada? - respiro profundo y con la mano que no me tiembla le doy un mordisco a la arepa que me queda. La segunda. La mi siquiera tengo espacio en mi estómago y siento que después de esto, me voy a desmayar en cualquier superficie medianamente cómoda que me encuentre. -Deje la tablet en algún lu
DanteMe sentía extraño. Realmente extraño, porque a pesar de que las cosas no hacían más que complicarse, me sentía... En paz. Había una calma dentro de mí que no sabía explicar de dónde venía. Era como si todas las voces que antes causaban estragos, decidieran callarse. Una parte de mí tenía el claro presentimiento de la creadora de todo esto, y el resto de mí, se negaba a creerlo.Ya había tomado una decisión, y aunque constantemente encontraba la forma de hacer lo contrario, esa decisión seguía ahí y la razón todavía me taladraba la cabeza.Sin contar que justo en este momento, una de las razones por la que me negaba a todo este show, estaba entrando por la puerta de la enorme oficina con vista al mar, vestida con un traje blanco enterizo, con joyería de oro, cabello perfectamente planchado y de un rubio poco natural, con un maquillaje inflalible y una actitud arrasadora que hacía que todos se fijaran en ella, no importa por dónde pasará, ella amaba que los ojos siempre estuvieras
DanteLo suelto cuando ya lo veo rojo y con los ojos que casi se le salen. El respira profundo y trata de venirse encima, pero Marco lo detiene.-No estamos para estos juegos, ya basta. - me mira.- Los dos. Esto se resuelve a puertas cerradas y ambos lo saben.- suspiro y busco a Ava que tiene los ojos abiertos y la respiración agitada. Alba tiene la mano sobre su hombro y me dice algo que no logro escuchar, mientras que Ava solo le responde negando con la mano y dirigiendo su vista hacia la dirección contraria.- ¿Problemas familiares? - aparece Hannah de la nada con una sonrisa y con la mirada fija en mí.- Pensé que los niños Visconti habían madurado, ya que veo que no fue así.- Hannah, tan elocuente y arpía como siempre. ¿Que te trae a ese paraíso? - es Marco el que le responde, mientras todavía tiene sujeto a Luca por el hombro.-El dinero, claramente. Lo mismo que ustedes.- sus ojos se van hacia Ava, quien le dedica una leve sonrisa.- ¿Quienes son estas... Niñas? No me digan que